Los desastres naturales afectan a las mujeres de forma diferente. Por ejemplo, en determinados países utilizan unas vestimentas tradicionales que en el caso de que se produzca una inundación o desastre natural «impiden» a las mujeres «que sean rápidas para nadar». Asimismo, hay lugares en los que se fomenta el deporte y «agilidad» entre los niños, y no tanto entre las niñas, lo que les lleva a no tener «la misma capacidad para nadar».
El cambio climático no es solamente un problema medioambiental, sino también social, ya que «multiplica» las desigualdades y «agrava» la discriminación que sufren en países empobrecidos distintos colectivos «vulnerables», como las mujeres y las niñas.
Así se concluye en el informe ‘Perspectiva de género en las migraciones climáticas’ en el que se analiza el impacto que el cambio climático está teniendo especialmente en las mujeres y niñas en el contexto de la movilidad humana inducida por este fenómeno.
Beatriz Felipe, autora del estudio de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), ha explicado que «en ocho de cada diez» hogares que carecen de agua en su hogar, «son las mujeres las que la recogen». Por ello, ante una situación de sequía, «hay menos agua disponible» y el recurso «estará más lejos». En este contexto, las encargadas de recoger el agua «tienen que recorrer más distancia, lo que implica más tiempo». Esto, según destaca la autora, les quita tiempo, por ejemplo, de su educación.
Asimismo, también ha explicado que los desastres naturales afectan a las mujeres de forma diferente. Por ejemplo, en determinados países utilizan unas vestimentas tradicionales que en el caso de que se produzca una inundación o desastre natural «impiden» a las mujeres «que sean rápidas para nadar». Asimismo, hay lugares en los que se fomenta el deporte y «agilidad» entre los niños, y no tanto entre las niñas, lo que les lleva a no tener «la misma capacidad para nadar».
Estos son algunos de los ejemplos proporcionados por la autora para destacar cómo el cambio climático «está haciendo que se agraven las desigualdades». De igual modo, ha avisado de que hay ocasiones en las que las mujeres «quedan atrapadas en su lugar de origen» mientras sus maridos migran, con lo que ellas asumen la carga de trabajo que tenían ellos, algo que también afecta a su educación y salud.
Además, ha recalcado que las mujeres y niñas migrantes independientemente de las causas de su desplazamiento, se exponen a ser víctimas del tráfico de personas con fines de explotación sexual, a la precariedad laboral y a sufrir racismo y xenofobia, entre otras discriminaciones y formas de violencias basadas en el género.
Para la investigadora, «es esencial tener en cuenta las desigualdades de género sistémicas y estructurales para generar políticas climáticas transformadoras, que integren la perspectiva de género». Asimismo, ha reivindicado medidas para «evitar, minimizar y abordar de la mejor manera posible las migraciones climáticas y los desafíos específicos para las mujeres y niñas».
A la presentación del estudio ha asistido la secretaria de Estado de Migraciones en funciones, Consuelo Rumí, quien ha defendido de «visibilizar una realidad poco conocida». Al respecto, ha advertido de que en el año 2050 se prevé que el cambio climático lleve al desplazamiento forzoso de 150 millones de personas.
«Podría decirse que nos encontramos ante un nuevo tipo de colonialismo, el climático, puesto que se da la circunstancia de que quienes están soportando las peores consecuencias son precisamente los que menos han contribuido a crear el problema», ha afirmado Rumí.
A su juicio, el cambio climático tiene un «efecto demoledor» sobre millones de personas que se ven forzadas a abandonar sus hogares. «Y ese efecto es aún más devastador para las mujeres y las niñas, porque son ellas las que habitualmente se encargan de aspectos sobre los que el cambio climático está haciendo estragos y porque las discriminaciones de género, como la violencia machista o el menor acceso a la educación, se ven agravadas en contextos migratorios», ha remarcado.
Publicado en el newsletter de iagua el 25 de noviembre
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