Por: Silvia Martínez Bruselas
A tiempos excepcionales, respuestas excepcionales. La propagación del coronavirus y el temor a una recesión sin precedentes de la economía europea no solo han llevado a Bruselas a suspender, por primera vez en su historia, la disciplina fiscal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Desde mediados de marzo, la Comisión Europea ha modificado también en dos ocasiones el marco temporal de ayudas de Estado para permitir a los gobiernos de la UE salir al rescate e inyectar miles de millones en subsidios públicos para la supervivencia de sus empresas.
Esta política ha suscitado muchas críticas, ya que los países con un mayor margen fiscal tienen también mayor capacidad de fuego para apoyar a las empresas más golpeadas por la crisis, y prueba de ello es que más de la mitad de las ayudas públicas autorizadas -1,95 billones de euros a través de más de 160 decisiones- corresponden a Alemania (51%), muy por delante de Francia (17%) o Italia (15%), los únicos que superan el 10%.
Aunque Bruselas debe asegurarse de que la ayuda no distorsiona la igualdad de las condiciones en el mercado interior, es un riesgo creciente del que llevan alertando semanas España y otros países de la eurozona. «No tenemos ninguna razón para criticarla. La Comisión Europea ha relajado significativamente las reglas por la crisis del coronavirus y es perfectamente aceptable que los estados con el margen fiscal adecuado lo utilicen», según dijo el comisario Paolo Gentiloni al diario Handelsblatt sobre las inyecciones masivas de Berlín.
Necesidad de liquidez
A raíz de la primera modificación, Bruselas autoriza a los estados a conceder subvenciones directas, ventajas fiscales selectivas y anticipos de hasta 800.000 euros a cada empresa para que puedan hacer frente a las necesidades urgentes de liquidez y mantenerse a flote. También se permiten las garantías de Estado para préstamos bancarios a empresas, créditos públicos a tipos de interés subsidiados, canalizar subvenciones a la economía real a través de los bancos, y seguros de crédito a la exportación a corto plazo. La segunda modificación aprobada hace dos semanas abre todavía más este grifo al permitir a los estados miembros, aunque bajo estrictas condiciones, nacionalizar temporalmente empresas permitiendo «intervenciones públicas» en forma «de ayudas destinadas a la recapitalización de empresas no financieras» y reducir el riesgo para el conjunto de la economía europea. Para evitar falseamientos indebidos de la competencia, solo se pueden conceder «si no se dispone de otra solución adecuada», siempre que redunde en el interés común debido a las dificultades sociales que entrañaría la quiebra y se limiten al mínimo para garantizar la viabilidad de la empresa.
Además, el Estado también deberá recibir una remuneración suficiente y se exigen planes de salida, de forma que el capital público solo estaría autorizado a permanecer un máximo de seis años en las empresas que cotizan en bolsa y siete en el resto. Hasta que el Estado no salga del capital de las empresas, está prohibido el reparto de dividendos y la recompra de acciones. Además, se aplicarán topes en la remuneración de los directivos hasta que no se devuelva al me
nos el 75% del capital público.
ALEMANIA
Lufthansa, TUI y Adidas, a la cabeza de la lista
Tanto los ingresos fiscales como la reducción de la deuda pública acumulada permiten a Alemania desplegar un gasto estatal impensable hace meses. El Ministerio de Finanzas ya ha previsto cerrar el 2020 con un aumento del gasto público de más de 122.000 millones de euros para financiar programas de estímulo y ayudas directas tanto a autónomos como a medianas y grandes empresas.
La aerolínea Lufthansa, golpeada por el freno del tráfico aéreo, fue de las primeras en acudir a la ayuda del Estado. Según informa el semanario Der Spiegel, el Gobierno federal ha presentado un paquete de ayuda de unos 9.000 millones de euros del fondo de estabilización económica y de un crédito del banco público KfW. A cambio, el Estado podría hacerse con el 20% del capital social de la aerolínea y obtener representación en el consejo de administración.
El turoperador TUI ha pedido un crédito público de casi 2.000 millones, a pesar de haber anunciado su intención de despedir a 8.000 trabajadores. También la marca de ropa deportiva Adidas ha solicitado un crédito de 3.000 millones de euros a un consorcio bancario, de los cuales casi la totalidad procede del banco público KfW. Y, en la industria automotriz, el sector del que dependen más empleos en la industria alemana, los gigantes BMW, Daimler y Volkswagen y el Gobierno de Merkel trabajan en un programa que incluya incentivos para la compra de coches nuevos y líneas de crédito del banco público KfW, según la prensa alemana.
FRANCIA
Ayudas con condiciones a Renault, Air France y Fnac
Para tratar de impedir la desaparición del tejido empresarial y evitar que se dispare la tasa de paro, el Ejecutivo francés ha ampliado los plazos para abonar las aportaciones a la Seguridad Social, alquileres y facturas, ha concedido ayudas puntuales, escalonado el reembolso de los préstamos bancarios y financiado el paro técnico para mantener el empleo, pero sobre todo ha movilizado 450.000 millones de euros de ayudas y garantías del Estado, el 20% de su PIB.
Entre los rescates, destacan el de la aerolínea Air France, Renault y Fnac-Darty. Air France dispondrá de un préstamo histórico de 7.000 millones de euros, 4.000 concedidos por seis bancos y garantizados en el 90% por el Estado francés, y los otros 3.000 vía préstamo estatal directo. No es un cheque en blanco: tendrá que reducir su huella ecológica eliminando vuelos domésticos que puedan realizarse en tren en dos horas y media.
