Sistema de Innovación y la RIS3CAT en Cataluña

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Entrevistas-Miguel Castañeda-Política

Cuando el Pacto por la Industria Catalana se encuentra con el proceso de innovación europeo ocurren procesos integradores como el RIS3CAT.

Cuando Europa se planteó desarrollar una estrategia de desarrollo orientada a la promoción de la innovación y la competitividad, estableció un marco normativo integrador que involucrara a todos sus países miembros. Así, en diciembre del 2013, aprobó, formalmente su Política de Cohesión, en el marco de su Estrategia Nacional y Regional para la Especialización Inteligente (RIS3). El Consejo de la Unión Europea estableció así sus primeros lineamientos estratégicos y operativos para el desarrollo de sus programas y proyectos de investigación e innovación para un plazo de 7 años, del 2014 al 2020.

Todos los países y regiones europeas, de manera que España y las diferentes Comunidades Autónomas, entre ellas Cataluña, se alinearon con este Plan y empezaron a trabajar sus hojas de ruta con objetivos y metas, de manera complementaria e integrada a sus propios alineamientos operativos ya diseñados en cada uno de estas comunidades. Así, Cataluña integró esta regulación europea a su primer Plan de Impulso Industrial allá por el año 2012-2013 y más tarde en la conclusión de los trabajos hacia el 2017 con la firma del primer Pacto nacional por la Industria de Cataluña.

Para conocer detalles de los avances y desafíos que presenta este programa para Cataluña, entrevistamos a Joan Sansaloni, Gerente del Programa de Innovación de la Generalitat de Cataluña

¿Cuál es la dinámica productiva actual de Cataluña? ¿En qué actividades puntuales se desarrolla su política de innovación y crecimiento económico?

Cataluña es industrial. Siempre lo hemos sido, una característica de la nuestra economía. Salvo, un pequeño traspié temporal que, como todo el mundo, apostamos demasiado por el boom inmobiliario, a inicios de los 2000 y ya vimos cómo nos fue a todos. No fue como se demostró nuestra mejor decisión colectiva, toda España sufrió la burbuja. Recuerdo algunos empresarios exitosos en la industria que dieron un giro a su actividad productiva por lo interesante que se vislumbraba la inversión inmobiliaria, era un negocio fácil, menos sacrificado que la lucha por los estrechos márgenes de la industria, la constante inversión y la dura competencia. Sin embargo, creo que hace ya unos años hemos vuelto a nuestros orígenes y ahora estamos potenciando nuestro rol industrial para convertirnos en un polo industrial basado en el conocimiento de primer orden europeo.

Así, las políticas de innovación son clave en nuestro proyecto futuro de crecimiento económico. Apoyamos desde el emprendimiento más tecnológico hasta conseguir que las grandes corporaciones hagan de elementos tractores de proyectos de gran impacto, pasando por la necesaria reconversión de modelos empresariales no suficientemente sustentados en la innovación.

¿Y esta vocación productiva por la industria cómo se ha dado, históricamente?

Si tu recordarás, en Catalunya se dieron los primeros impulsos productivos de la industrialización europea cuando como área económica no teníamos fuentes energéticas propias como el carbón. A pesar de ello se fue capaz de ejercer el cambio productivo y económico del siglo XX en toda su extensión. Tenemos aproximadamente una cuarta parte del PIB industrial español. Es la industria y claro, también el turismo lo que nos ha dado de comer siempre. El 21% del PIB catalán es industria. Dentro de España nuestra proximidad con la cultura empresarial más europea nos ha motivado a estar en esa posición. La primera fábrica de automóviles, las primeras industrias, los primeros negocios de categoría mundial, la economía abierta, etc., ha sido liderada durante mucho tiempo por Cataluña, ha sido una voluntad colectiva, algo así como tenerlo en el ADN de la gente, el ser una economía abierta y estar siempre atentos a recoger todo aquello que se pueda aprender de fuera. La creatividad, la innovación, el aprendizaje, intentamos de alguna manera procesarlo, lo mejoramos, lo producimos y luego lo exportamos.

