El packaging es un aspecto esencial de los productos alimentarios, desde el ámbito de la seguridad a la sostenibilidad. Así se señaló en el desayuno ‘La importancia del ‘packaging’ alimentario’, organizado este martes por Valencia Plaza y Más Creativas Estudio en el Hotel Valencia Palace. Al encuentro asistieron Ruth Leal, CEO de Más Creativas Estudio, Carlos Enguix, manager de tecnologías de envase Ainia, Raquel López, manager de Marketing, RSC y Comunicación de Velarte y Álex Salvado, director de Marketing de Cárnicas Serrano.
También estuvieron presentes Carla Vercher, international sales manager de Bollo, Ricardo Calatayud, director comercial de Bodega Sierra Norte, Christian Palacios, director de Marketing de Vicente Peris, Carlos Juan, director Comercial y de Marketing de Vickyfoods y Sara Chaparro, responsable de Comunicación y Redes Sociales de Món Ortxata.
Tal y como apuntaron, el envase es una forma de garantizar la calidad del producto a un consumidor que espera lo mejor de él, tanto desde el punto de vista del contenido, como de la experiencia de uso. A esto se suma que el envase es elemento de comunicación clave para transmitir los valores de una marca.
Ruth Leal, CEO de Más Creativas Estudio, señalaba que, una de las funciones básicas del packaging en el ámbito alimentario, es que proteja el producto hasta el punto de venta y en el mismo. Para Leal, la covid ha cambiado cuestiones del diseño. «Nuestros clientes están preocupados y nos piden que los claims de eco y bio aparezcan en los envases y que sean elaborados con plásticos compostables», reconocía.
Álex Salvador, director de Marketing de Cárnicas Serrano, señalaba que hay una serie de aspectos funcionales que son clave en cualquier packaging, como la seguridad alimentaria. «No solo es el crecimiento de bacterias, sino en el momento que se alteran las propiedades organolépticas el producto no es igual de atractivo», reconocía. A esta cuestión sumaba la necesidad de generar un valor en el momento de la compra como ser visto en el lineal, que sea apetitoso de sabor y aroma, que genere valor por el dinero que se paga y que sea simple.
En este sentido, Salvador señalaba que el consumidor quiere cada vez más envases ecofriendly, pero reconocía que la cuestión del precio es sensible. «La apuesta por la sostenibilidad no debe dañar mucho la ecuación», recalcaba. Sin embargo, recordaba que en algunos productos el packaging es más grande que el contenido por la necesidad de destacar ante el resto de productos, cuestión que el conjunto de los asistentes consideraba que tal vez debería regularse.
El director de Marketing de Cárnicas Serrano también destacaba el papel que ha tenido el plástico durante la covid. «La venta asistida ha decrecido un 10% porque el plástico ha tenido un rol importante en cuanto a protección», recordaba, ante esta tendencia a eliminar plásticos.
En busca de la sostenibilidad del ‘packaging’
«Además de ser atractivo en el punto de venta, también la innovación y la investigación han de ir avanzando para cambiar los materiales basados en plásticos por otros más compostables», señala Leal, de Más Creativas Estudio.
Carlos Enguix, manager de tecnologías de envases de Ainia, aseguraba que aquellos que mejor se adapten serán los que ganarán. «La sostenibilidad y la economía circular está cobrando una especial importancia pero, a veces, cuando entran materiales nuevos estamos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, por lo que hay que estudiarlo muy bien», reconocía.
Además, insistía en la necesidad de ver cómo repercute esto el coste del packaging. «Hay que ajustar el precio para que sea algo factible. Estamos desarrollando una bandeja de cartón, que sustituiría a las bandejas de PET, pero estamos trabajando mucho para que el precio sea competitivo y sea sustitutivo a unos precios competentes», señalaba. «Luego puedes tener una solución más ecológica para determinados productos premium, pero depende de las tendencias y los países».
José Vicente Herrero, director general de Velarte, destacaba la necesidad de legislar este tipo de cuestiones, porque no se tienen unas reglas claras. Además, recalcaba la importancia de que aparezcan más empresas que trabajen con los materiales de los embalajes. «Hay cinco o seis productores principales y cualquier nuevo desarrollo les cuesta de abordar, a no ser que vayan coaccionados», reconocía.
En todo caso, recalcaba en que, si no tratas de ser sostenible, desapareces. «Hay que ir siempre un paso por delante», apunta. En su caso, Velarte ha reducido medio centímetro por bolsa al mejorar el sellado, además de proponerse un plan para 2023 de reducir un 50% el plástico que, aunque considera prácticamente imposible, sí les hizo ponerse en marcha para abordar el objetivo. «Son hitos inalcanzables, salvo que salga nuestro grafeno», reconocía.
En este sentido, la compañía montó un grupo interno formado por técnicos de calidad, responsables de compra y uno de los chóferes, «que saben lo que se rompe», para ir mejorando el packaging y cada vez desperdiciar menos. «Este año, al margen de las mejoras de las micras, hemos eliminado barnices, las cajas van a dejar de tener tintes y hemos conseguido que si de cada 10.000 bolsas se rompían 10, ahora rompan 8», señalaba, en un camino que busca racionalizar el uso del plástico.
