Artículo publicado en EFEVerde
Bilbao está comprobando los efectos «positivos» de haber limitado a un máximo de 30 km/h la velocidad de los vehículos en todas sus calles y avanza hacia convertirse en una «ciudad peatonal» cada vez con menos espacio para los coches y más para la ciudadanía.
El concejal adjunto de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, Álvaro Pérez, ha explicado a Efe las acciones que lleva a cabo el consistorio ante el cambio climático, como las de autoconsumo con energías renovables, y ha adelantado próximas medidas, como la inclusión de un «factor verde» en las obras. El límite de velocidad a 30 por hora para los vehículos, establecido hace casi dos años en los 377 kilómetros de calles de Bilbao, es una de las principales medidas de movilidad urbana sostenible incluidas en los planes municipales para intentar mitigar los efectos de la crisis climática global.
La capital vizcaína se convirtió en septiembre de 2020 en la primera ciudad del mundo de más de 300.000 habitantes que imponía ese tope de 30 km/h en todas sus vías.
Se trata de una medida pensada no solo para mejorar la seguridad vial, con una disminución de los accidentes de tráfico y una menor gravedad de éstos, sino también para contribuir a la reducción de la contaminación atmosférica -el transporte es uno de los principales generadores de gases de efecto invernadero- y del ruido ambiental en la ciudad.
Camino de cumplirse dos años desde la implantación del «Bilbao a 30», y aunque el Ayuntamiento no oculta que algunos conductores se han relajado en la obediencia de la norma, Álvaro Pérez ha destacado que la medida ha sido «muy positiva» y que, entre otros beneficios, ha propiciado un descenso de 2 decibelios (de 68,5 a 66,4) en el ruido ambiental.
Cambiar el chip
Limitar la velocidad en todo el casco urbano es una cuestión «controvertida» porque «cuesta cambiar el chip de pasar de ser ciudad-carretera a ciudad-peatonal«, pero el concejal bilbaíno está convencido de que se debe seguir avanzando en esa dirección.
Bilbao es, de las diez principales ciudades españolas, la que cuenta con más calles peatonalizadas, un 20 %, según un informe de la OCU de 2020, y tiene en marcha nuevas obras para dar más espacio al peatón, como las que se llevan a cabo actualmente en la calle María Díaz de Haro, una de las grandes arterias de la villa que se llenará de árboles, y otros proyectos pendientes: hacer peatonal un tramo de la Gran Vía e incluso la plaza Moyua, lo más céntrico.Otro aspecto de la movilidad sostenible está relacionado con el transporte público. El servicio municipal Bilbobus ha puesto en servicio en marzo un nuevo autobús 100% eléctrico y ya dispone de 12 de ellos, más otros 83 vehículos híbridos. Suman casi el 70 % de la flota, con la previsión de llegar «al cien por cien», subraya el concejal adjunto de Movilidad.
También han aumentado significativamente en los últimos años las personas que se desplazan por Bilbao en bicicleta. El servicio de préstamo municipal Bilbaobizi ha crecido, sobre todo desde que los vehículos disponen de pedaleo asistido (eléctrico), desde las 17.000 personas inscritas en 2018 hasta las cerca de 28.000 en 2021.
Además de las cuestiones de movilidad, Pérez ha indicado que el Ayuntamiento de Bilbao mantiene activas otras medidas de diversa índole reflejadas en sus planes contra la emergencia climática y proyecta nuevas actuaciones, como la aplicación de un «factor verde» en las obras.
Consistirá en que, en los contratos que suscriba el consistorio, se dará mayor valoración a aquellos proyectos en los que se adopten determinadas medidas medioambientales, como por ejemplo el empleo de material reciclado, según ha explicado Pérez.
Refugios térmicos
El edil ha adelantado que otra medida novedosa será la próxima edición de una guía de «refugios térmicos» en Bilbao, para que, en situaciones de altas temperaturas, la ciudadanía conozca lugares de la ciudad -iglesias, estaciones de metro, parques…- donde poder encontrar más «confort» y estar más fresco.
Una actuación municipal en marcha desde 2015 y que va a tener continuidad es la de los huertos urbanos, con parcelas cedidas a vecinos para su cuidado. Tras las que operan en Artxanda, Otxarkoaga y Rekalde, próximamente -ha indicado el concejal- se adjudicarán 50 nuevos huertos en Zorroza.
El Ayuntamiento de Bilbao afronta también la crisis climática desde el punto de vista energético y con alguna medida novedosa: el pasado enero inició en Otxarkoaga la primera experiencia de autoconsumo energético compartido en la ciudad, para suministrar a viviendas sociales del barrio energía generada por los paneles solares instalados en un centro comercial y otro edificio de la zona.
En otra actuación, el consistorio puso en funcionamiento el pasado mes de febrero 186 placas solares en el cementerio municipal, en Derio, para el autoconsumo energético del camposanto.
Pérez ha asegurado que todos los responsables locales están «alineados» para seguir trabajando en medidas que ayuden a paliar la crisis climática, y ha puesto de relieve que en todo este proceso es imprescindible la «colaboración ciudadana».
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