Artículo publicado en EFEVerde
Madrid.- La industria del gas y del petróleo gastó cerca de 4 millones de dólares en publicar en redes sociales mensajes «engañosos o que puedan inducir a error» sobre la crisis climática, sus impactos y sus soluciones, en el marco de la cumbre del clima de la ONU (COP27) que se celebró en noviembre en Sharm el Sheij, Egipto.
Así lo expone un informe que la Red de Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD, por sus siglas en inglés) ha publicado este jueves, y en el que se analizan las campañas sufragadas en Facebook e Instagram que alentaron discursos «falsos o tendenciosos» sobre la crisis climática en el contexto del encuentro internacional.
El estudio, coordinado por el Institute for Strategic Dialogue, fue elaborado conjuntamente por las organizaciones ACT Climate Labs, CASM Technology, Climate Nexus, Code for Africa, Conscious Advertising Network, DeSmog, Dewey Square Group, el «think tank» (laboratorio de ideas) E3G, Amigos de la Tierra EE.UU., Graphika, Media Matters for America, Purpose Asia Pacific, Purpose Climate Labs, Greenpeace, Union of Concerned Scientists, la Universidad de Exeter y SEDA Lab.
Con «desinformación climática», las organizaciones se refieren a la difusión de contenidos que rebajan la gravedad del cambio climático y sus consecuencias, que niegan directamente el fenómeno o que presentan como positivos para detener el calentamiento los esfuerzos que contradicen el consenso científico sobre lo necesario para frenar el aumento de la temperatura global.
Los autores del documento identificaron a la industria de los combustibles fósiles y de sus derivados -petroleras, fabricantes de plásticos, laboratorios de ideas que promueven el uso de estas energías contaminantes (que son las principales causantes del calentamiento global)- entre los mayores pagadores de anuncios de «desinformación climática» durante la celebración de la cumbre climática en Egipto.
Entre el 1 de septiembre y el 23 de noviembre de 2022 el análisis halló 3.781 anuncios -la mayoría impulsados por el grupo Energy Citizens, asociado al Instituto Americano de Petróleo- en las redes sociales Facebook e Instagram (pertenecientes a la compañía Meta) con mensajes que «retrasan» la acción climática, denuncia el informe.
El «manual narrativo» de la desinformación, a juzgar por las publicaciones evaluadas, consistió en «explotar la crisis del coste de vida y eludir las preocupaciones sobre los gases de efecto invernadero», sembrar dudas sobre la fiabilidad de las tecnologías limpias y defender el uso de combustibles fósiles como energías «necesarias y fiables», entre otras técnicas destacadas.
Durante la COP27, donde cerca de 200 estados se comprometieran a crear un fondo de pérdidas y daños -por el que los países ricos, los mayores contaminadores históricos, ayudarán a pagar a las economías en desarrollo la factura de sus desastres climáticos extremos-, esos contenidos pagados en redes favorecieron un «encuadre engañoso» para presentar el fondo como «reparaciones climáticas», alega el estudio.
«Esta investigación demuestra que la desinformación climática no está desapareciendo y, de hecho, está empeorando. Durante la COP, el motor de búsqueda de Twitter puso #ClimateScam entre los primeros resultados sin ninguna justificación de los datos que lo respaldaban», afirmó en el comunicado la portavoz de desinformación climática de Amigos de la Tierra EE.UU., Erika Seiber.
«Hasta que los gobiernos no responsabilicen a las redes sociales y a las empresas de publicidad, y hasta que las empresas no responsabilicen a los desinformadores profesionales, las conversaciones cruciales sobre la crisis climática van a estar en peligro. Para empezar, Twitter debería ofrecer una explicación de cómo surgió esta inexcusable tendencia al negacionismo climático», agregó Seiber.
El grupo de expertos en cambio climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) advierte en su último informe de que la «propagación de información científicamente engañosa por parte de contramovimientos organizados ha alimentado la polarización, con implicaciones negativas para la política climática».
También el secretario general de la ONU, António Guterres, ha cargado contra este fenómeno en múltiples ocasiones, y lo volvió a hacer esta semana en el Foro Económico de Davos, cuando recordó que los productores de combustibles fósiles -en referencia a la petrolera ExxonMobil- «eran completamente conscientes en los años 70 de que su producto principal estaba horneando nuestro planeta», dijo.
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