La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha revisado la situación de sequía en las cuencas internas y ha decidido que siete nuevas unidades entren en el escenario de excepcionalidad, concretamente el Anoia-Gaià, la cabecera del Ter, l embalse de Darnius Boadella, el Empordà, el Llobregat Mitjà, Prades Llaberia y la Cordillera Transversal. Por lo que respecta a la cabecera del Llobregat, esta unidad pasa de la prealerta a la alerta. El resto de unidades siguen sin cambios.
Con este cambio, de las 18 zonas en las que está dividido el territorio de las cuencas internas, tres unidades están en situación de normalidad, dos en prealerta, dos en alerta y once en excepcionalidad. De esta forma, 495 municipios se sitúan en el escenario de excepcionalidad (que representan una población de 6.632.000 habitados), 38 en alerta, 54 en prealerta y 43 en normalidad.
Medidas en el escenario de excepcionalidad
El escenario de excepcionalidad supone un paso más en la reducción de agua en algunos usos, como la reducción del 40% del agua para usos agrícolas, la reducción del 15% para usos industriales, la reducción del agua agua para usos lúdicos (15% en usos asimilables y 50% en riego) y la prohibición del riego de zonas verdes, tanto públicas como privadas (solo se permitirá el agua para mantener vivo el arbolado y haciéndolo gota a gota o con regaderas). También se prohíbe la limpieza de calles con agua potable. También existe una reducción de la dotación de agua media por habitante y día. Si en el escenario de alerta era de 250 litros por habitante y día, en excepcionalidad pasa a los 230 litros por habitante y día.
Poca repercusión de las lluvias del fin de semana
La respuesta hidrológica de las lluvias del sábado y el domingo ha sido, en general, poco significativa, ya que sólo ha aportado hasta ahora algo más de 2 hectómetros cúbicos de agua a los embalses del sistema Ter-Llobregat, cifra que representaría el consumo de entre una semana y media a dos.
Las aportaciones han sido destacables principalmente el sábado en las cabeceras del Llobregat y el Cardener. Caudal punta de 20 m³/s en Guardiola de Berguedà, 5 m³/s en Guixers (Agua de Valls). En la cabecera del Ter, 12 m³/s en Ripoll.
Aunque poco importantes, las aportaciones generadas por el episodio de precipitaciones han servido para romper la tendencia decreciente de las reservas.
Máxima producción de los recursos no convencionales
En 16 meses, las desalinizadoras catalanas han producido más de 80 hm³ de agua. Esta cantidad equivale al embalse de la Llosa del Cavall, en el Solsonès.
Además de la desalinización, en los últimos meses se está potenciando la producción de agua regenerada, con una producción entre 2022 y 2023 de 80 hm³. En las últimas semanas, se ha incrementado hasta los 1,5 m³/s la aportación de agua regenerada en el tramo final del Llobregat y disponer de esta forma de más agua que, posteriormente, debe ser potabilizada. Esto permite disponer de mayor recurso en el ámbito metropolitano y preservar más reservas en los embalses. Se prevé que en los próximos seis meses (entre abril y septiembre) esta aportación de agua regenerada sea superior a los 16 hm3.
También se está aportando actualmente agua regenerada para el riego agrícola del canal de la derecha del Llobregat (0,2 m³/s), para garantizar las demandas de riego.
Además se han extraído más de 57 hm3 de agua de los pozos de sequía. Por tanto, la suma de estos recursos (desalinización, regeneración y pozos) ha aportado más de 217 hm3 al sistema, el equivalente a los tres embalses de la cuenca del Llobregat (La Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç).
Entre los meses de mayo y junio, se prevé haber terminado las obras para incrementar la producción de agua de la potabilizadora del Besòs, aprovechando una parte del agua del Rec Comtal y haciendo que la planta pase de una capacidad de 100 a 400 litros por segundo. En una segunda fase de esta actuación, que estaría terminada a finales de año, la capacidad de producción subirá hasta los 860 litros por segundo.
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