DW-En los puestos de tacos en Ciudad de México se sirve cada vez más «guacamole falso», sin aguacate. Las razones: la gigantesca demanda, las malas cosechas, los estadounidenses y los carteles de la droga de México.
Solo para el Super Bowl de este 2019, México exportó 120.000 toneladas de aguacate o palta a Estados Unidos, dice APEAM, la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate. Un veinte por ciento más que el año pasado.
Pero el apetito insaciable de los estadounidenses por el aguacate está causando que en México se vendan cada vez más tacos con «guacamole falso». Eso significa que reemplazan el aguacate por el calabacín. Usar aguacates para el guacamole es casi un lujo hoy en día en México, debido al fuerte aumento de los precios de la fruta de la familia de las lauráceas.
Mala cosecha, mayor demanda, más especuladores
Esto se debe a la disminución de los rendimientos de los cultivos y al aumento de la demanda de Estados Unidos, explicó el productor de aguacate Pedro Bucio al regional Diario de Coahuila. La oferta y la demanda determinan el precio, como en toda economía de mercado.
«En México hay poco aguacate y la escasez ha llevado al aumento de los precios», explica. A fines de junio de 2019, un kilo de aguacates costaba hasta 100 pesos (más de cinco dólares estadounidenses).
El ministro de Agricultura, Víctor Villalobos, por su parte, culpa a los especuladores por el alza de los precios. Las cifras, sin embargo, lo contradicen. En los primeros cinco meses de 2019, la producción de aguacate en México cayó un 1,2%, o sea más de 10.000 toneladas, en comparación con el mismo período del año anterior.
Al mismo tiempo, las exportaciones aumentaron un 7,6%. En los últimos diez años, las exportaciones se han incluso cuadruplicado. Gran parte de esta demanda proviene de Estados Unidos, donde el consumo de aguacate aumenta un 15%, al año.
El aguacate es considerado una especie de «súper fruta». Es rica en ácidos grasos no saturados, potasio y vitamina E, ayuda a reducir el colesterol, fortalece el sistema inmunológico y, a pesar de contener muchas calorías, no engorda.
Irónicamente, los aguacates mexicanos fueron mantenidos fuera del mercado estadounidense hasta 1997 por temor a una supuesta contaminación con plagas. Hoy, cuatro quintos de los aguacates producidos en México van allí. Solo el año pasado, México vendió aguacates por más de 2,5 mil millones de dólares a Estados Unidos. Un valor mayor al de las exportaciones de petróleo. Alemania, por otro lado, importa sus aguacates principalmente de Perú, Chile, España e Israel.
La influencia de los narcotraficantes
Y ahora hasta los carteles mexicanos de la droga están involucrados en el negocio del aguacate. En el estado de Michoacán, el centro de la producción de drogas sintéticas y, gracias a las condiciones geográficas y climáticas, un «paraíso» para el cultivo de aguacates, los narcotraficantes extorsionan a los campesinos, que pagan por presunta «protección” o «derechos de uso de la tierra» para el cultivo del «oro verde”.
Pero aún peor: para aumentar la superficie de cultivos de aguacate está aumentando la tala ilegal de bosques. Los aguacates necesitan toneladas de agua. Un bien escaso. Y, como si fuera poco, el cambio climático se suma a este problema. El problema no es nuevo. Hace ya dos años, las malas cosechas y la alta demanda internacional (además de los clientes tradicionales de EE. UU., Canadá y la UE, se consume más aguacate en Japón y China) también llevaron a un aumento drástico de los precios.
En ese momento, México estaba incluso pensando en importar aguacates. El país no solo es el mayor exportador mundial de aguacates, sino que también el mayor consumidor. Un mexicano come, en promedio anual, más de siete kilos de aguacate.
Cuando Trump amenazó con castigar a todas las importaciones mexicanas con aranceles punitivos a fines de mayo, si México no paraba a los migrantes, la parte mexicana advirtió sobre los mayores costos de importación de aguacates y amenazó con un Super Bowl sin guacamole. Los aranceles punitivos se evitaron en el último minuto y hoy, irónicamente, muchos mexicanos tienen que conformarse con guacamole falso, por culpa de la desbordada demanda de EE. UU.
No responses yet