REUTERS.-En un intento por frenar el robo de combustible, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ordenó cerrar muchos oleoductos provocando largas filas en las estaciones de gasolina de varios estados, incluyendo la populosa Ciudad de México.
Uber dijo que sus operaciones sufrieron las consecuencias del desabastecimiento en algunas ciudades de El Bajío, una región en el centro y oeste de México que incluye al estado de Guanajuato.
“Si bien el cierre temporal de algunas gasolineras puede afectar la demanda de vehículos disponibles, estamos trabajando para que los socios conductores no vean afectadas sus ganancias, al tiempo que, como se realiza en situaciones fuera de lo común, limitaremos alteraciones en las tarifas para los usuarios”, dijo Saúl Crespo, portavoz de Uber, en un comunicado.
La española Cabify sostuvo que sus operaciones también se vieron golpeadas, mientras que la gigante china Didi aseguró que no ha tenido afectaciones en sus tarifas ni servicios, aunque conductores que trabajan con esa aplicación dijeron a Reuters haber dedicado más tiempo en filas para recargar combustible.
Para las empresas de bicicletas y monopatines compartidos la crisis ha sido una bendición.
El grupo comercial que representa a empresas como la firma china de bicicletas Mobike y la estadounidense de monopatines Bird, dijo que están aumentando su demanda.
“Es una gran oportunidad para que esas compañías demuestren que las nuevas alternativas pueden ser sustitutos de los automóviles tradicionales para distancias cortas”, dijo Miguel Abad, quien lidera los asuntos públicos del grupo.
Mobike, que ingresó a México con su flota de bicicletas naranjas el año pasado, dijo que sus viajes aumentaron un 10 por ciento por encima del crecimiento normal en los últimos días.
Dezba, una empresa mexicana de bicicletas eléctricas sostuvo que sus viajes aumentaron un 30 por ciento entre el lunes y el miércoles cuando comenzó la crisis de combustibles.
“Prevemos que conforme se vaya agudizando la situación, este porcentaje aumentará”, dijo a Reuters Fernando Herrera-Lasso, director administrativo de la empresa.
Para Grin, una compañía de monopatines con sede en Ciudad de México, la demanda se había más que duplicado y el jueves la escalada fue mayor. “No se preocupe, Grin es eléctrico”, aconsejó la compañía a sus usuarios en Twitter.
Los choferes de los servicios de transporte de pasajeros han enfrentado los mismos dolores de cabeza que cualquier otro conductor para encontrar combustible, lo que en esos casos también representa un duro golpe al bolsillo.
En Ciudad de México, las gasolineras se veían abarrotadas con filas que a veces superaban las cuatro cuadras.
Cabify pidió paciencia a sus clientes. “El suministro de gasolina y las compras de pánico que se han desatado los últimos días en Ciudad de México, Querétaro y Guadalajara han afectado la operación de los socios conductores y esto puede prevalecer en los siguientes días”, dijo la empresa en un comunicado.
Luis García, un conductor de Uber que trabaja en Ciudad de México, confesó que había tenido problemas para surtirse.
“Ha habido un impacto en cuenta a la renta”, dijo García, de 30 años. “Ahora le estás invirtiendo lo que tienes que gastar en buscar una gasolinera que te dé el suministro: tiempo y kilometraje”.
Armando Silva, de 34 años y quien trabaja en el elegante barrio capitalino de Polanco, dijo que normalmente acude a su oficina en transporte público pero, con los autobuses repletos, experimentó con un nuevo viaje el jueves.
“Hoy probé un monopatín y me fue bien”, dijo. “Pero espero que se solucione el desabasto porque es más costoso y un poco lejos para hacer todo el trayecto así”.
No responses yet