Los docentes tendrán pautas para evaluar las emociones de los niños

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Salud

Una nueva estrategia hará que familias y profesionales accedan a formación específica

El absentismo escolar y la pérdida de interés en las clases es una de las posibles consecuencias del estrés y la incertidumbre provocados por la pandemia. Para combatirlos, las escuelas tienen ya en sus manos el nuevo Plan de Bienestar Emocional, aprobado la semana pasada por el Comité Educativo que asesora a la Xunta. Con esta herramienta, se tratará de fomentar y potenciar el bienestar de los alumnos antes las posibles consecuencias adversas de la afectación del Covid-19, así como de los propios profesores, para que esta situación no les afecte a su formación académica ni a la realización de su trabajo. Esta nueva estrategia se vertebra en la fomentación de cuatro objetivos fundamentales: la resiliencia, las competencias sociales y emocionales, la responsabilidad y el aumento de la autoestima de los alumnos. Con esta nueva propuesta, se tratará de crear una red de apoyo y ayuda, constituida en conjunto por los docentes y miembros de los equipos de orientación de los centros, para aquellos alumnos con mayores problemas para encajar diferentes aspectos sociales que puedan causarles daños emocionales e, incluso, salir reforzados de ellos.

Para convertirlo en una realidad en los centros educativos, está estructurado en tres fases, diferenciadas en el tiempo. Por partes: el primer paso es detectar estos problemas entre los miembros de la comunidad educativa. La primera parte de este plan, que se empezará a dar en las escuelas de manera inmediata, se centrará en detectar la «ansiedad» o el «sufrimiento» causados por la situación sanitaria actual. Para ello, los equipos de orientación y los docentes contarán con unas rúbricas de evaluación con los criterios necesarios para poder realizar estas observaciones y detectar los casos.

En esta línea se han ideado, desde el punto de vista didáctico, un total de 24 propuestas que estarán estructuradas, a su vez, en cuatro bloques que ayudarán a los alumnos a fomentar la educación emocional. Lo harán a través de la comunicación, el control de las emociones negativas, el conocimiento de los efectos de la pandemia y con pautas para transmitir actitudes positivas a los alumnos.

Después de esa primera parte, que se basa en la observación, los centros se adentrarían en la segunda fase del proyecto, a partir del último trimestre del curso (desde abril, aproximadamente). El plan propone seguir con esas 24 actividades, aunque dotando a los docentes de material específico para fomentar la resiliencia en las aulas. Pero la novedad en esta fase llega en la formación a profesionales, tanto docentes como miembros de los equipos de orientación de las escuelas. Lo harán a través de una jornada, de 10 horas y fundamentalmente en línea, y un curso que irá acompañado un seminario para que los profesionales puedan compartir impresiones entre ellos. Tampoco quedan excluidas de esta formación las familias, que se podrá abordar en las escuelas o con actividades online.

Próximo curso

El problema no solo reside en los efectos negativos de la pandemia, sino que también es importante, considera el Comité, informar al alumnado sobre los efectos negativos de internet y los videojuegos. Ese será uno de los pilares fundamentales de la tercera fase del proyecto, que estaría orientada a la planificación del próximo curso. En esta última fase se tendrá en cuenta la concienciación sobre la importancia de la salud mental de cara a toda la comunidad, aunque el plan especifica que con mayor énfasis en los profesores de Secundaria. Más allá, se dotará a los centros de más herramientas y recursos para poder continuar con las propuestas de este plan y poder consolidarlo dentro de la comunidad educativa gallega.

El Conselleiro de Cultura, Educación y Universidades, Román Rodríguez, puso en valor ayer la importancia de esta nueva estrategia: «Este plan servirá para avanzar en un modelo en el que los centros son mucho más que un espacio de docencia, también son lugares de convivencia en los que aprender valores como la autoestima o la confianza en uno mismo», ha concluído, recoge la Xunta en un comunicado.

Por: Estefanía D. Carruébano, ABC

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