Las ciudades europeas podrían evitar hasta 125.000 muertes prematuras al año con una calidad del aire como la de Reikiavik
Madrid, Amberes y Turín, seguidas de París, Milán y Barcelona son las áreas metropolitanas europeas con más muertes evitables por el exceso de contaminación provocada por el dióxido de nitrógeno (NO2), un gas tóxico asociado al tráfico rodado.
Las ciudades europeas podrían reducir la cifra anual de muertes prematuras en casi 125.000 personas si todas ellas tuvieran la calidad del aire de la ciudad de Reikiavik.
Así lo indica un estudio que ha estimado por primera vez la carga de mortalidad atribuible a la contaminación del aire en más de 1.000 ciudades europeas.
La investigación incluye un ranking de las ciudades con mayor mortalidad a causa de la contaminación, con dos clasificaciones: una para la polución por partículas finas (PM2,5) procedentes de la quema de combustibles diversos, y la otra el dióxido de nitrógeno (NO2). Lo publica la revista The Lancet Planetary Health.
La contaminación del aire se asocia a problemas respiratorios, enfermedades cardíacas, cáncer, demencia, problemas de fertilidad y función cognitiva reducida.
El proyecto fue capitaneado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en colaboración con investigadores del Swiss Tropical and Public Health Institute y de la Universidad de Utrecht.
El estudio evalúa las muertes prematuras que se podrían evitar en toda Europa si se cumplieran las recomendaciones de la OMS y, en un segundo lugar, si se alcanzará la calidad del aire de las ciudades más limpias, lo que sería algo así como dibujar un escenario ideal.
Si todas las ciudades fuesen capaces de cumplir con los niveles recomendados por la OMS para la contaminación por PM2,5 y NO2, se podrían evitar cada año 51.000 y 900 muertes prematuras respectivamente.
Y si se alcanzara la calidad del aire de las mejores ciudades (Reikiavik y Tromso), la mortalidad evitable sería respectivamente de 125.000 personas al año (por la reducción de las concentraciones de PM2,5) y de 79.000 (por la reducción en NO2).El equipo investigador estableció sendos rankings en función de la carga de mortalidad para cada uno de los dos contaminantes estudiados.
Barcelona ocupa el sexto lugar en esta clasificación
Los resultados indican que Madrid, Amberes, Turín, París, Milán y Barcelona encabezan el ranking de las ciudades con más muertes evitables asociadas a la polución de NO2.
En Madrid, si se cumpliera la normativa de la OMS, se evitarían 206 muertes; y si se alcanzara el listón de Tromso (Noruega), la mejor en este caso, esos fallecimientos se reducirían en 2.380 al año.(En el área de Barcelona las muertes evitables son 82 y 1.883 respectivamente en esos dos escenarios).
«Los peores datos de mortalidad asociada a NO2 (tráfico) se encuentran en ciudades grandes de países como España, Bélgica, Italia o Francia”, explica Sasha Khomenko, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Por su parte la mayor mortalidad atribuible a partículas finas se da en Italia, Polonia y la República Checa (Brescia, Bérgamo, Karviná en Chequia), Vienza (Italia) y ciudades de Alta Silesia (Polonia).
“La explicación es que estas partículas finas son materia en suspensión producto de la combustión, no solo de los vehículos motorizados, sino también de otras fuentes, como la industria, la calefacción doméstica o la quema de carbón y de madera”, añade Khomenko.
Barcelona reduciría 2.448 las muertes al año si tuviera el nivel de partículas finas de la capital islandesa
Si las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona cumplieran los valores de partículas PM 2,5 que recogen las directrices de la OMS (10 micr/m3 de media anual), podrían evitarse 689 y 1297 muertes prematuras al año respectivamente. Y si las dos grandes capitales españolas tuvieran la calidad del aire de Reikiavik -cuya atmósfera es la más limpia, en este caso-, salvarían 2.179 vidas en Madrid y 2.448 en Barcelona.
En el lado opuesto del ranking figuran las ciudades con menor carga de mortalidad atribuible a la contaminación atmosférica, posiciones de privilegio que ocupan ciudades del norte de Europa, tanto en la clasificación de PM2,5 como en la de NO2.
Las tres ciudades con menor carga de mortalidad atribuible a la contaminación por PM2,5 son ReIkIavik (Islandia), Tromso (Noruega) y Umea (Suecia), mientras que las tres ciudades con menor carga de mortalidad atribuible a la contaminación por NO2 son Tromso (Noruega), Umea (Suecia) y Oulu (Finlandia).
