Por Evelien Moriau
¿Amas la comida? ¿Como uno de esos amantes a los que les gusta salir para cenar? En este caso, dime, ¿cuántas veces sales a cenar a la semana? ¿Y cuántas de esas veces pudiste terminar todo lo que pediste? Si no pudiste terminar todo lo que ordenaste, ¿cuántas veces le pediste al camarero llevarte lo que no comiste? Por último, ¿cuántas veces recibiste lo que no tocaste en un envase ecológico?
Hace dos años que tuve mi primera cena de trabajo, justo un par de días después de mi llegada a Barcelona. ¡Con 8 de mis nuevos colegas, pedimos algunas tapas y recibimos al final suficiente comida para casi 15 personas! Por supuesto que no fuimos capaces de acabar con toda esta deliciosa comida. Una situación a la que mis raíces belgas respondieron inmediatamente, «podemos llevarnos lo que no hemos tocado»
Cuando el camarero vino a llevarse nuestros platos planteé mi propuesta. Un momento de silencio. El camarero me miraba fijamente y respondía a mi petición inclinando la cabeza en aprobación. Los ojos de mis nuevos colegas enfocándose en mí. Una emoción de vergüenza me invadió, obligándome a justificar mi petición «mejor llevarnos lo que no hemos comido y repartirlas entre nosotros o dársela a una persona con hambre que tirar todo estos a la basura, ¿verdad?
Ahora puedes pensar que quiero iniciar una aproximación de sentimientos de culpa con las preguntas al principio y con mi historia personal. ¡Pero mi objetivo es justo lo contrario! Ni tú ni los camareros ni los dueños de los restaurantes tienen la culpa. Más bien debemos ser conscientes de que todavía hay un tabú social de pedirse lo que quedó en la mesa. ¿Y no es raro? ¿No es extraño que la mayoría todavía se sienta avergonzada de pedir la comida que sobró y está pagada, en lugar de sentirse avergonzados de desperdiciar comida buena y deliciosa que tato le costó tanto a la tierra crearla; y mientras hay tantas personas con hambre ahí fuera en las calles?
Imagínese si el camarero, al quitarle los platos, te ofreciera lo que quedó sin comerse automáticamente sin que tú tengas que pedirlo (y probablemente sentirse avergonzado haciéndolo). E imagínese si el camarero le ofreciera este alimento en un envase ecológico y biodegradable con los siguientes consejos:
Con Llévatelo, quiero realizar este futuro imaginario. El objetivo principal de Llévatelo es reducir el desperdicio de comida de los restaurantes a través de un cambio de responsabilidad: el camarero ofrecería lo que no comiste automáticamente en lugar de que tú tengas que pedirlo. El principal servicio de Llévatelo sería ofrecer a los restaurantes envases ecológicos y biodegradables a un precio más barato por unidad de lo que están pagando actualmente, si los restaurantes aceptan en ofrecer estos alimentos automáticamente. Para realizar este servicio, Llévatelo utilizaría la ayuda de patrocinadores para bajar el precio por unidad de los envases. A cambio, los patrocinadores serán reconocidos en los envases mejorando su visibilidad y imagen positiva en el mercado.
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