AFP- Dublín gana capital financiero gracias al Brexit, atrayendo a bancos, fondos de inversión y gabinetes jurídicos implantados en Reino Unido y preocupados por conservar un pie dentro de la Unión Europea después del 29 de marzo.
Hermes Investment Management, una empresa británica que gestiona 33.500 millones de libras (38.000 millones de euros) de activos, forma parte de las empresas que optaron por establecerse en Irlanda.
«Todos nuestros clientes piensan que estamos eligiendo bien, ante la incertidumbre», considera Carol Mahon, su directora para Irlanda. «Hemos empezado a planificar el Brexit desde el referéndum de 2016».
Irlanda, debido a sus estrechos lazos económicos con Reino Unido, teme salir perdiendo con el divorcio de la UE, sobre todo si no se alcanza un acuerdo. Así, un «Brexit dividendo» es más que bienvenido, incluso si el país no quiere sacar ningún partido de ello.
«No intentamos sacar partido de las dificultades de otros», declaró recientemente el secretario de Estado para los servicios financieros Michael D’Arcy. «Pero siempre he señalado que si las empresas en Reino Unido se encuentran en dificultades por el Brexit, Irlanda podría constituir una parte de la solución».
Según un estudio de la consultora EY, Dublín es la primera opción para las empresas financieras que quieren implantarse en la UE, por delante de Ámsterdam, Fráncfort y París. EY enumera 27 empresas que se comprometieron a desplegar personal o actividades en la capital irlandesa desde 2016.
Entre estas, figura el gigante Bank of America Merrill Lynch, que en diciembre fusionó sus actividades británicas e irlandesas e hizo de Dublín su «principal entidad bancaria europea».
En enero, el banco británico Barclays recibió jurídicamente luz verde para desplazar 190.000 millones de euros de activos a su filial irlandesa. Según los documentos judiciales británicos, el banco quiere así conservar la posibilidad de ofrecer servicios de inversiones en la UE.
El núcleo financiero de Dublín, cercano al centro de la ciudad, es muy modesto en comparación con la City de Londres y sus decenas de rascacielos. Pero podría experimentar una importante expansión cuando el Reino Unido salga de la UE, como ocurrió en los antiguos muelles donde se instalaron a su llegada los gigantes tecnológicos estadounidenses Facebook, Google o Linkedin.
El impuesto sobre sociedades es solo del 12,5% en Irlanda, país que será el único miembro de habla inglesa de la UE después de la salida británica. Y Dublín se encuentra a solo una hora de Londres en avión.
El primer ministro irlandés Leo Varadkar no dudó en elogiar a su país como «una entrada única hacia la Unión Europea y su mercado único» en un discurso en febrero.
En cambio, si bien los activos almacenados en el país deberían crecer, los beneficios para el empleo siguen siendo inciertos, especialmente porque se espera que con el Brexit haya 55.000 desempleados más, según las previsiones del ministro de Finanzas.
Barclays tiene previsto crear solo 150 empleos en Dublín.
David Carthy, responsable de la gestión de Irlanda para la firma jurídica DLA Piper, predice que Londres seguirá siendo el principal núcleo para muchos grupos financieros cuando «todo se asiente», incluso si estos «tienen estrategias o aspectos de sus negocios importantes fuera de Londres, en Dublín u otros lugares».
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