«En Cataluña se dieron los primeros impulsos productivos de la industrialización europea cuando como área económica no teníamos fuentes energéticas propias como el carbón»

¿Y los cambios políticos en la Generalitat no han cambiado esta dinámica?

No lo creo. El sistema ha funcionado independientemente de quien ha gobernado porque la economía, el empresariado y los trabajadores han sabido separar las cosas. Las políticas, de hecho, no se han cambiado demasiado en estos últimos 15 años. Ha podido haber algún pequeño giro, alguna prioridad que se destacaba, pero nada trascendente. Detalles. Solo cuando se concentraron los esfuerzos en la inversión inmobiliaria y la especulación financiera nos fue mal. Pero como te decía, esto no solo fue de Cataluña, fue en casi todas las regiones. De facto, a nivel de promoción económica pública, nunca hemos promovido de forma clara la construcción. Hemos dado apoyo, lógicamente, a la innovación de materiales, de procesos, pero nunca ni en la época de más actividad constructora fue una actividad central de nuestra apuesta productiva.

De igual forma hemos apoyado y promovemos el sector servicios, sobre todo los industriales como las ingenierías, el turismo de valor, el comercio como vertebrador del territorio, pero como sectores complementarios al eje central que es la industria. El día que lo hicimos mal, nos pasó lo que nos pasó y eso nos ha servido para ser un poco más humildes, y volvernos a centrar a lo que siempre nos hemos dedicado: la industria.

¿Cuéntenos un poco cómo se ha dado este reimpulso industrial a partir de la crisis inmobiliaria?

Esta crisis nos ha servido para impulsar nuevamente el sector industrial en Cataluña. Desde el 2012 empezamos a recuperarnos. Diseñamos y desarrollamos un nuevo plan industrial. Recuerdo siempre el discurso de Obama: “Vamos a reindustrializar América”. Y en eso estamos, reindustrializando Cataluña e intentando que el reto de la llamada Industria 4,0 sea adoptado por la mayoría de nuestras empresas. Todo ello, en base a valor añadido, trabajo colaborativo, participación activa para la creación de valor para todos los procesos, incentivos para la creatividad e innovación, y generar empleo.

¿En ese marco, entran las nuevas políticas para la innovación industrial?

Claro que sí. Si queremos volver a nuestro camino, en una era de cambios e innovaciones teníamos que reimpulsar la industria a través de la innovación, para actualizar los sistemas. Teníamos que identificar unos ejes prioritarios. Así establecimos 7 ámbitos industriales clave que fueran representativos de la economía catalana. Fue un reimpulso industrial novedoso para intentar situar el tejido productivo en el siglo XXI. Con una orientación fijada en horizonte 2030, teníamos que apostar por la ciencia y la tecnología, la formación, la capacitación del empresario y hasta el último trabajador para impulsar estos los cambios.

«Desde el 2012 empezamos a recuperarnos. Diseñamos y desarrollamos un nuevo plan industrial.»

Desde el 2012 empezamos con esta idea de transformación tomando las primeras decisiones y a pesar de no tener recursos económicos para casi nada, dado que existían prioridades sociales urgentes, conseguimos que todo el empresariado creyera en esta apuesta a medio y largo plazo. Presentamos una propuesta y dijimos “Esto es lo que hay y queremos hacer y llegar aquí”, dijimos. Seguíamos pagando deudas y seguíamos en crisis, pero queríamos proponer algunos cambios estructurales, pero no podíamos hacerlo solos. Teníamos que hacerlo Todos. Entonces fue cuando entraron los conceptos de digitalización, transformación digital 4.0, la innovación científica y la de intangibles, la economía circular y sostenibilidad.

Por esos años, ya se estaban aprobando los ODS2030 por Naciones Unidas, ¿Se alinearon a ello? ¿Cómo es que se desarrolló este Pacto Nacional por la Industria y qué contiene?

