Traducción de artículo publicado en Reuters por Steven Grattan
La deforestación en la selva amazónica de Brasil aumentó un 14% en marzo respecto al año anterior, según mostraron datos oficiales preliminares el viernes, lo que destaca los continuos desafíos para el nuevo gobierno de izquierda.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo el 1 de enero y se comprometió a poner fin a la deforestación después de años de aumento de la deforestación bajo su predecesor Jair Bolsonaro, quien recortó los esfuerzos de protección ambiental en la Amazonía.
“Este aumento en las cifras revela que la Amazonía aún sufre una gran falta de gobernabilidad y que el nuevo gobierno necesita actuar con urgencia para reconstruir su capacidad de represión a los delitos ambientales, que había sido totalmente destruida por el último gobierno”, dijo Marcio Astrini. , líder del grupo ambientalista local Observatorio del Clima.
Los datos de la agencia de investigación espacial Inpe mostraron que 356 kilómetros cuadrados (137 millas cuadradas) fueron limpiados en el Amazonas brasileño el mes pasado.
Las últimas cifras presentan una imagen mixta sobre la lucha contra la deforestación del gobierno hasta el momento, con la destrucción de enero a marzo cayendo a 845 kilómetros cuadrados (326 millas cuadradas), una disminución del 11% con respecto al año anterior.
Brasil mide oficialmente la deforestación anual de agosto a julio, para limitar la influencia de la capa de nubes que oscurece la destrucción de las imágenes satelitales durante los meses de lluvia. Durante los primeros ocho meses de ese período, de agosto de 2022 a marzo de 2023, la deforestación aumentó un 39% año tras año.
“Faltan solo cuatro meses para cerrar los números finales de deforestación. Esto significa que es poco probable una disminución de las tasas finales de deforestación en la Amazonía en 2023. De hecho, tiene mayores posibilidades de aumentar”, dice Astrini.
A fines de febrero en Brasilia, el enviado climático de EE. UU., John Kerry, dijo que el mundo no puede cumplir su objetivo climático de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados a menos que proteja la selva amazónica.
Washington anunció a principios de año su intención de contribuir al Fondo Amazonía de Brasil, que apoya proyectos de conservación en la región selvática.
Noruega también prometió su apoyo el mes pasado a los esfuerzos de Brasil para atraer países donantes adicionales para el Fondo Amazonía.
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