La sostenibilidad se ha consolidado como eje transversal del negocio de las empresas, después de un 2020 en el que ganaron peso los aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno corporativo
Lejos de posponer el compromiso de las empresas, la pandemia ha resaltado aún más la importancia de los aspectos ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, por sus siglas en inglés). 2020 demostró que las compañías han dado un paso al frente que les llevó a asumir una responsabilidad adicional en la lucha contra la pandemia, sobre todo en su vertiente social. Así, la crisis sanitaria ha servido para consolidar la sostenibilidad como una prioridad en la estrategia y la hoja de ruta de las organizaciones.
En clave de futuro, el gran reto pasa por aprovechar la crisis no sólo para abordar una reconstrucción sino también para diseñar y consolidar un modelo económico basado en un crecimiento sostenible y un modelo inclusivo de sociedad. Una de las claves para que esto sea posible es la colaboración activa entre todos los agentes económicos y sociales. Los líderes del sector público y privado deben tomar medidas concretas, coordinar una respuesta integral y proponer soluciones para el futuro, como se destacó en el encuentro digital La responsabilidad social en la agenda para la recuperación, que organizó EXPANSIÓN en colaboración con Boston Consulting Group (BCG), como parte del ciclo Ideas para una nueva realidad.
Impacto
Todos estos aspectos se plasman en «la influencia económica, social y medioambiental que una empresa ejerce a partir de lo que hace como negocio y, sobre todo, cómo lo hace», señaló José Arias, managing director y socio responsable en BCG Iberia del sector TMT y responsable de sostenibilidad y medioambiente. Entre las distintas dimensiones en que las compañías pueden canalizar su impacto, mencionó el acceso a la inclusión, la visión ética y la sostenibilidad medioambiental. En este sentido, Arias incidió en que «las empresas deben tener una perspectiva holística en todos los ámbitos: a nivel económico, social y medioambiental».
En cuanto al balance de la pandemia, «hemos visto un salto cuántico en la involucración y la responsabilidad social de las empresas, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, y además todo esto se ha alineado con la estrategia», aseguró Sergio Figuerola, managing director y socio responsable de acción social y sostenibilidad para Iberia de BCG. Asimismo, agregó que será un factor importante en la recuperación tras la crisis sanitaria. «La agenda medioambiental ya está en primer plano para las compañías. Se ha demostrado que la sostenibilidad tiene una capacidad tractora y de generación de empleo muy importante para la sociedad», recalcó Figuerola.
Cada una desde su sector, muchas empresas han contribuido a minimizar los efectos del Covid-19. «La pandemia ha puesto de relieve que los gobiernos no pueden asumir y afrontar solos este tipo de problemas: la colaboración público-privada es esencial para abordar los retos globales», apuntó Elena Valderrábano, directora global de ética corporativa y sostenibilidad de Telefónica. La responsabilidad social ayuda a que las empresas piensen en el medio y largo plazo y, de este modo, sean más resilientes. En el caso de Telefónica, Valderrábano comentó que «nuestras dos vías fundamentales son los aspectos medioambientales y la conectividad».
«Hace años que el modelo económico español requiere de una revisión para crecer en resiliencia y sostenibilidad. Los fondos europeos de recuperación abren una oportunidad para el crecimiento económico a partir de los ejes de digitalización y crecimiento verde», planteó Lara de Mesa, directora de banca responsable de Banco Santander. Estas necesidades dan lugar a un desafío importante: «Hay que impulsar la recuperación en el corto plazo y transformar la economía en el largo, con una reinvención en todos los sectores que exige inversión y aunar esfuerzos», recalcó Lara de Mesa.
Muchos de los compromisos que adquieren las empresas tienen que ver con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Así lo indicó Jordi García Tabernero, director general de sostenibilidad, reputación y relaciones institucionales de Naturgy, que manifestó que «estos objetivos forman parte del eje de la actividad de cualquier empresa que quiera ser sostenible en el futuro». Por último, García Tabernero hizo hincapié en que las compañías deben encontrar el modo de calibrar su contribución: «Lo que no se mide, no existe. Es necesario encontrar mecanismos para la medición de la responsabilidad social en las empresas».
Por: Jesús De Las Casas, Expansión
Comments are closed