Con 13 años de edad, la barcelonesa ha sido reconocida como miniheroína por el Instituto Jane Goodall por su lucha para que se prohíban los delfinarios en España
En lugar de escribir la carta a los Reyes Magos, Olivia Mandle enviaba cartas certificadas a Sergio Antonio García Torres, director general de Derechos de los Animales del Gobierno español. Le mandó una semanalmente hasta que, con la ayuda de Change.org, consiguió reunirse con él. El objetivo del encuentro era pedirle la prohibición de los delfinarios en España.
“No cumplen ninguna función científica ni educativa y obligan a los delfines a vivir en lo que para ellos es como una tacita en comparación con su hábitat natural, que es el mar. Además, son animales muy sociales, que necesitan de su comunidad para desarrollarse. Vivir en tan poco espacio y convivir con unos pocos ejemplares les causa depresión y trastornos psicológicos”, denuncia la activista barcelonesa.
Con 13 años de edad, Mandle ha iniciado una campaña de recolección de firmas para el fin de los delfinarios en España (#noesPaísparaDelfines). Lleva cerca de 57.000 firmas de 75.000, que recolecta a través de la plataforma de peticiones Change.org.
Es la segunda campaña de recolección de firmas de Mandle. En la primera, pedía que los tres últimos delfines del Zoo de Barcelona fueran liberados en un santuario. Ganó a medias. Consiguió las firmas, pero los delfines no fueron liberados, sino trasladados al Attica Zoological Park de Atenas, por disgusto de la joven activista y los demás firmantes. “Ya no están siendo explotados en nuestro país, pero sí en otro lugar”, se lamenta.
#NoesPaísparaDelfines
Ha iniciado una campaña de recolección de firmas para el fin de los delfinarios
Su labor como activista medioambiental y su lucha por la protección de los animales marinos, le han valido el reconocimiento de miniheroína por Raíces & Brotes, el programa educativo del Instituto Jane Goodall. “Me sentí muy agradecida por el premio. Me dio más valor y fuerza para seguir concienciando”, explica.
Coincide, además, que la famosa primatóloga es uno de los ídolos de Mandle. “Me puse muy nerviosa cuando la conocí”, reconoce. Fue un encuentro virtual, debido a la actual pandemia de la Covid-19, y la madre de Mandle, Mónica Navarro, explica que su hija estaba temblando. Navarro es, en parte, la culpable de la pasión de su hija por los animales. “Olivia se ha leído todos mis libros de Goodall”, señala.
Otro de los ídolos de la joven defensora de los animales es otra joven, Greta Thunberg, quien justo hoy cumple 18 años. La activista sueca se ha hecho internacionalmente famosa por sus acciones en defensa del clima. ¿Será Olivia Mandle la Greta Thunberg defensora de los animales? Completan la lista de famosos de nuestra protagonista la bióloga marina Sylvia Earle y el divulgador naturalista David Attenborough.
Siguiendo los pasos de sus ídolos, de mayor Mandle quiere ser una defensora del medio ambiente y, más concretamente, del medio marino. “Cuando estaba en preescolar, llegó un día del colegio diciendo que quería ser bióloga marina, sin saber muy bien aún qué significaba”, explica la madre. En la actualidad, cursa segundo de la ESO y no ha cambiado de pensamiento.
Es una apasionada del mar Mediterráneo. “Me gusta ir a la Barceloneta y veranear en Calella de Palafrugell”, señala la joven. Siempre que va a la playa lo hace acompañada de su Jelly Cleaner, un utensilio diseñado por ella misma con el que limpia de microplásticos la superficie del mar. El Jelly Cleaner está hecho con botellas de plástico, unas medias de ballet y bridas. Lo arrastra por el agua y los microplásticos quedan acumulados en las puntas de las medias. “El año pasado extraje 365 gramos de microplásticos”, señala.
Sueña con crear un santuario marino en la Costa Brava como parte de su proyecto SUA (Save Us All). “Porque al proteger a los animales nos estamos protegiendo a nosotros; sin ellos no existiríamos”, advierte. De momento, está trabajando en la creación del logotipo de SUA y en una serie de dibujos jugando con los cuatro elementos. Una vez finalizados, los dibujos serán vendidos a través de la Plom Gallery y el dinero recaudado será donado a la Fundación Cram.
Mandle es consciente de que SUA es un proyecto a largo plazo, que requerirá tiempo y esfuerzos. La campaña de Change.org y la reunión conseguida con el director general de Derechos de los Animales son sólo dos pequeños pasos de los muchos que deberá dar la joven activista para alcanzar su meta.
Por: Lorena Farràs Pérez, https://www.lavanguardia.com/natural/fauna-flora
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