Artículo publicado en EFEVerde
La investigación sobre cómo dar una segunda vida a las baterías usadas de vehículos eléctricos, la drástica reducción del tiempo de carga hasta conseguir una carga completa en 20 minutos y el desarrollo de algoritmos para maximizar la vida útil de las baterías marcan el futuro de un mercado que en 2021 vendió 6 millones de coches en todo el mundo.
Así lo aseguran desde el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), centro adherido a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), que ha desarrollado el proyecto Promet para investigar las causas de la degradación de las baterías de litio de los vehículos eléctricos y plantear opciones que alarguen su vida útil reduciendo el riesgo de fallo.
“El envejecimiento, la temperatura exterior, las diferentes velocidades de carga y descarga, los periodos de reposo o el llamado ‘calendar aging’, que implica solo al paso del tiempo, son factores de degradación que afectan a las baterías de coches eléctricos”, ha detallado el coordinador del proyecto Promet y miembro de la unidad de Baterías del ITE, Juan Gilabert.
Gilabert ha explicado que el estudio de estos factores ha dado lugar a modelos matemáticos que explican cómo ocurre la degradación de las baterías, mientras que el siguiente paso del proyecto podría ser “obtener un perfil de carga, es decir, un tiempo y unas características que deben seguirse cuando se carga uno de estos coches, que sea óptimo para la salud de las baterías”.
El coordinador de Promet, proyecto financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) a través de fondos Feder, ha asegurado que la innovación en materia de baterías para coches eléctricos se ha centrado en los últimos años en la búsqueda de nuevos materiales y en el desarrollo de algoritmos para la gestión de las baterías.
Se trata de un asunto importante y urgente, ha considerado Gilabert, puesto que incluso existen objetivos de la Unión Europea en este sentido que marcan el reto de “conseguir una recarga completa en un coche eléctrico en 20 minutos sin menguar la salud de la batería”, un tiempo que, en realidad, con los actuales avances, “ronda una hora y algo”.
En este sentido, el ITE también ha desarrollado proyectos para buscar materiales de última generación con los que mejorar los diferentes elementos de las baterías, especialmente los cátodos, y reducir la proporción de cobalto, un material al que solo se puede acceder de forma muy limitada.
Además, Gilabert ha explicado que la unidad de Baterías del instituto tecnológico también se ha centrado en los llamados algoritmos de BMS, de gestión de baterías, que pueden utilizar los modelos matemáticos de Promet para que el vehículo sepa “por ejemplo, cuándo es el mejor momento para hacer una carga rápida y cuándo no lo es”.
La vida de las baterías
“También ha empezado a hablarse mucho de segundas vidas, de investigar a qué otros usos puede destinarse la batería de un coche cuando ya no es útil para el vehículo”, ha añadido el miembro de la unidad de Baterías del ITE, que ha explicado que “las baterías solo son útiles y seguras para un coche hasta un nivel de densidad energética del 70 u 80%”.
“Estamos viendo mucha innovación en el campo de maximizar la utilidad de las baterías”, ha asegurado Gilabert, que ha afirmado que “la generalización del vehículo eléctrico, que ya es una realidad, hace necesario centrar ahí los esfuerzos”.
En este sentido, ha detallado que durante el año 2021 se vendieron más de 6 millones de coches eléctricos en el mundo, 2,3 millones de ellos en Europa.
Comments are closed