Los sistemas sanitarios en la UE son variados. Pero a pesar de sus diferencias organizativas y financieras, todos ellos están basados en valores comunes, reconocidos por el Consejo de Ministros de Salud en 2006: Universalidad, acceso a un cuidado de buena calidad y solidaridad.
Este informe quiere mostrar el estado actual de los sistemas sanitarios en el entorno local y global. Es por ello que, en la introducción se ha analizado el estado de salud en distintas regiones.
Para evaluar el estado actual de la sanidad en dichas regiones en este estudio, se van a usar indicadores con la finalidad de medir el funcionamiento de los sistemas sanitarios. Los indicadores más habituales para este tipo de análisis son tres: la eficacia, la accesibilidad y la resiliencia. Estos indicadores han sido usados por la Comisión Europea a la hora de realizar los perfiles de los estados de salud de todos los estados miembros de la UE. Con el análisis de estos indicadores se pretende ver cómo las políticas de salud se ajustan a las necesidades actuales de salud de la población. Y estas políticas son las que conforman los perfiles sanitarios de las regiones, es decir, es en los perfiles sanitarios donde se ven los resultados de la intervención de dichas políticas.
La eficacia se refiere a la capacidad de alcanzar unos adecuados niveles de salud y calidad de vida de las personas, es decir, el objetivo principal de un sistema sanitario. La accesibilidad se refiere a la capacidad de los ciudadanos de acceder a su sistema sanitario dónde y cuándo quieran. Este concepto es un indicador relevante ya que la falta de accesibilidad lleva a unas necesidades de salud no cubiertas. El acceso a la sanidad puede verse limitado por varias razones: Puede no ser asequible para la población, que la población esté a una distancia demasiado larga hasta el centro de salud más cercano, o que los tiempos de espera para un tratamiento sean demasiado largos. La accesibilidad de los sistemas de salud puede estar restringida cuando el sistema requiere de altos pagos directos por parte de la población. Por último, la resiliencia se refiere a la capacidad de los sistemas sanitarios para adaptarse eficazmente a entornos cambiantes, perturbaciones repentinas o crisis (European Commission, 2014).
Si bien es cierto que todas las categorías de indicadores abordan la capacidad del sector sanitario para enfrentar las pandemias, es en la resiliencia sanitaria donde se ve reflejada esta capacidad, y por tanto donde se está poniendo más énfasis para enfrentar la situación actual que estamos viviendo con el coronavirus.
Dado el contexto actual de antes de la pandemia de Covid-19 en el ámbito de la Salud, tras la recuperación de una crisis económica mundial y una creciente demanda de los servicios sanitarios debido a una mayor esperanza de vida, se prevé que los resultados muestren varias carencias, sobre todo dentro de la categoría de la resiliencia de los sistemas sanitarios de los países desarrollados. Entre otras, las principales carencias que se prevén son: Falta de personal, falta de inversión, falta de cohesión entre comunidades y falta de digitalización.
En este apartado, se va a comparar la región Europea con algunos casos destacados a nivel internacional. Entre los ejemplos internacionales se encuentran Estados Unidos y China, las primeras potencias mundiales. El análisis global se ha hecho en base a las subregiones establecidas por la OMS para la gestión de la salud global, las cuales son: Europa, Mediterráneo Este, África, América, Sudeste Asiático y Pacífico Oeste.
Imagen 3. Mapa mundial dividido conforme las distintas subregiones de salud establecidas por la OMS.
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