El cierre afecta a la comarca de Segrià, que incluye la capital, y durará 15 días. Solo se permite entrar y salir de la zona, donde hay 4.185 casos, por trabajo y con un certificado
La existencia de nueve rebrotes de contagios por coronavirus en la comarca leridana del Segrià han forzado a la Generalitat a decretar el confinamiento de la zona, que ha entrado en vigor a las dos horas de finalizar una reunión de urgencia presidida por el president Quim Torra. El Gobierno catalán apenas ha dado unas horas de margen para aplicar el cierre del área, en la que se acumulan más de 4.000 contagios por coronavirus.
La consejera de Salud, Alba Vergés, ha informado de que se han contabilizado 155 nuevos casos, que se suman a los 4.030 que había el viernes, una cifra muy superior a los 60 que se registraron el jueves o los 128 del miércoles. En total son nueve brotes. Al menos cuatro de ellos se han detectado en empresas frutícolas, otro en una empresa agroalimentaria, un geriátrico, una comunidad de vecinos y un hostal en el que se atiende a personas sin hogar.
“La crisis en Lleida no solo es sanitaria, también hay un fuerte componente social”, ha apuntado Vergés para referirse implícitamente a la relación entre el aumento de los contagios y la presencia de temporeros para recoger la fruta o personas con vulnerabilidad social. Durante toda la crisis sanitaria, la Generalitat ha mantenido una política muy restrictiva a la hora de facilitar datos sobre la pandemia y ayer mantuvo este hermetismo para referirse a la situación del hospital Arnau de Vilanova, en Lleida.
El Segrià es la tercera comarca más extensa de Cataluña, con una superficie de 1.400 kilómetros cuadrados. Está situada al sur de la provincia de Lleida, limita con Huesca y Zaragoza y agrupa a 38 municipios, entre ellos la propia ciudad de Lleida. La población supera ligeramente los 200.000 habitantes.
La drástica medida se ha acordado en una reunión urgente del Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña (Procicat) que ha presidido Quim Torra a las nueve de la mañana. Pasadas las diez, ha hecho una breve comparecencia ante la prensa para anunciar lo que ha calificado como “una decisión difícil”, pero que, según ha precisado, no pretendía otra cosa que “garantizar la vida de las personas”.
El cierre perimetral de la zona ha entrado en vigor a las 12.00 y la Generalitat ha dado de plazo hasta las 16.00 para que salieran los vecinos que no tienen allí su residencia habitual o para que entrasen los que viven en la zona. El departamento de Interior de la Generalitat ha dictado una resolución que regulará la convivencia en la comarca durante al menos los 15 días que se espera que dure el confinamiento. La decisión se ha comunicado a la justicia, tal y como es preceptivo, para su validación.
Así, con carácter general solo se permitirá la entrada y salida a las personas que se desplacen a los centros de trabajo y será necesario acreditarse previamente con un “certificado de autorresponsabilidad” que confeccionará el afectado siguiendo un modelo que facilitará la Generalitat o bien con el certificado que expedirán las empresas a sus empleados el próximo martes, como sucedió meses atrás. El consejero de Interior, Miquel Buch, ha anunciado que se desplegarían 25 dispositivos de los Mossos d’Esquadra, con 200 agentes y un helicóptero para velar por el cumplimiento de la resolución. El presidente de la Generalitat ha revelado que ha dado órdenes a los Mossos para que se multe a las personas que incumplan el confinamiento y ha hecho un llamamiento a la responsabilidad ciudadana.
Por su parte, la consejera de Salud, Alba Vergés, ha insistido en la necesidad de preservar las tres medidas básicas para evitar la propagación del coronavirus: la distancia mínima de seguridad, la higiene de manos y el uso de las mascarillas. También ha pedido a la ciudadanía que se reduzcan “al máximo” las reuniones familiares, que quedan limitadas mientras dure el confinamiento a un máximo de 10 personas, tanto en los espacios públicos como en los privados. Las visitas a las residencias de gente mayor quedan restringidas. Sí se permite visitar a los familiares que sean dependientes y hará falta acreditar esta necesidad en los controles policiales.
El uso de la mascarilla es obligatorio, tanto en espacios públicos como privados. Los niños podrán acudir al parque a jugar, pero se pide que se respeten los cierres que puedan acordar los Ayuntamientos. Se permiten todas las actividades en general siempre que se cumplan las medidas de seguridad aplicables en toda Cataluña.
La necesaria acreditación “en todo momento”
La entrada y salida de la comarca del Segrià para ir a trabajar está permitida, pero la Generalitat advierte de que “habrá que acreditarlo en todo momento”. Por eso se recomienda rellenar el certificado de “declaración autorresponsable para facilitar los controles policiales”, que se puede descargar en la web del departamento de Interior, como sucedió durante el estado de alarma.
No hay limitaciones a la movilidad interna en la zona confinada, aunque en el caso de los trabajadores de los sectores alimentarios se pide que se restrinja a “la imprescindible”. Al tratarse de una zona limítrofe entre comunidades, se permitirá cruzar el Segrià para entrar y salir de Cataluña en dirección a Aragón por autovías y autopistas, cuando se trate de movilidad de paso, pero se controlarán los accesos y salidas dentro del Segrià. Los transportes públicos seguirán funcionando, pero habrá controles para comprobar que la movilidad responde a los motivos permitidos.
Fuente: El País
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