Para la alcaldesa, el cambio climático se detendrá, gracias a las medidas que se apliquen en las ciudades. El desafío pasa entonces por las administraciones locales
Sant Boi de Llobregat es la primera ciudad que consigue repetir el Premio Ciudad Sostenible 2017, que reconoce los municipios y los entes locales que apuestan por proyectos y actuaciones dirigidas a potenciar la sostenibilidad. El jurado ha valorado el proyecto R que R sostenible porque consigue integrar la sostenibilidad en la toma de decisiones de todos los sectores de la gestión pública. La ciudad cuenta con un 60 por ciento del territorio agrario, forestal o fluvial. Esta singularidad convierte el municipio en un pulmón verde metropolitano que goza de muy buenos índices de calidad del aire y de un entorno natural de gran valor paisajístico, ecológico y ambiental que la ciudadanía utiliza y aprecia.
¿Qué hace que una ciudad sea sostenible?
Sin duda su compromiso con la preservación del planeta y el trabajo para favorecer un desarrollo ético y respetuoso con las personas, la convivencia y la diversidad, sin que ello signifique comprometer el desarrollo económico, al contrario el respeto al medio ambiente comporta no malgastar recursos y en ese sentido también se genera un ahorro. Es fundamental romper con la dicotomía histórica de que la protección del medio ambiente es costosa y dificulta la actividad económica. También hace una ciudad sostenible haber transformado los compromisos en acciones reales y ambiciosas de mejora de la ciudad y el medio ambiente. En Sant Boi lo hemos hecho. La mejora de la eficiencia del alumbrado público, el sistema de recogida de residuos, la flota municipal o el cuidado del entorno natural son buenos ejemplos.
¿Cómo se puede conseguir una ciudad sostenible?
Con una clara apuesta por la sostenibilidad en la toma de decisiones. Con políticas progresistas que permiten avanzar en una estrategia de desarrollo capaz de generar prosperidad respetando el territorio y el bien común. La estrategia es fundamental, y esta se traduce en múltiples proyectos y planes de actuación alineados con la sostenibilidad. Pero sin la corresponsabilidad de la ciudadanía y de los agentes económicos y sociales no es posible llegar a ser una ciudad sostenible, y por este motivo es fundamental que la administración actúe dando ejemplo y favoreciendo esta corresponsabilidad.
La estrategia es fundamental, y esta se traduce en múltiples proyectos y planes de actuación alineados con la sostenibilidad
¿Cuánto se tarda en transformar una ciudad como la vuestra en una ciudad plenamente sostenible?
Soy consciente que se trata de una estrategia a largo plazo. Por ello, es muy importante que nos identifiquemos con ella de manera colectiva y podamos encontrar soluciones que de verdad nos permitan cambiar las coses en el día a día, en la vivencia cotidiana. No se consigue ni en 4 ni en 8 años, y cuantas más cosas haces más te quedan por hacer, pero lo importante es empezar el camino cuando antes.
¿Cuáles son los principales retos?
Sant Boi apuesta decididamente por contribuir a la consecución de la Agenda 2030 y desde aquí hacemos nuestros los retos que formula. Respecto al cambio climático, hemos asumido el compromiso de reducir las emisiones de CO2 un 40% el año 2030 y esto supone un reto enorme que implica a todos los sectores de la sociedad.
El proceso de urbanización actual está ocasionando numerosos problemas en la sostenibilidad de nuestras ciudades. ¿Cómo podemos combinar el desarrollo económico y el medioambiente saludable?
Los procesos de urbanización tienen que estar sujetos a la estrategia general y han de incorporar todos los aspectos ambientales desde su inicio, empezando por los más generales que comporte la actuación en el territorio hasta los más concretos.
¿De qué manera deben los gobiernos e instituciones impulsar una nueva manera de usar el transporte en las ciudades?
Los gobiernos deben actuar para dar facilidades en el uso del transporte público, mediante inversiones e incentivos, pero al mismo tiempo deben desincentivar el transporte privado más contaminante. Un buen ejemplo de este tipo de medidas es la tarjeta T-Verda que impulsa el Área Metropolitana de Barcelona.
¿Está a favor de las iniciativas europeas como la del «día sin coches»? ¿O es solo demagogia?
El gran cambio social al que nos enfrentamos requiere de medidas pedagógicas y sensibilización, pero hemos de ser conscientes de que solamente con este tipo de iniciativas no es suficiente. Como dije al principio, hacen falta acciones reales y ambiciosas que se noten en el día a día de la ciudadanía y que sirvan para fomentar un medio urbano más sostenible.