Nosotros nos adelantamos en algunos elementos a los ODS. Cuando salieron los ODS, ya teníamos nuestro Plan formulado y aprobado. Lo innovador, para ese momento es que, en vez de hacer un proceso impulsado desde dentro, hecho por nosotros, como técnicos responsables de su formulación y desarrollo, dijimos que todos lo deberían ver, analizar y poner en cuestión. Para que al final, todos lo aprueben. Así, empresarios, sindicatos, partidos políticos, universidades, población, todos se involucraron, y lógicamente surgieron propuestas novedosas. Vamos a hacer un plan de verdad, con metas, indicadores, que aterrice en las aspiraciones de la mayoría y que recoja los intereses y visiones de todos. La gran diferencia de lo que habíamos hecho hasta el momento es que se aprobó en el parlamento de Cataluña. Se firmó por todos y fue altamente participativo, un Open Innovation pero aplicado a una política pública.

¿Qué componentes importantes tiene este Pacto?

El Pacto Nacional por la Industria dispone de 6 ejes estratégicos. Uno de ellos y quizá el más relevante es el de Competitividad, donde se encuentran todos los procesos de innovación, tecnología, medidas estructurales, etc. Pero se decidió destacar dos ejes con particularidades especiales: el de Industria 4.0 y el de Economía Circular. Se quiso lanzar un mensaje dentro del Pacto. Le dijimos a la Sociedad que ésto es importante y que por ello tienen un capítulo propio. Otros elementos del Pacto como la formación y capacitación, la dimensión empresarial o la financiación tienen su protagonismo y sus medidas.

«En Cataluña el Plan Industrial está en marcha por su propio carril de funcionamiento y se acabará la programación prevista.»

¿Cuál es el estatus de avance a la fecha y el modelo de gestión que implementan?

Lo que tenemos hoy es que se están desarrollando las medidas y estamos cerca del 80 % de avance y cumplimiento. Nos queda algo más de un año para acabar de desarrollar las medidas y presentar los resultados. Sin embargo, se viene monitoreando todo el proceso y las medidas de forma periódica desde su firma. En el marco del seguimiento de las políticas públicas se creó el Consejo Catalán para la Empresa donde está representado el mundo empresarial y social, y allí como foro de debate y presentación de resultados se dice cómo vamos y qué dificultades tenemos. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y cada uno tiene su rol y responsabilidad.

Ahora, ésto es lo que han hecho ustedes desde Cataluña, ¿cómo se articula con las políticas nacionales y las políticas europeas? Mencionaste que se adelantaron al RIS3, ¿cómo se complementan?

El 2020 será un año de inflexión. En Cataluña el Plan Industrial está en marcha por su propio carril de funcionamiento y se acabará la programación prevista. Pero es cierto, que para fines del 2020 pasarán más cosas. En paralelo se hizo un plan de gestión para cumplir con las recomendaciones y lineamientos de la Estrategia de Desarrollo Inteligente e Innovación de Europa, lo que se conoce como RIS3, en nuestro caso RIS3CAT. Todo país o región europea dispone de una RIS3 en marcha. O sea, una estrategia de investigación e innovación de cada país. Desde Bruselas se nos dice: “vas a tener dinero para ello, pero yo te aprobaré los alineamientos técnicos”. Desde la Unión Europea mediante los diversos Fondos Europeos se nos facilitan recursos de ejecución de las políticas de innovación, pero solo para aquello que esté incluido en tu propia RIS3. Ello viene de la mano con mecanismos complejos de Bruselas a los Estados, ministerios y de allí a las regiones, y a las localidades más pequeñas. Todo con planes y actividades definidas por cada uno. La RIS3 es el plan de innovación del futuro ya sea para un Estado o para una región o conjunto de regiones.

¿Se complementaba esto con lo que tenían en Cataluña?

