La empresa catalana Soruka llamó la atención hace poco por la introducción en el mercado norteamericano de sus bolsos hechos con piel reciclada. También porque ha llegado a acuerdos con distribuidores para vender a buena parte del mercado europeo, especialmente en Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Austria y Dinamarca.
La marca, que cuenta con una tienda en el barrio de Gracia en Barcelona, se dedica a la producción, distribución y venta de bolsos, carteras y accesorios artesanales de stock de piel sobrante de fábricas y productores artesanales. En esta ocasión pudimos conversar con Josep Riera y Cristina Bosch., representantes de esta propuesta de economía circular.
¿Cómo nace Soruka?
La idea, que surgió durante el año 2017, era producir una serie de bolsos que veíamos que podían ser reciclados y convertirlos en un producto sostenible. Es decir, utilizar solo pieles de stock sobrante. De esta forma, evitábamos que se desperdiciasen un montón de pieles que iban a la basura y también nos acercábamos al slow fashion.
¿Qué desafíos y obstáculos han tenido en sus primeros pasos como empresa?
Lo importante respecto al producto era que todas las pieles utilizadas fueran recicladas. O bien una piel que haya quedado obsoleta porque ha sobrado o ha sido recortada durante el proceso de producción.
Así pues, nuestra primera preocupación fue la calidad. Como estamos hablando de restos, a veces estos no son de la calidad que esperamos. Intentamos buscar la forma de que el producto final sea de calidad utilizando las pieles que se tiraban. Sin duda, lo más importante era la lucha por la calidad.
Al inicio empezamos a vender en España, pero no existía mucha concienciación acerca de la moda sostenible, cosa que ha cambiado afortunadamente. Entonces fuimos a vender a Alemania y Dinamarca, y si queríamos empezar a exportar, debíamos asegurarnos de tener un buen producto.
¿Cómo se dio esa entrada en el mercado danes y alemán?
Lo primero que hicimos fue ir a ferias comerciales de B2B (Business 2 Business) por Europa. A partir de allí, empezamos a hacer una red de representantes y de tiendas.
¿De dónde consiguen estas pieles? Han mencionado que de las fábricas, ¿cuál es ese proceso?
Lo hacemos de dos formas. Una forma es que trabajamos con distintos tipos de artesanos que consiguen las pieles buscando en fábricas los retales y restos de la producción. Después también trabajamos con fábricas directamente. Hasta el momento estamos con tres fábricas y con dos grupos de artesanos distintos. No puede depender toda la producción de uno solo.
¿Estas fábricas dónde están ubicadas?
Están en India. Allí la industria de la piel es la mayor del mundo. Están ubicadas en Bengala y Uttar Pradesh.
Hace poco entraron al mercado norteamericano, ¿cómo fue esa experiencia junto con ACCIÓ?, ¿cómo se dio?
Siempre estamos analizando en qué mercados nuevos podemos entrar.
Durante la pandemia bajaron mucho las ventas en España, así que quisimos introducirnos en Estados Unidos. Ya teníamos algún cliente, pero estos cayeron durante la crisis del coronavirus. Entonces, empezamos a buscar a través de ACCIÓ -la agencia para la competitividad de la empresa del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña-, agentes comerciales para vender el producto porque dejaron de hacerse ferias comerciales. Los agentes seguían trabajando porque los estados republicanos no habían cerrado por la pandemia. Algunos estados demócratas sí que tenían más restricciones, pero los estados republicanos tenían muy pocas. Fue allí donde empezamos a vender durante el coronavirus buscando representantes on the road. Nos fue bastante bien. Así como en Europa las ventas bajaron a más de la mitad, en Estados Unidos empezamos a vender casi como en Europa. En dos años hemos podido alcanzar el mismo nivel de ventas.
¿Tienen algún otro mercado al que quisieran dirigirse?
Siempre estamos probando y testeando otros mercados. Estuvimos en Dubai, en Emiratos Árabes y en Japón. No nos fue muy bien. Pero hay que seguir probando. El éxito viene aprendiendo de los errores. Vamos a pegarnos contra la pared hasta que consigamos encontrar una vía por dónde introducirnos.
¿Cómo son los bolsos Soruka?
En el concepto de bolso que hacemos, intentamos poner las pieles recicladas con más colorido delante y las más oscuras atrás. Soruka tiene unas características que la hacen identificable sin ver la marca. Otra particularidad de los bolsos, es que cada uno es distinto. Porque al trabajar con retales y pieles sobrantes, no tenemos grandes estocs; así que hacemos combinaciones de pieles que resultan en bolsos muy llamativos y diferentes. No hay dos iguales. Es otro de nuestros valores.
También, como producto novedoso, hasta ahora solo hacíamos bolso de mujer. Las maletas y carteras de hombre suelen ser negras y marrones. Y este año, hemos introducido una colección para hombres. No serán los colores que caracterizan a Soruka; serán más oscuros, pero el resultado que hemos conseguido es algo que no había hecho nadie, que yo sepa.
Son B2B, pero quieren empezar a explorar el canal B2C también, ¿en qué situación está ese plan?
Aún estamos en una fase inicial. Lo estamos trabajando a través de un Ecommerce propio. Y además queremos trabajar en varias plataformas de B2C (Business to Consumer). Estamos poniendo las bases de todo eso para empezar a llegar al consumidor final. El plan es tanto para Europa como para Estados Unidos.
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