Hasta los alvéolos pulmonares
Las partículas finas pueden penetrar en el sistema respiratorio
Las partículas finas o PM2,5 son uno de los principales contaminantes del aire. Todas las partículas PM contienen una mezcla de elementos sólidos y líquidos suspendidos en el aire, incluidas partículas de polvo, metales, cemento y materia orgánica. Se clasifican según el tamaño de la partícula, medido en micrómetros (una milésima de milímetro). Cuanto más pequeñas son las partículas, más fácilmente pueden penetrar en nuestro cuerpo. Las PM2,5 son partículas finas con un diámetro de entre 0,1 y 2,5 µm. Pueden penetrar en el sistema respiratorio hasta los alvéolos pulmonares. Uno de sus componentes es el carbón negro, producto de la combustión incompleta, especialmente del combustible diésel. Las principales fuentes de PM2,5 en las ciudades son el tráfico, la calefacción doméstica, la industria, así como la quema de madera, carbón u otros.
“Este es el primer estudio que estima la carga de mortalidad debida a la contaminación del aire a nivel de ciudades en Europa. Nuestros resultados apoyan la evidencia que indica que no existe un umbral seguro por debajo del cual la contaminación del aire es inocua para la salud», declara Mark Nieuwenhuijsen, autor sénior del estudio y director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, centro impulsado por Fundación ”la Caixa”.
La legislación europea actual no protege suficiente la salud de las personas, por lo que los límites máximos permitidos de NO2 y PM2,5 deberían ser revisados
Mark Nieuwenhuijsen
«También sugieren que la legislación europea actual no protege suficiente la salud de las personas, por lo que los límites máximos permitidos de NO2 y PM2,5 deberían ser revisados”, añade Nieuwenhuijsen.
«Esperamos que las administraciones locales puedan usar estos datos para poner en marcha políticas de planificación urbana y del transporte encaminadas a mejorar la salud de las personas”, añade.
Irritar las vías aéreas
El NO2, tóxico para el sistema respiratorio
El NO2 o dióxido de nitrógeno es uno de los principales contaminantes del aire: un gas tóxico e irritante que afecta al sistema respiratorio. El NO2 puede irritar las vías aéreas, agravar las enfermedades respiratorias (como el asma) y provocar un aumento de los ingresos hospitalarios y las visitas a las salas de emergencia. A largo plazo, la exposición al NO2 puede conducir al desarrollo de asma y aumentar la susceptibilidad a infecciones respiratorias. Su principal fuente son las emisiones de los vehículos de motor, especialmente los de motores diésel (cuanto más viejos son, más contaminan). Los niveles de NO2 son generalmente más altos en las ciudades debido a su mayor volumen de tráfico y suelen estar relacionados con la forma en que se diseñan las ciudades. Debido a su capacidad para penetrar en el torrente sanguíneo y causar inflamación, la contaminación del aire tiene el potencial de dañar casi todos los órganos del cuerpo. Existe evidencia que relaciona la contaminación del aire con problemas respiratorios, enfermedades cardíacas, cáncer, demencia, problemas de fertilidad y función cognitiva reducida.
El estudio ha seguido la metodología propia de los estudios cuantitativos de impacto en salud, comparando los niveles actuales de contaminación del aire en las ciudades con dos escenarios teóricos de mejora.
Los rankings de la contaminación se han elaborado a partir de una puntuación de carga de mortalidad asignada a cada ciudad. Las puntuaciones se han calculado con un algoritmo que tiene en cuenta las tasas de mortalidad, el porcentaje de mortalidad evitable y los años de vida perdidos por cada contaminante del aire.
Greenpeace critica a los cargos políticos que han intentado derogar las medidas anticontaminación
La organización Greenpeace ha emitido un comunicado en el que sostiene que los datos presentados por ISGlobal demuestran “la pasividad de las administraciones públicas ante un problema de primer orden como es la contaminación atmosférica”. Además de la “lentitud y la falta de ambición para restringir el tráfico contaminante”, Greenpeace critica duramente a aquellos cargos políticos que han intentado derogar las medidas destinadas a frenar los niveles de contaminación.
“A pesar de los reiterados avisos de la comunidad médica y científica, y de las amenazas de la Unión Europea por incumplir los límites de calidad del aire, las grandes ciudades siguen priorizando un modelo de movilidad basado en el automóvil”, ha señalado Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace. “Hemos visto a políticos hacer campaña contra Madrid Central, atacar las restricciones por alta contaminación o presumir de retirar los límites de velocidad en Barcelona, mientras la población perdía años de vida por culpa de la contaminación”.
Por: Antonio Cerrillo, La Vanguardia
Comments are closed