DW – La primera autopista eléctrica de Alemania, dirigida al transporte de carga, fue inaugurada este martes (07.05.2019) cerca de Frankfurt.
Se trata de un tramo de 5 kilómetros en la autopista A5, en el estado de Hesse. En ambos lados de la pista se colocaron cables aéreos, similares a los usados por los tranvías eléctricos.
Los camiones con motores eléctricos pueden acoplarse a los cables aéreos y recargar sus baterías al pasar por el tramo. Cinco transportistas participan en una fase de pruebas, supervisada por el Ministerio de Medio Ambiente de Alemania.
Los camiones de la prueba tienen tecnología híbrida (motores eléctricos y de combustión), y el tramo con los cables sirve para la recarga de las baterías, que pueden entonces ser utilizadas. Cuando se agotan, se activa el motor a combustión.
El ministerio quiere probar modelos para el transporte de carga en las carreteras. Se invirtieron 50 millones de euros en tres tramos de pruebas. Uno es el que está cerca de Frankfurt, y los otros dos se construirán en los estados de Schleswig-Holstein y Baden-Württemberg.
El objetivo final es encontrar soluciones para el transporte de carga que sean al mismo tiempo poco contaminantes y que emitan poco ruido. Las pruebas también evaluarán si el cambio obstaculiza el tránsito y cuál es el costo adicional de mantenimiento de las carreteras.
Según el ministerio, el transporte de carga ha aumentado en los últimos años y es un gran emisor de gases de efecto invernadero.
El ministerio justificó la opción por la A5 con el fuerte tráfico, de más de 130 mil vehículos por día, de los cuales 13 mil son camiones. «Si funciona aquí, funciona en cualquier lugar», dijo un responsable.
Eso no significa que todas las autopistas del país serían adaptadas. Según cálculos del ministerio, bastarían mil kilómetros para cubrir el transporte de carga. El costo final sería de 1 millón de euros por kilómetro, o 1.000 millones de euros en total.
No está claro quién cargará con los costos de la adaptación de los camiones al nuevo sistema. Según los cálculos de la montadora Scania, que fabricó los prototipos para la prueba, un camión que se puede recargar mientras avanza, cuesta del 50 por ciento al 75 por ciento más que un camión normal.
Los actuales camiones que andan solo con motores eléctricos pueden circular como máximo 10 kilómetros hasta que se queden sin carga. El objetivo es llegar a 60 kilómetros.
Además de Alemania, Suecia y Estados Unidos también tienen tramos de «carreteras eléctricas».
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