AFP- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lanzó este lunes la licitación para una nueva refinería en el Golfo de México que impulse la endeudada petrolera estatal Pemex, cuya producción ha caído a la mitad en 15 años.
«Se inicia el proceso de licitación para la construcción de la refinería en Dos Bocas», en el estado de Tabasco (sureste), dijo López Obrador en su habitual conferencia matinal.
De su lado, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, indicó que será una «licitación restringida» con cuatro empresas, «las mejores del mundo».
La funcionaria dijo que los nombres de estas firmas serán revelados posteriormente, mientras López Obrador subrayó que se busca «moralizar todo lo relacionado a la contratación», con empresas que no incurran en actos de corrupción.
México cuenta ya con seis refinarías, todas ellas con «falta de mantenimiento considerable», por lo que se trabaja en su rehabilitación, dijo Nahle, que opinó que una séptima refinería es necesaria porque México «está importando el 80% de combustibles y gasolinas».
Dos Bocas se instalará en un terreno federal de 566 hectáreas y tendrá capacidad para procesar 340.000 barriles por día de crudo pesado, que «a nivel mundial está muy demandado porque se obtiene mayor cantidad de diésel», explicó la funcionaria.
López Obrador dijo la semana pasada que el proyecto llevaría unos tres años con un costo de seis a ocho mil millones de dólares, y que ya contaba con unos 2.590 millones de dólares asignados en el presupuesto de este año.
Expertos abogaban por que estos recursos fueran destinados a la exploración y la producción de Pemex -que ha caído de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 1,7 millones en la actualidad- para aliviar las finanzas de la empresa, argumentando que una nueva refinería resultaría costosa e ineficiente.
Pemex, cuya deuda rebasa los 100.000 millones de dólares, está en la mira de agencias de calificación como S&P y Fitch, debido a la debilidad de sus fundamentos crediticios y a los insuficientes niveles de inversión que le impiden recuperar su menguante producción de hidrocarburos.
El presidente mexicano recalcó que respetará los contratos que se firmaron durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien promulgó una reforma energética -muy criticada por López Obrador- que abrió el sector a la inversión privada.
«No vamos a cancelar ningún contrato que se haya suscrito con empresas particulares nacionales o extranjeras, más bien lo que queremos es exhortar a quienes recibieron estos contratos para que inviertan, produzcan, porque hasta ahora no lo han hecho, no hay inversión suficiente», explicó.
El gobierno mexicano se ha propuesto rescatar Pemex, que considera un baluarte de soberanía nacional, con un aumento de su presupuesto anual y un plan de ayuda adicional por unos 5.500 millones de dólares anunciado en febrero. El ministerio de Hacienda mantiene abierta además la posibilidad de dar mayor apoyo financiero a la compañía.
Pero las calificadoras consideran esta ayuda insuficiente. Fitch, que rebajó en enero la nota de Pemex en dos escalones, estima que la inversión adicional debería estar entre 12.000 y 17.000 millones de dólares anuales.
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