Por Ana Maclamp
Si estos actores institucionales: Sistema Financiero Global, las Aseguradoras y los Gestores de Activos, se unen en un equipo virtuoso hacia propósitos ambientalmente responsables, se darían grandes saltos positivos hacia el enfriamiento del planeta. La consecuente sostenibilidad sería un futuro menos complejo.
A medida que el planeta lucha por mantenerse sostenible, la carrera por contener y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se vuelve cada vez más crítica. Tres países se destacan como los principales contaminantes: China, Estados Unidos e India. Rusia y Europa siguen en este ranking. Cada uno de ellos se enfrenta a un conjunto de desafíos únicos.
Se sabe, entonces, que la producción de petróleo y gas sigue en aumento, a pesar de los incesantes llamados a disminuir este proceso productivo y empezar una transición con mayor intensidad.
Algunos de estos países, cada uno por su lado, manifiestan estar haciendo esfuerzos para reducir su dependencia a los combustibles fósiles. Han hecho un gran avance en renovables. Aunque les queda mucho. Pero China y Estados Unidos son una gran preocupación.
Estados Unidos
Miren lo que está sucediendo en los Estados Unidos. Según datos recogidos, en la próxima década, la nación representará el 61 por ciento de la nueva producción mundial de petróleo y gas. La magnitud de esta nueva producción se torna altamente riesgosa para propósitos ambientalmente responsables
La Administración de Información de Energía (EIA) de EEUU ha anunciado hace algunas semanas que Estados Unidos se ha convertido en el líder mundial en producción de petróleo y gas natural durante el año 2018. Todo indica que este 2019 también lo ha sido.
La producción de petróleo y gas natural en EEUU aumentó un 16% y un 12%, respectivamente, en 2018, y gracias a ello se establecieron un nuevo récord de producción. Estados Unidos superó a Rusia ya en 2011 para convertirse en el mayor productor mundial de gas natural y ha sido ahora en 2018 cuando EEUU ha superado a Arabia Saudita para convertirse en el mayor productor mundial de petróleo. El aumento del año pasado en los Estados Unidos fue uno de los mayores aumentos en la producción absoluta de petróleo y gas natural de un solo país en la historia.
Según se puede ver en la gráfica, tanto para los Estados Unidos como para Rusia, la producción de petróleo y gas natural se divide casi por igual; mientras que la producción de Arabia Saudita favorece en gran medida al petróleo.
Un triunvirato
La mayoría de esos desafíos pueden superarse con un apoyo más decidido de un triunvirato: Los sistemas financieros globales, la industria de los seguros y los gestores de activos.
Los bancos, los administradores de activos y las aseguradoras juntos pueden enfriar este planeta que viene sobrecalentado «El dinero es el oxígeno sobre el que arde el fuego del calentamiento global», se oye en los pasillos de los activistas más importantes. Ya sea que sea suministrado por gestores de activos, bancos, con la venia de aseguradoras o impulsados por el Estado, siempre el dinero es quien determina la viabilidad del proyecto. Si hubiera mayores restricciones, penalizaciones y un mercado de carbono sincerado y desarrollado los asuntos del clima se podrían manejar de una mejor manera.
Ya algunos importantes bancos así como agencias administradoras de activos han empezado a reflexionar sobre este asunto, pero aun lo hacen tímidamente, pensando en que el tema todavía tiene agravarse mucho mas para tomar medidas más radicales. Preocupa, es cierto, algunas inversiones hechas los últimos años que aun deben solventarse con la venta de estas combustibles fósiles lo que los hace ser aun más cautelosos en la transición energética. Y por otro lado, existen las presiones de algunos financistas globales y grandes empresas que aun necesitan (ven muy rentable) extraer el carbón gas y petróleo antes de una prohibición radical.
Por otro lado, en el campo de los seguros, no se está poniendo un foco muy sincero. El calentamiento global tiene el potencial de afectar a la mayoría de los segmentos del negocio de seguros, incluido el seguro de vida, especialmente si el aumento de las temperaturas conduce a un aumento de las tasas de mortalidad. Por otro lado, las pérdidas patrimoniales de todo tipo son más propensas a aumentar a medida que aumenta la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos. Frente a ello existe la posibilidad de pérdidas por responsabilidad directa, las cuales podrían ser mucho mayores si los accionistas y consumidores hacen responsables a las empresas de los cambios al medio ambiente. Este es un asunto serio que no muchas aseguradoras lo están recogiendo.
Como bien advirtiera Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra y ex alto funcionario de Goldman Sachs, «las empresas que ignoran la crisis climática irán a la bancarrota».
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