Nosotros hicimos esto en paralelo al plan industrial que ya habíamos hecho. Empezamos hacia el 2012 al 2015, y está vigente hasta ahora. La RIS3 de Cataluña (RIS3Cat) tiene sinergia con nuestro Pacto Nacional por la Industria. Encajan, convergen y se complementan. Tienen sinergias para que la innovación impulse la industria. Uno tiene nivel de reporte a Bruselas y otro a nivel del Parlamento. La innovación es vital para ambos niveles de planificación. Y se hace en todas las actividades productivas y sociales. La alimentación, las ciencias de la salud, la movilidad, los sistemas industriales o el TIC. Todo importa para la industria. Hay que hacer innovación en todo aquello que creemos en que puede sustentarse nuestro futuro. Y así lo venimos haciendo

Y en el 2020 se produce la conveniencia que deberemos disponer de un nuevo Pacto Industrial y de una actualización de la RIS3CAT que guiará nuestro destino en innovación en el horizonte 2030.

¿Y cómo les va al respecto?

Ambos coinciden al final. El Pacto por la Industria acaba el 2020 y la RIS3 también. Estaremos en pleno proceso este último trimestre 2019 y sobre todo el 2020, para recoger los aprendizajes de lo que se ha hecho desde el 2012 y 2014; y del plan industrial desde 2017 hasta ahora, a nivel industrial e innovación y qué es lo que se debe hacer de aquí para delante. Es una gran responsabilidad para un país que como comentaba al principio queremos basar nuestra economía productiva en la industria.

¿Y cómo impacta ello con los resultados de las últimas elecciones europeas?

Tiene otro calendario. Es más técnico. En teoría la RIS3CAT converge con el nuevo programa Horizonte Europe. Coinciden. Así que vamos a coger la nueva estrategia de innovación europea que se está elaborando. Entendemos que seguramente los nuevos comisarios que se elijan querrán aportar sus cosas, pero tampoco esperamos grandes revoluciones, quizá evoluciones. Diría que hemos aprendido mucho de estos años, de ejercer una planificación como nunca antes la habíamos realizado, y es seguro que lo haremos mejor

«La RIS3CAT converge con el nuevo programa Horizonte Europe»

¿Y para este nuevo plan, el enfoque de la industria 4.0, la 5G y los aspectos vinculados a la internet de las cosas, inteligencia artificial y nuevas tecnologías, van a determinar la nueva propuesta?

Sí, habrá adecuaciones. Habrá una evolución. Hay más intensidad en algunas cosas y menos en otra. El sector económico / industrial ha evolucionado enormemente en los últimos años. En especial en Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas y la robótica. Le estamos dando la vuelta a todos los resultados de investigación que hemos impulsado, sobre todo cómo aprovechar el inmenso conocimiento surgido de las universidades catalanas.

Hablando de universidad, ¿cómo se ha dado esta sinergia con la academia catalana?

Esto es fundamental. La academia forma parte de la RIS3CAT en su diseño y desarrollo. Estamos hablando de más de 800 millones de euros para el proceso RIS3, desde el FEDER; y la universidad es central. Gran parte de estos fondos se ha gestionado con la participación de la universidad. Hay interesantes resultados que ya publicaremos. Pero estos impulsos necesitan continuación e incrementarse en intensidad y en recursos

¿Cuál es el norte especifico y las adecuaciones más importantes a futuro?

Queremos hacer una sociedad moderna que genere puestos de trabajo, y estos puestos sea de más valor, mejor pagados, más sólidos y justos, que solucione retos de la propia sociedad. Vamos a enfocarnos en parte en la línea de los ODS y a partir de allí, diseñar los propios retos, de la sociedad catalana. La pregunta que nos hacemos es ¿qué quieres ser de mayor como sociedad? Para ello hay que ver qué hacemos en todos los ámbitos que pueden impactar. Qué vamos a hacer con la universidad, con la investigación empresarial, con los bosques, con la madera, con la ciencia y tecnología, con las startups, con los procesos educativos, con la salud, con todo. Son cientos de cosas que van a responder a nuestra pregunta qué queremos ser de mayores.

