En los últimos años, el sector logístico ha experimentado un notable crecimiento debido al ‘boom’ del e-commerce producto de la pandemia. Como todo crecimiento, conlleva un reto: encontrar el balance entre cumplir con la demanda y reducir la huella de carbono.
Aproximadamente el 90% de las emisiones de CO2 a la atmósfera de la actividad logística corresponden al transporte, mientras que el 10% restante está asociada a los almacenes de mercancías. En este contexto, la descarbonización se ha convertido en un elemento fundamental que permitirá al sector ser más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Desde el área logística de MVGM, compañía referente europea en Property Management, cuyo objetivo es que todos los activos de su cartera de gestión estén certificados con un sello de sostenibilidad para 2025, han analizado las vías que el sector está tomando hacia esta descarbonización:
- Camiones híbridos e infraestructuras en el transporte por carretera
El desarrollo de avances tecnológicos, como los camiones híbridos, y la modernización de infraestructuras jugarán un papel determinante en la descarbonización del transporte por carretera, que supone en torno al 65% del total de las emisiones del transporte. Aquí, la asignatura pendiente son los camiones de largo recorrido, para los que aún no existen soluciones comerciales de bajas emisiones de CO2.
- Vehículos eléctricos para la última milla
En lo que se refiere al trasporte de última milla -el proceso de distribución que se lleva a cabo desde que el producto llega al centro logístico local hasta que se le entrega al cliente-, sí que existe una apuesta del uso del vehículo eléctricos. Importantes cadenas de supermercados, así como diversos operadores de paquetería han incluido en sus estrategias el desarrollo de una flota de vehículos eléctricos, lo que supone un gran paso para la transición hacia un trasporte sostenible.
- Naves logísticas ‘verdes’
Aunque la contribución de las naves logísticas a las emisiones de CO2 sea menor que la asociada al trasporte, obviamente no se puede ignorar. Por este motivo, la tendencia actual es la de promover el desarrollo de almacenes ‘verdes’. Estos edificios son eficientes y están construidos para reducir emisiones durante la fase de construcción o demolición, para generar energía verde a través de la instalación de paneles solares en cubierta y para redoblar su utilidad con la instalación de puestos de recarga de vehículos eléctricos, así como el aprovechamiento del agua de lluvia. Además, están diseñados para aprovechar al máximo los recursos que emplean, con el ahorro de consumo de agua y electricidad y la instalación de grifería de bajo consumo o la instalación de luminaria LED.
Además, es importante tener en cuenta que, para estar alineados con los principios de la agenda 2030 de desarrollo sostenible, cada actuación, cada nuevo desarrollo, ha de verse desde múltiples dimensiones. Para que una actuación sea sostenible, debe tener en cuenta también las consecuencias sociales, económicas que genera, y no sólo las medioambientales.
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