Finlandia tiene algunos de los objetivos climáticos más ambiciosos del mundo: tiene la intención de ser climáticamente neutral para 2035. Esta audaz estrategia identifica el papel central que puede desempeñar la innovación tecnológica en la búsqueda de alternativas escalables a los combustibles fósiles.
Pero la tecnología por sí sola no puede resolver la crisis climática: los gobiernos de todo el mundo deben crear marcos de políticas que permitan la transición verde.
Este es uno de una serie de artículos escritos por Jóvenes Líderes Globales con ideas orientadas a la acción para mejorar el estado del mundo para 2030.
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son los desafíos más urgentes de nuestro tiempo, por lo que todos los líderes políticos responsables deben ofrecer políticas a largo plazo para enfrentarlos de manera efectiva. Necesitamos estrategias claras basadas en objetivos alcanzables y debemos ser audaces al desplegar todos los medios a nuestra disposición. En particular, cualquier estrategia climática creíble debe tener debidamente en cuenta la innovación tecnológica.
Con el objetivo de volverse climáticamente neutro para 2035 y carbono negativo (eliminar más carbono atmosférico del que se emite) poco después, los objetivos climáticos de Finlandia se encuentran entre los más ambiciosos del mundo. Mi país aspira a ser líder entre las economías avanzadas, no solo en términos de reducción de emisiones, sino también marcando el comienzo de una economía circular centrada en la sostenibilidad y la eliminación de residuos. Nuestro plan es duplicar nuestra eficiencia de recursos y la tasa de circularidad (el porcentaje de todo el material que se retroalimenta a la economía) para 2035.
Estos son los puntos de referencia clave en nuestro camino para convertirnos en el primer país en liberarse de los combustibles fósiles. Pero lograr los objetivos climáticos no es posible sin mejores métodos para preservar nuestros valiosos recursos naturales. El descubrimiento científico, las nuevas tecnologías y la innovación jugarán un papel central en cualquier solución a largo plazo.
Invertir en alternativas creíbles a los combustibles fósiles
Pero, primero, todos los líderes nacionales deben examinar más de cerca cómo pretenden alejar a sus países de los combustibles fósiles. La atención debe centrarse en aumentar el uso de combustibles y fuentes de energía que no comprometan la biodiversidad. Debemos fomentar la adopción de combustibles que se adhieran a estrictos criterios de sostenibilidad y reduzcan las emisiones a lo largo de su ciclo de vida.
Por ejemplo, los subproductos de combustibles de biomasa se pueden utilizar para productos biodegradables y sostenibles de alta calidad, como textiles y materiales de construcción, salvaguardando así la biodiversidad al reducir la demanda de recursos extraídos de nuestros bosques. Y las tecnologías de conversión «Power-to-X» abren la puerta a una variedad de procesos que convierten la electricidad en calor, hidrógeno o combustibles sintéticos.
Las mejores soluciones [del cambio climático] serán las que se puedan ampliar tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo.—Sanna Marin, Primera Ministra de Finlandia.
Con más inversión e innovación, estas tecnologías podrían permitirnos separarnos del carbón, el petróleo y el gas natural, al hacer posible producir combustibles sintéticos a partir de las emisiones de dióxido de carbono capturadas. Aquí, se puede comenzar con los gases de combustión industriales existentes generados por la industria de base biológica, los hornos de cemento y las incineradoras de desechos sólidos. Pero pronto, se podrían desarrollar nuevas tecnologías para aprovechar fuentes de carbono menos concentradas, como recolectando el aire de escape de los edificios de oficinas o incluso mediante la captura directa de aire (DAC).
La experimentación ya está en marcha. El uso de hidrógeno producido por electrólisis, las emisiones de CO2 de las plantas industriales y el DAC podrían convertirse en una fuente de combustibles líquidos y gaseosos sintéticos para el transporte por carretera, marítimo y aéreo sin emisiones de carbono. Estos métodos producen metanol sintético como producto intermedio, que luego se puede convertir en gasolina, queroseno y diesel. Por extraño que parezca, no estamos lejos de poder crear combustibles de la nada.
Lograr economías de escala
Estas nuevas tecnologías y procesos pueden comenzar con un alto precio. Pero como hemos visto con los paneles solares y las celdas de combustible, los costos de una tecnología tienden a desplomarse tan pronto como su uso comienza a aumentar. Además, los mercados para otras nuevas tecnologías respetuosas con el clima se están desarrollando rápidamente, aunque varían en profundidad y alcance, según el nivel de apoyo gubernamental (a través de medidas como la combinación de regulaciones para los combustibles y la fijación de precios del carbono).
Por ejemplo, las nuevas tecnologías prometedoras basadas en hidrógeno requerirán un aumento masivo en la producción de electricidad libre de combustibles fósiles para lograr escala. Pero esta necesidad puede satisfacerse ampliando el uso de la energía eólica y solar, que ya son las opciones menos costosas para la generación de energía en muchas partes del mundo.
Las nuevas tecnologías permitirán un cambio importante hacia el transporte impulsado de manera sostenible en muchos países desarrollados y en desarrollo. No solo nos permitirán reducir las emisiones globales de CO2, sino que también posicionarán a muchas industrias para que se vuelvan negativas en carbono en el futuro.
El gobierno debe liderar la transición verde
Pero la tecnología no resolverá la crisis climática por nosotros. También necesitamos crear el entorno político adecuado. Un componente clave de la transición verde será un mayor precio del carbono, lo que requiere coordinación y apoyo a nivel internacional. Acordar criterios sostenibles para los mecanismos del mercado de carbono sería un importante paso adelante. Y los gobiernos deberían hacer más para apoyar los cambios estructurales a través de marcos regulatorios e incentivos financieros.
La transición global lejos de los combustibles fósiles requerirá un cambio transformador en la producción de energía y los procesos industriales. Incluso entonces, será necesario trabajar mucho más para desarrollar una economía genuinamente circular y verde. Los diferentes países tendrán diferentes necesidades y ventajas. Pero las mejores soluciones serán las que puedan ampliarse tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo.
La conclusión es que las emisiones globales deben alcanzar su punto máximo pronto si queremos lograr nuestros objetivos de reducción de emisiones y evitar futuros desastres climáticos. El conjunto completo de nuevas tecnologías prometedoras deberá desarrollarse, optimizarse y desplegarse a nivel mundial si vamos a crear una economía mundial circular totalmente climáticamente neutra.
Por: Sanna Marin, World Economic Forum
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