Esta empresa española de reciclaje situada en el Ecoparque de Toledo, gestiona más de 20.000 toneladas de plástico y fabrica productos renovables de baja huella de carbono
Cada año, los europeos generamos 25 millones de toneladas de residuos de plástico, pero menos del 30 % se recoge para ser reciclado; el resto se entierra y una parte acaba en el mar. Con el fin de invertir el impacto que el uso de plásticos está teniendo en el medioambiente y en la salud, la Unión Europea obligará a que en el 2030 todos los envases de plástico sean reciclables, se restringa el uso de microplástico y se reduzca su utilización.
Esta baja proporción de reciclaje (apenas reciclamos un 30%, un 39% son incinerados y el resto, un 31% acaba en vertederos) provoca grandes pérdidas para la economía y para el medio ambiente. Se estima que el 95% del valor del material de embalaje de plástico se pierde en la economía tras un primer uso muy breve, mientras que la producción y la incineración de plástico emiten alrededor de 400 millones de toneladas de CO2 en el mundo, lo que se podría reducir con un mejor reciclaje.
Un reto para el que la empresa española Preco, situada en el Ecoparque de Toledo, quiere aportar su granito de arena. «Nacemos desde la voluntad de encontrar una solución a uno de los mayores problemas de contaminación en el mundo: el plástico usado. Para ello, ofrecemos una solución integral de economía circular en el reciclado de plástico y que además genera cero residuos», explica Juan Baena, presidente de Preco.
Esta planta de tratamiento diseñada para gestionar más de 20.000 toneladas de plástico usado, opera 24 horas al día y fabrica productos renovables de baja huella de carbono y biocombustibles avanzados a partir de residuos sólidos urbanos, que están certificados por la Unión Europea. «Esto significa que no sólo cumple la normativa española, sino también con la europea, muchísimo más exigente. La maquinaria y tecnología ha sido desarrollada en España y es de tan alto nivel que puede competir con cualquier otra del mundo sin complejo alguno», argumenta.
Para ello, un equipo de 35 personas, ingenieros, químicos y físicos, utilizan la pirolisis, una tecnología que transforma el plástico en líquido renovable. «El proceso de transformación se realiza por calor, en atmósfera inerte, sin oxígeno, por lo que en el proceso de pirolisis no hay combustión y, por tanto, no se generan contaminantes atmosféricos perjudiciales como dioxinas y furanos».
La pirolisis produce tres elementos: biocarbón, que es recuperado para uso industrial, como sustituto del carbón mineral; syngas, que se utiliza como fuente térmica para mantener la temperatura y líquido renovable.
El respeto por el medioambiente es otro de los pilares de esta compañía. La tecnología empleada en el proceso de reciclaje permite «el aprovechamiento eficiente de todo el proceso, no genera componentes químicos ni dioxinas y el CO2 que emite es un 95% inferior que el de los fósiles». «En cualquier caso -añade- hay que tener en cuenta siempre que los beneficios al medio ambiente de evitar que miles de toneladas de plástico se entierren cada año en España son infinitamente mayores. Globalmente, nuestra tecnología es mucho más que neutra en emisiones, es claramente equilibradora de las mismas. Un plástico enterrado tarda en degradarse mil años sin citar lo que pasa en el mar».
Pero, ¿sería posible un mundo sin plásticos? «El plástico es bueno y necesario, y hoy no existe un material alternativo. Actualmente no podemos concebir la alimentación o la sanidad, por ejemplo, sin el plástico. Por eso la cuestión no es eliminar el uso del plástico sino replantear su uso, yendo más allá de una única utilización. Hoy podemos convertir el plástico en una materia prima que transforme el modelo industrial químico, solucionando el problema de su acumulación y vertido. Contamos con la tecnología suficiente para convertirlo en un material que siga un proceso circular y que, además, genera empleo y economía sostenible», explica.
Los plásticos, necesarios
Envases de zumos, lácteos, botellas de agua, refrescos, champús, vasos, platos, bandejas…. todos los residuos de plástico son «practicamente recuperables» aunque para cada uno existe un proceso. «Esto no significa que todos puedan volver a ser lo que eran, puntualiza Baena, ya que en principio y por seguridad alimentaria, algunos no pueden volver a convertirse en nuevos envases de comida. No obstante, el desarrollo de nuestra tecnología posibilita que este reciclado sea posible».
La pirolisis no genera componentes químicos ni dioxinas y el CO2 que emite es un 95% inferior que el de los fósiles
«Los residuos plásticos se pueden convertir en nuevos plásticos de calidad virgen, porque lo que obtenemos en Preco es una materia prima secundaria. El líquido producido también puede utilizarse como biocombustible avanzado para el transporte o como materia prima para la industria petroquímica», ejemplariza.
Baena afirma que su compañía tiene la capacidad de gestionar «todo el proceso de reutilización del plástico, desde buscar la mejor ubicación para una planta o el contacto con las administraciones, al suministro de residuo, diseño y fabricación de la maquinaria, proceso termoquímico para la obtención de biolíquido y, finalmente, su comercialización».
Por todo ello, se han convertido en una empresa de referencia en el sector del reciclaje. «Para la mayoría de grandes compañias, nuestro proceso es complementario a su negocio principal y ponerlo en marcha es extremadamente complejo. Por eso necesitan empresas con las que llegar a alianzas para que les suministren líquido renovable, vuelvan a dar vida a residuos plásticos o, simplemente, puedan ir juntos en proyectos de economía circular».
Insiste en que la «agilidad» de las administraciones es clave en este camino por lo que deben «simplificar procedimientos administrativos y convocar ayudas necesarias para impulsar proyectos ya que la sensibilización de la población es un factor crucial en su compromiso con la separación de residuos. «Tenemos que ser conscientes de que reducir, reutilizar y reciclar no cuesta, sólo trae beneficios y está en la mano de todos los ciudadanos», sentencia.
2030: fecha en que todos los plásticos deberán ser reutilizables
El presidente de Preco indica que España «tiene todas las condiciones para llegar a tiempo y preparada a 2030. Dispone de tecnología, empresas punteras y sensibilidad. Alcanzar una transición hacia la economía circular requiere de la colaboración, participación e implicación de toda la sociedad, no solo de las administraciones públicas sino también de todos los sectores económicos, que han de incorporar la innovación como elemento clave»
Por: Elisabeth Bustos, ABC Toledo
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