¿Qué enfoque de intervención van a implementar?

Ahora mismo te respondería que va a haber un enfoque a retos. Otro eje importante es que la RIS3 catalana aterrice mucho más en cuanto a impacto a la gente, que tenga un impacto local mas importante. En el plan vigente creo que se ha quedado muy arriba, a nivel regional, incluso de Estado. El impacto en la gente a nivel de municipio, comarcas, no ha llegado suficiente, pero es un aspecto que deberá ser debatido en profundidad con todos los agentes de diseño de la estrategia RIS3Cat. Creo que de alguna manera hay que democratizar la innovación y la investigación y que llegue a más gente a la sociedad, y aquí experiencias como los Fablabs están funcionando bien.

¿Cómo han empezado incorporar la sostenibilidad aquí?

Este es uno de los retos más importantes. ¿Cómo aseguramos que lo que hemos diseñado y planteado sea consistente con la sostenibilidad local/global? ¿Cómo garantizamos que la inversión en investigación e innovación rinda efectos sostenibles para la mejora de la productividad y competitividad de los emprendimientos? En el pacto industrial por ejemplo tenemos pendiente la estrategia de simbiosis industrial que vamos a desarrollar, no será fácil. Vamos a ver si podemos hacer, no solo pequeños proyectos de simbiosis con economía circular; sino a nivel de muchas más empresas. Por ejemplo, si allí hay 50 empresas en una localidad, debemos ver cómo las articulamos y hago que todos se beneficien de algunos recursos, de manera más eficiente y racional.

Por ejemplo, si nos centramos en la petroquímica de Tarragona, tenemos una gran oportunidad para diseñar una estrategia de simbiosis a corto mediano y largo plazo. Por ejemplo, la captación de agua, ¿de dónde se capta? La captamos muchos y nos beneficiamos muchos. En vez de hacerla cada uno, porque no hacemos todos, una sola captación y ahorramos costos. Sé que va a costar, al inicio, porque es una lógica de alianzas que va contra la competencia natural de las empresas pero es probolsillo. Significa ahorros para todos y mayor eficiencia en la gestión de un recurso natural como el agua.

Por otro lado, la sostenibilidad está muy vinculada a la gestión de los residuos. Esto ya está demostrado que tiene un gran impacto económico y los ejercicios de investigación e innovación van a ir con mayor énfasis hacia aquí. La investigación nos va a tener que dar respuesta para ver cómo nos convertimos en una sociedad más equilibrada y damos mayor valor añadido y ventajas competitivas, garantizando la sostenibilidad del planeta.

¿Qué otro desafío tienes? ¿Dónde crees que podría estar la mayor resistencia a la implementación de estas nuevas propuestas?

Creo que el tema más importante es cultural. Cuando quieres dar un cambio como éste siempre la mayor resistencia va a estar en los aspectos culturales. Es de las personas de todo tipo, del empresario cortoplacista que está en extinción, de la sociedad que apueste por la innovación, en las instituciones resistentes. Sin embargo, la sociedad catalana creo que es muy receptiva y se va adecuando rápidamente. El tema de innovación ya está calando, a la gente le interesa. Aunque tiene que llegar mucho más. Creo que debemos insistir y trabajar y trabajar mucho más para que la siguiente generación se apropie del todo. Hay que perseverar en que esto ocurra porque el cambio cultural requiere persistencia y fiabilidad en las medidas. Sin insistir tal vez vamos a necesitar dos generaciones. Pero felizmente estamos en buen camino. Por ejemplo, el tema de los financiación a través de los crowfunding, a muy pocos se le ocurre esto ahora, todavía. Es muy nuevo. Sin embargo, sabemos que es mucho más dinámico y activo. Es un tema de educación y apropiación. Aquí el sector educativo también va a verse impactado y va a ser necesario que ayude para que la siguiente generación actúe mejor y con mas responsabilidad. Todo un reto para todos.

Entrevista realizada por: Miguel Castañeda Loayza

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