Por: Jesús Miguel Castañeda Mayuri
Los drones son aeronaves no tripuladas, dirigidas a control remoto desde tierra, con
un cierto grado de autonomía. Los avances tecnológicos para estos artefactos han sido
lo suficientemente grandes para que ya formen parte de la vida cotidiana de algunas
ciudades. Su mayor uso estratégico se ha dado en la industria militar, sin embargo, el
sector corporativo y el propio sector público ya lo están tomando como un
instrumento esencial para los nuevos procesos productivos y públicos de un futuro
inmediato.
Los desarrollos tecnológicos también sirvieron para convertir al dron en una
hibridación de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, robótica, realidad
aumentada, conectividad y ciberseguridad. Posee Inteligencia Artificial, que permite procesar todos los datos que captura el dron; es un ente robótico, debido a los elementos mecánicos, autónomos y móviles en la construcción de la aeronave. Se gestiona por realidad aumentada, ya que permite la visualización de información extra sobre el entorno de navegación. Tiene conectividad concurrente, que permite el pilotaje del dron y la transmisión de todo lo que observa. Está equipado con ciberseguridad, que garantiza una infraestructura de seguridad avanzada que evita la vulnerabilidad del dron ante amenazas de piratas cibernéticos.
Sin duda, su importancia también reside en la transversalidad de sectores en los que la
tecnología de los drones se aplica. Podemos encontrar drones tanto en el ámbito de la
construcción, la investigación aplicada, la seguridad, la topografía, la inspección, el
sector militar y el audiovisual, por ejemplo. Debido a esto, diversas empresas han visto
una oportunidad de innovación en los ámbitos que actúan como aquellas empresas
que se dedican a la logística y la seguridad. Por otro lado, el uso de drones se
caracteriza por la agilización de procesos. Estas aeronaves representan, en cierto
punto, el desarrollo tecnológico de diversos sectores productivos. Al mismo tiempo que ayuda a conocer mejor el entorno y brinda datos en tiempo reales sobre las
variables de éste; lo que deriva en una mejor toma de decisiones.
El contexto geográfico en el que se han desarrollado los drones está marcado por el
liderazgo de Estados Unidos -uno de los mayores inversores en estas aeronaves, sobre
todo por su uso militar-. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas mencionadas
anteriormente – la inteligencia artificial, la realidad aumentada, la conectividad de los
drones, la ciberseguridad – han generado el interés de otras zonas geográficas. Asia es
una de ellas: se espera que sea la que crezca más a mediano plazo, debido a reformas
gubernamentales que benefician la aplicación de esta tecnología.
Las necesidades de regulación al respecto, ya están tomando un cariz bastante
específico. Se necesita mayores precisiones, sin embargo. En Nueva York, por ejemplo,
una de las ciudades más densamente pobladas en el mundo (la mayor en USA), el uso
de drones ya tiene una regulación clara y detallada. Lamentablemente aún es muy
difícil volar drones en Manhattam.
El Dron como macrotendencia
Según el Informe de ACCIÓ – la agencia por la competitividad de la empresa en la
Generalitat de Catalunya – existen unas macrotendencias generalizadas que influyen
de forma transversal a varios sectores; entre ellos, el del dron.
Las nuevas maneras de trabajar son unas de estas tendencias: la revolución
tecnológica desplazará para el 2020 a 5,1 millón de trabajos. Ante esto, los drones
podrían representar el cambio de las cadenas de valor y la forma de trabajar en
algunos sectores. El fenómeno de la sostenibilidad también es parte de estas
tendencias, debido al bajo consumo de estos instrumentos respecto a otros medios de
transporte -aviones o helicópteros-. La necesidad de gestionar de forma smart los
centros urbanos, por otro lado, le dan la oportunidad a los drones de ser la solución
ante emergencias urbanas -en incendios, por ejemplo-.
Otro aspecto que influye en los usos que se podría dar a los drones es el crecimiento
de la demanda debido a la población creciente -un 33% entre 2015 y 2050, según
ACCIÓ-, los retos logísticos del crecimiento de la demanda se podrían traducir en la
entrega mediante drones en el e-commerce. Por último, tal como se ha mencionado
antes, la revolución tecnológica será el principal motor de cambio de los drones,
puesto que el procesamiento de datos y el uso de la Inteligencia Artificial le darán un
nuevo sentido de uso a los drones: la búsqueda de información.
Así como hay tendencias, también hay amenazas y retos que el sector de los drones
debe superar. En una entrevista al diario El País, Javier Viejo, director de UTM
(Unmanned Traffic Management), menciona las acciones a tomar ante los problemas
de seguridad, privacidad, sostenibilidad y control del vuelo de las aeronaves. Por
ejemplo, para el control de vuelo -un aspecto conflictivo, debido a la poca regulación
que ha habido hasta el momento y los accidentes que se han propiciado- se ha
pensado en hacer obligatorio el uso de una tarjeta SIM de telefonía móvil para permitir el control automatizado del vuelo de los drones. Con la llegada del 5G, esto también
podría significar un aumento en el intercambio de información y la respuesta de los
dispositivos a las órdenes.
