Republicamos el interesante artículo de Sylvie Sejournet , publicado originalmente en Cinco Días, el día de hoy, que nos narra el futuro de la digitalización pos pandemia. «Además, a medida que crece la llamada generación hashtag, el grupo nativo digital nacido entre 1991 y 2005, que ya representa alrededor del 34% de la población total en la actualidad y aumenta su poder económico, la demanda de lo digital aumentará» afirma.
Por: Sylvie Sejournet. Gestora de Pictet Digit
Una clase de yoga o algo de ejercicio por la mañana, ocho horas en la oficina (con descanso para almorzar o ir de compras) y ponerse al día con los amigos en una reunión por la tarde. Hasta hace muy poco, este habría sido un día de trabajo normal en varios lugares y diferentes ciudades del mundo. Ahora, en la era del Coronavirus, tales actividades se están llevando a cabo en línea, hasta el punto de que es probable que los nuevos hábitos digitales sobrevivan a la pandemia. De hecho está claro que estamos viviendo una expansión sin precedentes del mundo digital. Ello se debe a que la experiencia vivida ha generado necesidad de más y mejor tecnología. Y representa oportunidades atractivas para las empresas que pueden proporcionarla.
Efectivamente, durante el confinamiento el crecimiento ha sido extraordinario entre los proveedores de servicios de televisión, videojuegos en línea, comercio electrónico, redes sociales, telesalud y educación en línea, entre otros ámbitos. Netflix ha generado 16 millones de nuevas cuentas solo el primer trimestre -casi el doble que el trimestre anterior-. Por su parte, la China Tencent, la mayor compañía mundial de videojuegos en línea, ha aumentado en un 31% en un año sus ingresos de clientes buscando escapismo en Honor of Kings y Peacekeeper Elite. Incluso los italianos han aumentado el tiempo empleado en las aplicaciones de Facebook en un 70 %.
Ahora, a medida que los bloqueos se relajan en todo el mundo, lo natural sería esperar que este crecimiento se desvanezca con el tiempo. Pero los fundamentales pintan diferente. Después de todo, solo el 59% de la población mundial tiene acceso a internet. Además, a medida que crece la llamada generación hashtag, el grupo nativo digital nacido entre 1991 y 2005, que ya representa alrededor del 34% de la población total en la actualidad y aumenta su poder económico, la demanda de lo digital aumentará. Según Bain & Company, esta generación abarca al 47% de los consumidores de vídeos, música y juegos en países como Francia, Alemania, Suècia, Reino Unido o EE UU y supone el 37% de los consumidores de este tipo de productos en mercados emergentes como Rusia, Sudáfrica, India, China y Brasil. El 30% de los lectores de noticias también forman parte de la generación #hashtag.
A ello se añade que la implantación de redes 5G proporcionará impulso adicional. Ya hay conexiones en los mercados desarrollados de EE UU, China, Corea, entre otros, y tienen el poder de transmitir datos mucho más rápido que las redes telefónicas actuales, con volúmenes de información mucho mayores y mucho menos uso de energía de la batería. Más aún, las demandas digitales durante el confinamiento han ejercido una fuerte presión en la capacidad de las redes actuales, así que parece probable que el despliegue 5G sea más rápido. Esto, a su vez, impulsará la expansión del internet de las cosas, abriendo paso a un conjunto casi infinito de posibilidades digitales. En los hogares, por ejemplo, que el abrigo del niño mantenga a los padres informados de su ubicación, que los botes de basura soliciten ser vaciados y los cartones de leche señalen sus fechas de caducidad, que los tejados adviertan de las debilidades causadas por un temporal y que las plantas pidan agua. Moverse por la ciudad podría conllevar tener avisos de los espacios de parking disponibles, datos segundo a segundo del tráfico circundante para coches sin conductor, advertencias locales de calidad del aire y mucho más. En particular, la mejor conectividad impulsará el crecimiento tecnológico en tres segmentos, que ya habían mostrado desarrollo y que, como resultado de la pandemia, con más personas que han experimentado lo posible, han ampliado masivamente su base de clientes.
Es el caso del comercio electrónico. El confinamiento ha llevado a millones de personas a aceptar las compras en línea de comestibles y otros bienes y muchos han sido conquistados por la comodidad y los precios competitivos, al menos para algunas compras. Solo en abril PayPal ha registrado un promedio de 250.000 nuevas cuentas por día. Además, el software como servicio es otra área de fuerte crecimiento, que incluye plataformas domésticas, educación en línea, almacenamiento en la nube y teleconferencias. Incluso cuando los bloqueos estén completamente levantados, tanto empresas como empleados adoptarán prácticas de trabajo más flexibles. La educación también cambiará -la Universidad de Cambridge ya ha indicado que las conferencias en línea permanecerán al menos hasta el verano de 2021-.
La vida digital es otra área clave. Después del trabajo viene el juego, y el confinamiento ha demostrado cuánto de nuestras actividades de ocio y de socialización se puede hacer con ayuda de lo digital: comidas/alimentos, servicios de vídeo y juegos en línea pueden ser de los mayores beneficiarios. La telesalud también está en auge, solo en EE UU se habrán realizado en vídeo 900 millones de visitas de pacientes este año, con un aumento del 64% respecto a 2019, según el grupo de investigación sanitaria Frost y Sullivan.
Los confinamientos han sido temporales, pero han puesto de manifiesto cuánto progreso digital se puede lograr y con qué rapidez. Además, cuanto más avanzamos por el camino hacia la digitalización, más podemos mejorar las experiencias, donde la inteligencia artificial, con servicios digitales basados en algoritmos ultrasofisticados, se convertirá cada vez más en parte de nuestra vida cotidiana.
Artículo publicado en Cinco Días
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