El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, a través de la Oficina Catalana del Cambio Climático, de la Dirección General de Calidad Ambiental y Cambio Climático, ha validado los informes verificados de las emisiones de las instalaciones incluidas en la ley que regula el régimen del comercio de derechos de emisión (RCDE) de gases de efecto invernadero (GEI) correspondientes al año 2022. Esta información ya se ha inscrito en el Registro comunitario de derechos de emisión.
En Cataluña, las 92 instalaciones incluidas en la RCDE han emitido en total 12.823.945 toneladas de CO2 eq, lo que supone una reducción de 16.064 toneladas de CO2 eq respecto al año anterior, un 0,13% menos. Estas instalaciones son las responsables de aproximadamente un 30% de las emisiones de GEI de Cataluña. Desde el inicio de la RCDE, en 2005, las emisiones anuales se han reducido más de 7,2 millones de toneladas de CO2, lo que representa un decremento del 36% en 17 años. Analizando por diferentes períodos de cumplimiento, desde 2013, año de inicio de la fase III de la RCDE en la que entraron en vigor las nuevas reglas de funcionamiento del esquema del mercado, las emisiones han descendido el 2,6% .
La generación eléctrica, disparada
Durante el año 2022, todos los sectores han reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero salvo el sector de fabricación de vidrio, que ha incrementado ligeramente, y el sector de generación de energía eléctrica con combustible fósil. Las disminuciones más significativas han sido del sector de la cogeneración, que ha reducido sus emisiones más de un 30% respecto al año anterior, fundamentalmente a consecuencia de los elevados precios del gas natural y la falta de concreción por parte del órgano competente de la retribución a la energía generada e introducida en la red, así como la refinería y la química orgánica.
En cambio, el sector de generación eléctrica ha incrementado más de un 50% las emisiones, equivalente a un aumento de más de un millón de toneladas de CO2, siendo el aumento más significativo desde que se reportan los datos en el Régimen del Comercio de derechos de emisión. Una disminución de la aportación de fuentes renovables al mix eléctrico, debido a un año con predominio de la estabilidad atmosférica, con carencia de viento y precipitaciones, y la disminución de la cogeneración, explican el incremento de las emisiones del sector de la generación eléctrica.
Impacto de la sequía
La sequía ha impactado directamente en la producción hidroeléctrica, reduciéndola un 21% respecto a 2021, año que ya fue hidrológicamente malo, y quedándose en los mínimos de la última década. Además, 2022 ha sido un año con poca calidad de viento, lo que ha hecho reducir la producción eólica en un 7% en relación al año anterior. Esta menor aportación al mix eléctrico de las energías renovables ha sido suplido en buena parte por un incremento del funcionamiento de los ciclos combinados que ha aumentado sus emisiones en más de un millón de toneladas de CO2.
El balance de la reducción de emisiones general del sector industrial y la reducción de la cogeneración se han visto compensadas prácticamente en su totalidad por el incremento de los ciclos combinados. Esto constata la clara dependencia, en términos de emisiones de GEI, del actual sistema eléctrico peninsular a los patrones meteorológicos, que se van modificando como consecuencia de los impactos del cambio climático, y la necesidad de avanzar en la descarbonización del modelo de generación eléctrica.
La energía y los derechos de emisión, más caros
Así pues, las emisiones de la RCDE se han estabilizado durante el 2022, al igual que ocurrió el año pasado, también en un contexto de crisis energética por la invasión de Ucrania, y con unos precios elevados del derecho de emisión .
Entre los sectores industriales que aportan mayor reducción de emisiones destacan el sector de papel o cartón, el hidrógeno y gas de síntesis, la cal o el hierro fundido y acero. No se puede concluir aunque estos datos representen un cambio de tendencia en el desacoplamiento del crecimiento económico y las emisiones de GEI, pero parece evidente que el escenario de precios elevados del derecho de emisión, los costes crecientes de la energía y las expectativas de una normativa cada vez más exigente provoca que las instalaciones hagan mayor uso de combustibles con menor intensidad en carbono y mejoren la eficiencia de sus procesos productivos.
Combustión: 82% de las emisiones
Del total de emisiones cubiertas por la RCDE en Cataluña en 2022, un 82% se deben a la combustión de combustibles fósiles, ya sea en centrales de producción de energía eléctrica (25%) como en instalaciones de procesos industriales (57%), mientras que un 18% son emisiones de proceso, mayoritariamente asociadas a la descarbonatación de materias primas. Estas emisiones derivadas de la combustión son las que, a corto y medio plazo, tienen mayor margen de reducción, sea mejorando la eficiencia de sus procesos, sea mediante la introducción gradual de combustibles alternativos con un contenido de carbono nulo o inferior al de los combustibles fósiles.
En cuanto a los sectores que han reducido las emisiones, lo más significativo ha sido el de la cogeneración y otras instalaciones de combustión (587.416 t CO2 menos que el año anterior). Esta disminución se ha concentrado en el sector de las cogeneraciones, que han reducido la actividad durante buena parte de 2022 como consecuencia del aumento del precio del gas natural, la infraretribución de la operación y el precio creciente de los derechos de emisión. El resto de sectores (a excepción de la generación de energía eléctrica y fabricación de vidrio) también han reducido sus emisiones, aunque en menor medida.
Se mantiene el déficit de derechos
En total, las instalaciones catalanas tendrán que adquirir casi 5 millones de toneladas de CO2 por encima de lo que recibieron gratuitamente para cumplir con las obligaciones que establece este régimen. El déficit de derechos se concentra en el sector energético (generación de energía eléctrica –que no tiene asignación gratuita de créditos– y combustión).
Al inicio del RCDE, las reglas de asignación no previeron la crisis económica y se estuvo sobreasignando hasta el año 2012, generando unos grandes excedentes de derechos de emisión en el conjunto de Europa que provocó una fuerte descenso de sus precios. Las nuevas reglas de asignación desde el período 2013-2020 revirtieron esta tendencia y se empezó a generar déficit de créditos en el cómputo emisión-asignación.
En cuanto a las instalaciones catalanas, con el déficit de 2017 ya se compensaron todos los excedentes acumulados desde el inicio de funcionamiento del sistema y desde 2018 se aumenta esta situación deficitaria, en consonancia con lo que sucede en conjunto de la Unión Europea.
Incremento del precio del derecho de emisión
El diferencial entre la asignación otorgada menos las emisiones validadas para el año 2022 ha sido de casi -5 millones de toneladas de CO2 eq. Este diferencial se concentra en el sector eléctrico, en el sector de la cogeneración, en la refinería, en la fabricación de productos orgánicos en bruto y en el sector de papel y cartón. Adquirir en el mercado este déficit de casi 5 millones de derechos de emisión tiene un importante coste económico. El fuerte ascenso y variabilidad de precios que está sufriendo el derecho de emisión de CO2 (EE.UU.) desde principios de año, hace imprevisible estimar el coste final que tendría la compra de estos derechos que se tendrán que entregar antes del 30 de abril de este año. Asimismo, este precio de la tonelada de CO2 es una señal clara e inequívoca de que es más eficiente invertir en tecnologías de reducción y eficiencia en el uso de la energía y sustitución de combustibles fósiles, que estar pendiente de unos costes emitir CO2 que desde hace un tiempo tienen una tendencia al alza.
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