Un ‘packaging’ acorde a los países
Carla Vercher, international Sales Manager de Bollo, destacaba que el envase al final permite conocer y reconocer el producto, por lo que tiene que ir en sintonía con la marca. «Debe de recoger los valores que la empresa quiere expresar», apuntaba. «Si una empresa tuviera un componente ecológico, esto debe reflejarse en el packaging». Además, reconocía que este varía según países.
«En Suecia diseñamos un saco de yute 100% reciclable. Al principio había una ventana de plástico, luego la quitamos. Luego hay países donde prima el origen España, y destacamos con una bandera española porque ven España como cálida y quieren ver la etiqueta de España en la naranja, como en China», recalcaba. Además, incorporan códigos QR de vídeos corporativos de la empresa, porque les gusta ver de dónde procede el producto.
Ricardo Calatayud, director comercial de Bodega Sierra Norte, recordaba que están presentes en 33 países y que el packaging que utilizan en España no sirve en Suecia y EEUU. «La bag in box (caja de cartón con dispensador) aquí en vino nadie la quiere, y en Suecia y EEUU se vende mucho», apuntaba. «Para mí el tapón de rosca es mejor que el de corcho, pero no vendo ninguna botella en España», señalaba.
En este sentido, reconocía que aunque este tipo de packaging es mejor, el consumidor final no está preparado para todos los cambios por precio, creencia y costumbre. En este sentido, apuntaba a las bondades de la bag in box porque todas sus partes son reciclables y mantiene la calidad de vino y lo puedes tener hasta un mes no como botella, que en unos días pierde su calidad.
A día de hoy, la compañía está intentando reducir el gramage pero reconoce que, cuando te metes en un lineal, puede convertirse en la que menos llama la atención. «Hemos empezado por los mercados donde la legislación premia esto», señalaba.
Christian Palacios, director de Marketing de Vicente Peris, reconocía que aunque en la primera gama el uso mayoritario es cartón, en la cuarta gama están «atados de pies y manos con el plástico». «Un montón de opinión pública critica nuestros productos por el plástico pero la persona tampoco quiere renunciar a verlo en buenas condiciones», reconocía.
Palacios destacaba que el consumo de fruta no es tan alto y está demostrado que, si pones fruta preparada, éste aumenta un 40%. En este sentido, señalaba la necesidad de avanzar en el reciclado de tarrinas. «Estamos empezando a cruzar el desierto», apuntaba, y echaba parte de culpa al consumidor, quien también debería estar más concienciado con la separación a la hora de consumir envases.
Carlos Juan, director Comercial y de Marketing de Vickyfoods, explicaba como la compañía empezó a usar packaging biodegradable en 2020, lo que permitió a la empresa sustituir el uso de otras tipologías de plástico en la línea de producción y reducir el impacto en el medioambiente. «Ahora también estamos trabajando en la orientación a la economía circular», señalaba. Además, como valor añadido a sus envases, están añadiendo a los envases códigos QR con recetas «para que sirva de algo más al consumidor», además de tener los ingredientes claros.
«El material que hemos desarrollado no está legislado. Porque el único material biodegradable que aparece en la legislación paga más impuestos que el propio plástico no reciclable», recordaba. «La sociedad nos pide que busquemos soluciones pero ellos no nos dan a nosotros una solución económica, porque el consumidor no quiere pagar más por un material sostenible», lamentaba. En este sentido, también reconocía que la cuestión de cambios de materiales no es tan fácil. «El primer producto que lanzamos con este packaging eran unas magdalenas ecológicas y a las dos semanas se ponían duras como una piedra. Tardamos un año más en mejorarlo».
Sara Chaparro, responsable de Comunicación y RRSS de Món Orxata, destacaba el packaging como una parte primordial en el marketing del producto. «El mercado de la horchata no está ultra saturado, pero es la diferencia entre diluirnos o destacar», señalaba. «El packaging debe ser divertido, pero también interesante para el usuario». En su caso ponía de ejemplo su máquina Vegan Milk, donde han retirado todo el plástico y han metido una especie plástico que, si lo metes en agua, se convierte en abono para plantas.
Chaparro reconocía que, en ocasiones, a las empresas se les olvida establecer un diálogo con los clientes para realizar una labor educativa y explicarles la problemática actual en lo que se refiere a cambios de envases, lo que cuesta un desarrollo y la problemática que se puede encontrar con esto. «Nosotros no les damos las herramientas para que vean cuál es la situación y los retos», apuntaba. Además, también destacaba las oportunidades en cuanto a experiencia de la compra online.
«Hemos incorporado en la venta online tarjetas personalizadas para clientes y en este concepto juega un papel esencial el unboxing. En nuestro caso, mandamos la caja de poliestireno con el hielo seco y para el día de San Valentín decidimos hacer un pack especial con purpurina dentro del hielo seco», explicaba. «Es un concepto más divertido y emocionante de cara al cliente y para algunos la experiencia personalizada hace que hasta te sepa mejor la horchata».
Por: Estefanía Pastor, Valenciaplaza
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