DW-Los habitantes de El Almacén, un pequeño pueblo en el estado mexicano de Oaxaca, han abierto su mundo a los ecoturistas para que tanto ellos como la naturaleza que los rodea puedan seguir existiendo. Las aproximadamente 20 familias que viven aquí lo hacen en chozas de suelo arcilloso. El agua, la electricidad y las instalaciones sanitarias apenas están desarrolladas.
La única fuente importante de ingresos es la agricultura, que se ve seriamente amenazada por la progresiva erosión del suelo. El pulque, una bebida tradicional considerada sagrada en la zona, es particularmente importante. Se realiza mediante la fermentación de la savia de la planta del Agave, que se ha visto muy afectada por la erosión del suelo.
Para hacer frente a esta situación, un colectivo de acción local llamado «Mujeres Milenarias” ha desarrollado un método de cultivo especial: plantar agaves en hileras sobre las colinas para que las raíces de las plantas crezcan juntas. De esta manera, se forman redes que retienen el agua y los nutrientes en el suelo. Esto hace que el suelo sea estable y fértil.
Rutopía, una empresa de la Ciudad de México, apoya a la organización «Mujeres Milenarias”. La plataforma de ecoturismo conecta a viajeros de todo el mundo con comunidades rurales, como la de El Almacén. Los habitantes de la zona reciben a grupos de turistas y les enseñan sobre el pulque y sus tradiciones, de forma que la mayoría de los ingresos se quedan en la comunidad.
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