Por: Cristina Costa Salavedra
Sobre la base del Capítulo 8 del libro “Responsibility Beyond Growth: A case for Responsible Stagnation” desarrollo un análisis de su contenido y establezco algunas líneas de interpretación.
Este libro parte del hecho de que después de la crisis del 2008, nada cambió en el terreno económico y que el capitalismo “laissez-faire” sigue siendo el modelo predominante. No obstante, empieza a haber movimientos y voces que sugieren que este sistema se está quedando obsoleto. De hecho, la pandemia que estamos viviendo estos días, ha acentuado los problemas estructurales en salud y servicios sociales derivados de este modelo que solo persigue un crecimiento en el PIB.
El Covid-19 ha forzado a los gobiernos a implementar programas, como los de apoyo a millones de trabajadores, que nunca se hubieran imaginado. Además ha permitido ver todos los defectos de los sistemas públicos en todos los países, desarrollados y en vías de desarrollo. Esto ha reforzado el discurso de los movimientos de pensamiento que sostienen que otro modelo es viable y que se tiene y debe replantear el sistema actual.
De acuerdo con los autores, para reformular el modelo en el que vivimos, primero se tiene que releer el significado de los términos que se utilizan cotidianamente, ya que están esviajados por el sistema actual. Por ejemplo, la palabra innovación está ligada al crecimiento económico derivado del mercado, es decir, la innovación sirve como herramienta para hacer crecer el PIB.
El PIB tiene limitaciones que en las últimas décadas se han acentuado. Entre otros, no absorbe el trabajo doméstico. Este fenómeno se puede plasmar con un simple ejemplo: “Supongan ustedes que hacen lasaña en casa y los ingredientes cuestan 3€, este es el importe que se incluye en el PIB. En cambio, si compran ustedes una lasaña hecha por 10€, los ingredientes de la cual también cuestan 3€, hay 7€ de trabajo que en este caso se incluyen en el PIB cuando antes no se incluían”. Otra limitación del PIB es que mesura la riqueza de un país a través de los bienes y servicios producidos, pero no tiene en cuenta el bienestar de la sociedad.
Según Daly (1991), la actual trayectoria de crecimiento sostenido del PIB está limitada por los recursos medioambientales de los que se dispone. Además, en economías desarrolladas, un incremento en el PIB no implica mejoras en sanidad, educación ni servicios sociales. Todo lo contrario, la experiencia muestra que en estos países tiende a aumentar la brecha social. De acuerdo con Daly, este estudio argumenta que el estancamiento económico, entendido como el logro de un equilibrio entre producción y consumo, no tiene por que ser malo. De hecho, incluso Adam Smith, padre del capitalismo teórico, predijo que pasado un punto, el crecimiento económico no es factible ni beneficioso, ya que las economías tienden a estancarse. Eso lleva el estudio a cuestionar el rol de la innovación como herramienta de crecimiento.
Tecnología científica y Estancamiento Responsable (ER)
A lo largo de este estudio se sustenta la idea de que la reducción en innovación no tiene por que ser mala, sino que debería dejar de servir al crecimiento económico per se. En su lugar, la innovación tendría que usarse de manera respetuosa. Primero, ralentizando su velocidad actual para poder analizar en detalle los impactos que esta genera y implementar los cambios necesarios (en temas de regulación o legislación entre otros). De esta manera, por ejemplo se podría asegurar una transición justa de los combustibles fósiles a las energías renovables.
Por este motivo, los autores definen el Estancamiento Responsable (ER) como “las nuevas ideas, cambios, regulaciones, financiamientos, nuevas tecnologías, bienes y servicios que se necesitan para innovar con el objetivo de reducir y reutilizar lo que tenemos, y de conservar los recursos irremplazables, en lugar de fomentar el crecimiento per se”. Como consecuencia, definen la Innovación Responsable como “la innovación hacia soluciones cooperativas a los problemas globales, como el cambio climático”. Con esto se pretende conseguir que los beneficios de las innovaciones lleguen al mayor número posible de personas, todo lo contrario de las innovaciones del mercado, de las que suelen beneficiarse sólo unos pocos.
El estancamiento responsable se tiene que conseguir sin dejar a nadie atrás, es decir, tiene que buscar mitigar los efectos negativos de un cambio de sistema. Por esto, se tiene que dejar atrás el PIB como referencia, y buscar maneras de asegurar que el nuevo modelo de sociedad se basa en una vida próspera en todos los ámbitos, no solo el económico. No obstante esta afirmación aboca a una encrucijada: ¿Cómo podemos equilibrar la necesidad de reducir el consumo de materiales y recursos con un mundo en el cual todos podamos tener una vida digna y próspera?
