Un estudio encuentra químicos nocivos en uno de cada cuatro juguetes de niños

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Salud

Los científicos recomiendan reducir el consumo de materiales plásticos, evitar los juguetes de plástico blando y ventilar las habitaciones de los niños a diario

Que existen productos químicos poco saludables en los juguetes de plástico no es nada nuevo. Hace años que varios estudios científicos encendieron las alarmas y, aunque algunos fabricantes siguen las recomendaciones sanitarias en la elaboración de sus productos infantiles, es difícil para los padres descubrir cómo evitar los juguetes de plástico que contienen sustancias químicas nocivas para la salud de sus hijos.

Uno de los problemas es la ausencia de regulación y esquema de etiquetado compartido entre los diferentes países y regiones. Además, tampoco existe un acuerdo internacional sobre qué sustancias deben prohibirse en la fabricación de materiales de juguetes.

En su mayor parte, las regulaciones y las listas internacionales de ‘sustancias químicas preocupantes’ en los juguetes se centran en ciertos grupos de sustancias con propiedades nocivas conocidas, como los ftalatos, pero no cubren una gama más amplia de sustancias químicas que se encuentran en los juguetes de plástico.

Juguetes de plástico para la playa.

Para tratar de conocer que sustancias químicas consideradas nocivas se encuentran en los juguetes infantiles, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad de Michigan y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente realizaron un análisis exhaustivo.

El equipo de investigación, en el que formó parte el barcelonés LLorenç Milà, recabó datos de las sustancias químicas presentes en juguetes de plástico, las cantidades, las funciones químicas y cuantificaron la exposición infantil relacionada y los posibles riesgos para la salud.

«De las 419 sustancias químicas que se encuentran en los materiales plásticos duros, blandos y de espuma utilizados en los juguetes para niños, identificamos 126 sustancias que pueden dañar la salud de los niños«

Peter Fantke – Investigador principal del estudio

Clasificaron las sustancias químicas según su riesgo para la salud y compararon estos resultados con listas de sustancias potencialmente dañinas. Los resultados del estudio, publicado en la revista Environment International, han sido sorprendentes por la gran cantidad de sustancias químicas que pueden ser dañinas para la salud de los niños.

«De las 419 sustancias químicas que se encuentran en los materiales plásticos duros, blandos y de espuma utilizados en los juguetes para niños, identificamos 126 sustancias que pueden dañar la salud de los niños a través de efectos cancerosos o no cancerosos, incluidos 31 plastificantes, 18 retardadores de llama y 8 fragancias. En nuestro estudio, ser dañino significa que, para estos productos químicos, las dosis de exposición estimadas superan las dosis de referencia reglamentarias (RfD) o los riesgos de cáncer superan los umbrales de riesgo reglamentarios. Estas sustancias deberían prohibirse y ser reemplazados por alternativas más seguras y sostenibles», asegura Peter Fantke, investigador principal del estudio.

Alternativas igual de dañinas

Los investigadores calcularon que los niños de los países occidentales tienen un promedio de 18 kilogramos de juguetes de plástico, lo que subraya las grandes cantidades de plástico que rodean a los niños a diario.

Los productos químicos que los investigadores identificaron como de posible preocupación para la salud de los niños incluyen, por ejemplo, ftalatos ampliamente conocidos y retardadores de llama bromados, pero también dos plastificantes: butirato TXIB y citrato ATBC. Estos últimos se utilizan como alternativas a algunos ftalatos prohibidos, pero esto no significa que sean igual de dañinos para la salud.

«Los plásticos blandos provocan una mayor exposición a ciertas sustancias químicas nocivas«

Peter Fantke – Investigador principal del estudio

«Estas alternativas mostraron indicios de un alto potencial de riesgo no cancerígeno en niños expuestos y deben evaluarse más a fondo para evitar ‘sustituciones lamentables’, en las que una sustancia química dañina se reemplaza por una alternativa igualmente dañina. En general, los plásticos blandos provocan una mayor exposición a ciertas sustancias químicas nocivas, y la exposición por inhalación domina la exposición general de los niños, porque los niños potencialmente inhalan sustancias químicas que se difunden de todos los juguetes en la habitación, mientras que por lo general solo tocan un juguete a la vez», explica Peter Fantke.

Camino hacia un uso seguro de productos químicos en juguetes de plástico

Actualmente falta información sobre los niveles en los que el uso de productos químicos en las diferentes aplicaciones sería seguro y sostenible. Ante esta duda, los investigadores introdujeron una nueva métrica para comparar los contenidos químicos en los materiales de los juguetes según la exposición y el riesgo.

«Dado que las mismas sustancias químicas se pueden encontrar en diferentes concentraciones en los materiales de los juguetes, hemos estimado el ‘contenido químico máximo aceptable (MACC)’ para todas las sustancias que se reportan que se encuentran en los juguetes de plástico. Esta información permitirá tomar decisiones a los fabricantes para desarrollar puntos de referencia para varios productos químicos en diferentes aplicaciones, pero también ayudará a las empresas de juguetes a evaluar la cantidad de productos químicos utilizados para una función específica frente a dichos puntos de referencia», explica Peter Fantke.

«Se debe reducir el consumo de materiales plásticos en general, evitar el uso de juguetes de plástico blando y recordar ventilar las habitaciones de los niños todos los día«

Aunque sepamos toda esta información preocupante, será muy difícil de evitar el contacto con juguetes de plástico que pueden contener productos químicos nocivos. La solución reside en que los gobiernos regulen e incluyan todas las sustancias químicas nocivas en una lista de prohibidos. Una lista que deberán cumplir los juguetes que se producen fuera de Europa y se importan al mercado europeo.

Por tanto, un buen consejo de los investigadores es reducir el consumo de materiales plásticos en general, evitar el uso de juguetes de plástico blando y recordar ventilar las habitaciones de los niños todos los días.

Por: Neus Palou, La Vanguardia

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