¿Ve a España preparada para enfrentarse al reto del uso de coches eléctricos a corto plazo?
Si, puesto que en estos momentos solo hace falta la instalación de puntos de recarga que es la parte más rápida de toda la infraestructura necesaria.
El coche eléctrico permitirá usar toda esta infraestructura que se mantiene y no se usa
De hecho, la red eléctrica de transporte y la capacidad de generación total instalada en España está muy sobredimensionada, por eso los costes eléctricos fijos son tan elevados. El coche eléctrico permitirá usar toda esta infraestructura que se mantiene y no se usa. Incluso, si se planifica adecuadamente, puede ayudar a equilibrar la curva diaria de demanda.
¿Por qué debería el usuario medio utilizar un coche eléctrico en entornos urbanos e interurbanos?
Hay muy buenas razones. En primer lugar porque no emite contaminación por óxidos de nitrógeno y disminuye notablemente la contaminación por partículas, que son los dos principales contaminantes atmosféricos en entornos urbanos. Igualmente, el coche eléctrico es el doble de eficiente en el consumo de energía y puede estar propulsado únicamente por energías renovables, lo cual es fundamental en la disminución de los gases de efecto invernadero. Otra gran ventaja es la disminución de la contaminación acústica, otro gran problema de nuestras ciudades.
Los ayuntamientos están tomando cada vez más protagonismo en la toma de decisiones con respecto a la movilidad, ¿cómo cree que evolucionará esta coyuntura a medida que crezca el número de habitantes en las ciudades?
Los ayuntamientos y las ciudades serán cada vez más protagonistas de la transición energética, como ya está sucediendo. El cambio climático se detendrá, sobretodo, gracias a las medidas que se apliquen en las ciudades.
¿Cómo podría plantearse la calidad de los núcleos urbanos integrando la vegetación?
La vegetación puede tener un papel fundamental para la creación, en nuestras ciudades, de zonas con atmósfera protegida si se usa de forma estratégica dentro de los proyectos de urbanización. Así lo señalan varios estudios que demuestran reducciones importantes en los principales contaminantes, gracias a un uso determinado de la vegetación y las zonas verdes. Sant Boi se ha propuesto en estos años hacer un esfuerzo importante de mejora de nuestro verde urbano, porque está demostrado que una ciudad con zonas verdes de calidad mejora la convivencia en el espacio público, en el sentido de pertenencia, y la salud de las personas.
¿Qué papel deben jugar en la planificación urbana los aspectos medioambientales, los espacios de recreo, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria aportados por las infraestructuras verdes?
Todos estos aspectos son fundamentales y por consiguiente se tienen que tener un cuenta desde el primer momento, no solo en la fase de participación y redacción de un proyecto, sino en las más embrionarias de la toma de decisiones.
Con frecuencia las ideas de ciudades inteligentes, saludables y amigables son puramente idealistas, es decir, no son viables. ¿Hasta qué punto la naturación urbana puede ser el instrumento para llevar a la práctica esas ideas?
Todas estas ideas son perfectamente aplicables y viables desde un punto de vista técnico, solamente hace falta que se incorpore la priorización y la voluntad política para llevarlas a cabo. Esto es lo que ha hecho Sant Boi de Llobregat para iniciar el camino hacia una ciudad sostenible.
En su opinión ¿cuáles son las dimensiones más significativas que deben incluirse en el nuevo diseño urbano: arquitectura y tecnología, regulaciones administrativas, sociología, planificación urbana o economía, entre otras?
Los retos que tenemos por delante pasan por trabajar por una ciudad saludable y sostenible con políticas vinculadas al territorio, al espacio público, al desarrollo económico y a la salud comunitaria. Todas estas políticas tienen en su centro de gravedad las personas y son una apuesta clara por la igualdad social, la preservación del planeta y el desarrollo económico ético y sostenible.
Todas estas políticas tienen en su centro de gravedad las personas
¿Pero cuál es la base de las ciudades inteligentes? ¿Su fundamento último es la tecnología o es la sostenibilidad?
La tecnología siempre tiene que ser el medio nunca un objetivo. Esto es así porque el fin último es conseguir unas ciudades más sostenibles, saludables i igualitarias; la tecnología es una extraordinaria herramienta que lo puede hacer posible
(Entrevista aparecida en la edición digital del 16 de noviembre de El Economista)
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