También hay exigencias para que el Estado avale el préstamo de 5.000 millones de euros prometido a Renault. Si quiere recibir el cheque de las arcas públicas, deberá respetar las subcontratas, mantener en Francia su actividad tecnológica y desarrollar el coche eléctrico. Mientras, el grupo de distribución FnacDarty -que ha logrado 500 millones, el 70% avalado por el Estado- se ha comprometido a no repartir dividendos correspondientes al ejercicio 2019.
Además, el Gobierno francés ha anunciado un plan de apoyo al turismo valorado en 18.000 millones y ayudas para la industria del automóvil.
ITALIA
Créditos oficiales para la aristocracia industrial
Unas 250 empresas han solicitado ya créditos avalados por el Estado en Italia, fórmula lanzada en uno de los últimos decretos del Gobierno para paliar las consecuencias de la pandemia. El Ejecutivo ha puesto sobre la mesa 200.000 millones de euros, de los que se estima que «al menos un 5%» no será devuelto, lo que constituiría una pérdida para el Estado que, indirectamente, iría a cargo de todos los contribuyentes.
Una tercera parte de los 200.000 millones está destinada a las pymes. Entre las cláusulas, se prevé que el Estado «pueda entrar» en la dirección de la empresa beneficiaria «mientras no se devuelva el crédito», plazo que está en fase de definición, aunque podría durar hasta 10 años. La lista preliminar de empresas comprende, entre otras, a FCA (Fiat), el coloso Fincantieri, Costa Crociere, Autogrill, Aeropuertos de Roma (ADR), Rinascente, OVS, Safilo, Unieuro, Api, Maire Tecnimont, Kos, Sogefi, Alpitour, etcétera. Se trata de lo que algunos llaman «la aristocracia industrial italiana».
Alitalia, actualmente intervenida, constituye un caso aparte, porque ha sido rescatada inútilmente ya tres veces y, para salvarla de nuevo, el Gobierno se propone su renacionalización, con 3.350 millones, entrando en la gestión de la misma para posteriormente venderla. Lufthansa, que ya controla Air Dolomiti (con vuelos desde el norte de Italia a Múnich), podría ser la candidata, aunque pretendería que, antes, pasara por una cura adelgazante de entre 2.000 y 4.000 empleados.
ESPAÑA
A la cola ante el escaso margen de su economía
España se sitúa a la cola de Europa en ayudas a sus empresas para hacer frente a la crisis del coronavirus ante el escaso margen fiscal de su economía. El Gobierno salió al socorro de las compañías al inicio de la pandemia con ayudas horizontales como moratorias de impuestos para pequeñas empresas o suspensiones temporales de empleo. El mecanismo principal para asegurar la liquidez ha sido una línea de avales públicos de hasta 100.000 millones de euros en préstamos del ICO, pero ni rastro de inyecciones de dinero directo a las empresas.
Esta línea de avales se va desembolsando en tramos de 20.000 millones de euros y ya se han alcanzado los 84.000 millones. El Estado garantiza el cobro del 80% de los préstamos a pymes y autónomos, y de entre el 60% y el 70% al resto de empresas, pero sin exigir a cambio ningún tipo de contrapartida.
Además, se trata de una medida especialmente dirigida a pequeñas y medianas empresas. Solamente se conocen algunos nombres de grandes compañías como Iberia o Vueling que se han enganchado a esta ayuda, con 750 y 260 millones de euros, respectivamente. Unas cifras que poco o nada tienen que ver con los miles de millones que los países vecinos destinan a sus aerolíneas de bandera.
Los avales del ICO contaban hasta el pasado martes con 394.543 operaciones, el 98% con pymes y autónomos, que han movilizado avales por valor de 39.631 millones de euros y han inyectado 50.922 millones al tejido productivo.
ESTADOS UNIDOS
Préstamos ‘perdonables’ para el pago de salarios
Salvo por el rescate de las aerolíneas, deletreado con detalle por el Departamento del Tesoro, es difícil trazar un retrato específico de los mayores beneficiados por el rescate en EEUU, una falta de transparencia contra la que cinco medios han interpuesto una demanda para recabar datos. La lista de nombres propios por ahora la encabezan cuatro aerolíneas (American, Delta, United y Southwest), que han recibido unos 19.500 millones de dólares de los 29.000 destinados al sector. El 70%, que debe usarse para compensación salarial, está exento de devolución. Y la polémica no ha tardado en llegar cuando las aerolíneas han empezado a recortar horarios a empleados.
El resto de los grandes beneficiados se van conociendo por informaciones de prensa (y polémicas), o por la presentación de documentación ante la SEC por parte de compañías que cotizan en bolsa que han optado al PPP, el Programa de Protección de Pagos que en dos rondas reparte más 700.000 millones de dólares en forma de préstamos de hasta 10 millones perdonables a empresas de menos de 500 empleados si el 75% de lo recibido se emplea en mantener nóminas.
También ha habido un rescate indirecto al sector del petróleo y el gas, beneficiado por un cambio en el código fiscal en la ley de ayudas con el que ya han logrado más de 2.000 millones de dólares. Con la vista en las elecciones, Trump ha diseñado para la agricultura y la ganadería un rescate de 16.000 millones en pagos de hasta 250.000 dólares por persona.
Artículo publicado en El Periódico de Cataluña
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