En el aspecto financiero, se prevé que, en el ámbito del ocio, el volumen de venta de
drones se sitúa en los 1,5 millones de unidades. Esta cantidad, considerando el ámbito,
resulta sorprendente; aun así, los sectores en los que se comprarán los drones serán
seguridad, agricultura, e-commerce. La construcción de drones, asimismo, llegará a
superar las 51,400 aeronaves el 2035, y 53,500 el 2050; el impacto económico que
tendrá para estos años respectivamente será de 1,220 millones de euros y 1,520
millones.
Si bien los líderes de la industria de los drones son Estados Unidos y China, la Unión
Europea aspira a competir ante estos dos países. Para el 2035, según ACCIÓ, reunirá
400,000 drones para uso profesional que crearán 90,000 lugares de trabajo; éstos
estarán enfocados en el ámbito de la seguridad, la agricultura y el e-commerce. Para
2050, la flota de drones aumentará un 3,75% respecto al 2035.
El aumento en importancia que tendrá este sector para la UE requiere que se aplique
una regulación y se cree una infraestructura que ayude al desarrollo de esta industria.
Los resultados de este trabajo se evidenciarían en sistemas de regulación del tráfico
que pasan por la red de telefonía móvil, pasillos aéreos, aeropuertos para drones y
normas de circulación.
Debido a que la industria es, todavía, incipiente, se ha puesto más atención en las
normas que regirían la circulación de los drones. Una de las reglas que mayor
notoriedad ha tenido ha sido la exigencia de una identificación individualizada para
estas aeronaves, creada por la Comisión Europea en marzo de este año. Los drones,
además, deben ser susceptibles de ser rastreados por las autoridades; estando en una
frecuencia de radio específica para la aeronave y con la garantía de no afectar la
seguridad de las personas, animales y propiedades.
Estado de regulación en Barcelona
Surge la pregunta, entonces: ¿Qué está pasando en Barcelona? ¿Cómo está la
regulación para volar drones en Barcelona?
El 30 de diciembre de 2017, el BOE (Boletín Oficial del Estado) actualizó el marco
normativo para el pilotaje de aeronaves a control remoto. Cabe resaltar la diferencia
de regulación entre el uso de drones de manera profesional y el uso recreativo. Para el
pilotaje profesional es necesario tener una licencia de pilotaje, que conlleva pedir un
titulo a AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), tener un seguro de responsabilidad
civil y un certificado medico actualizado. Mientras que el vuelo recreativo está sujeto a
condiciones tales como: volar fuera del espacio aéreo controlado, mantener los vuelos
siempre al alcance visual del piloto, no volar a menos de 8 km de cualquier aeropuerto
o aeródromo.
El marco normativo introducido también toma en cuenta el vuelo en zonas urbanas;
eso sí, bajo algunos requisitos: la masa de la aeronave no puede exceder los 10 kg; la
zona de vuelo debe ser controlada por las autoridades o, al menos, estar a 50 metros;
y la aeronave está obligada a tener instalado un sistema que limite la energía de un
impacto. La normativa, así como las leyes impulsadas en la Unión Europea, demanda
que todos los drones llevan una placa de identificación.
En este contexto normativo, también se puede encontrar sitios en la ciudad de
Barcelona especializados en el vuelo de drones. El club Arc Sant Cugat, ubicado en Can
Barata, es uno de los más conocidos. Fue fundado en 1982 y está dedicado a la
actividad del aeromodelismo, el vuelo en helicóptero, aviones, drones y demás
disciplinas. A pesar de tener 30 años de historia, tal como lo mencionan en su página
web, han sabido adaptarse a los cambios tecnológicos y ofrecer lugares espaciales para
el vuelo de los drones. “Quads, Hexas u Octos, todos tienen un lugar para volar”. El
lugar en el que se sitúa el club hace del vuelo una experiencia distinta a las demás: el
cielo y el bosque acompañan el trayecto de las aeronaves.
También es importante mencionar el “Barcelona Dron Center”, un centro
completamente especializado en drones fundado el 2014. El centro está situado en
Moià y cuenta con un espacio aéreo segregado, hangar, pista de aterrizaje, laboratorio,
sala de reuniones, estación de control y oficinas. Todo el edificio, según se aprecia en
su página web, es alimentado por energía solar y eólica. El 2016, la Generalitat de
Catalunya formalizó un acuerdo con la Agencia Espacial Europa para incluir al BCN
Dron Center en la Xarxa de Incubadores -red de empresas enfocadas en el uso del
espacio que reciben ayuda y acompañamiento para que puedan poner brindar sus
servicios- manejada por la agencia europea.
No responses yet