Actualmente hay un incipiente número de empresas que están desarrollando innovaciones para luchar contra los retos globales. El problema es que la mayoría de ellos dependen de financiamiento público que se acaba privatizando al finalizarse el primero. Es en este punto, cuando la innovación se pone a disposición del mercado, no de las necesidades de la sociedad. El artículo defiende que, aunque hay un incremento de inversores que están evolucionando hacia un criterio de responsabilidad colectiva, todavía se necesita una importante transformación estructural a nivel económico y político para lograr el cambio total del sistema.
Revisión de los componentes del Estancamiento Responsable
Este libro persigue la idea de que cuando se piensa en términos de prosperidad en lugar de crecimiento, se genera una piscina de grandes ideas que apoyan a una configuración particular de cambio, donde la ética importa cuando intentemos restringir y vivir cuidadosamente en y con el mundo.
El Estancamiento Responsable es entonces un proyecto constructivo para imaginar y desarrollar alternativas para conseguir cubrir nuestras necesidades, sin continuamente querer más. De hecho, la piscina de buenas ideas ya está ocurriendo. Se pueden observar muchas iniciativas encaradas a resolver los problemas globales a los que nos enfrentamos. Aun así, en general, es un asunto de voluntad política que se lleven a cabo.
Siguiendo con la definición anterior, el ER es una configuración particular del cambio ya que, junto con la Innovación Responsable, proporcionan alternativas al establecimiento actual de “innovación para el crecimiento”. Es decir, nos inspira a repensar el modelo actual y el consecuente uso que se le ha dado a la innovación.
Este tipo de innovación está estrechamente ligada a la ética. Con esto, el artículo quiere hacer ver que no son dos conceptos diferentes, sino que la ética es el factor que va a guiar la innovación hacia generar un beneficio colectivo a través de la cooperación. Un pensamiento ético nos va a permitir analizar qué normas y modelos en los que vivimos queremos conservar y cuales necesitan reformularse.
Esta frase lleva a los autores a querer revalorizar el concepto de restricción. Actualmente la innovación alimenta la acumulación innecesaria de objetos alentada por la obsolescencia programada y otros mecanismos para incentivar la compra de artículos que no son realmente necesarios. Además, vivimos en un mundo con recursos limitados, por lo tanto la constante acumulación de bienes no es posible. Consecuentemente, la innovación, a través de la restricción, necesita reevaluar los modelos de producción y compra.
Finalmente, la restricción lleva al inevitable pensamiento de “Realmente necesitamos esta innovación ahora?” En realidad, muchos estudios han encontrado que ser feliz y tener una vida bienestante está ligado a dejar de consumir productos que no són necesitamos. Esto refuerza la idea de vivir cuidadosamente, es decir, teniendo en cuenta los costes externos de nuestras acciones sobre el medioambiente y la sociedad.
Responsabilidad más allá del crecimiento
Para alcanzar esta Responsabilidad se necesita la cooperación entre Ciencia, Tecnología y Innovación (CTI) ya que los problemas globales a los que nos enfrentamos, como el cambio climático o nuevos virus, tienen consecuencias irreversibles para la sociedad y los ecosistemas. Un creciente número de actores sociales piden participar en la gestión y contextualización de estos problemas ya que la industria y los gobiernos tradicionales pueden estar limitados en sus capacidades para responder a la complejidad de estos problemas. En estos asuntos, el Estado va a tener un papel clave, por sus capacidades de financiar y de ofrecer incentivos para movernos hacia el Estancamiento Responsable.
Lograr una economía más sostenible va a ser posible siempre y cuando entendamos que la innovación sirve para mejorar las cosas, no para generar crecimiento. En este contexto, el ER nos ayuda a equilibrar los recursos utilizados incorporando nuevas maneras de mesurar y valorar el impacto ambiental y económico de nuestras acciones. Para terminar, este artículo nos recuerda que para prosperar, en lugar de destruirnos a nosotros mismos y a nuestro planeta, tenemos que considerar verdaderamente que necesitamos para vivir. Es otras palabras, tenemos que innovar la innovación.
Análisis a partir del Capítulo 8 del libro “Responsibility Beyond Growth: A case for Responsible Stagnation” (2020) by Stevienna de Saille, Fabien Medvecky, Michiel van Oudheusden, Kevin Albertson, Effie Amanatidou, Timothy Birabi and Mario Pansera. Bristol University Press. Aquí el Enlace
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