¿Puede la Inteligencia Artificial ser una gran aliada para la consolidación y aceleración de la transición ecológica y la consecuente sostenibilidad global? Un importante número de investigadores afirma que existe una correlación directa y continua entre un efectivo despliegue de herramientas de inteligencia artificial y la ansiada sostenibilidad del planeta. ¿Es posible, entonces, que esta tecnología, por sí sola, impacte positivamente en la mejora de las condiciones futuras de la humanidad? La Inteligencia Artificial de ChatGPT nos responde que sí.
Por: Miguel Castañeda Loayza
Si queremos utilizar un ejercicio de afirmación con efecto de referencia disjunta (ERD), vinculando esta correlación entre inteligencia artificial y sostenibilidad, podemos decir lo siguiente: La inteligencia artificial dice que impacta positivamente en la mejora de la sostenibilidad global.
En base al ERD y sabiendo que el sujeto del verbo subordinado puede ser correferente con el del verbo principal, pero también puede no serlo, entonces cabría dos opciones: La tecnología de inteligencia artificial dice que (ella misma) impacta positivamente en la mejora de la sostenibilidad global. Pero también puede provocar otro entendimiento: La tecnología de inteligencia artificial dice que (otro sistema) impacta positivamente en la mejora de la sostenibilidad global.
En este solo ejercicio sintáctico podemos obtener dos entendimientos distintos. Lo cierto es que el avance y la evolución vertiginosa de esta tecnología está copándolo todo que, dentro de muy poco, sabremos su impacto real en la sostenibilidad global y en la definición de una nueva era para la humanidad.
Es por ello que, el mayor desafío que estamos atravesando en nuestra era tiene que ver con lo que debemos hacer, hoy, con la finalidad de construir un futuro sostenible para nuestras nuevas generaciones. Muchos de los que investigamos sobre el impacto de los efectos del cambio climático en el futuro del planeta estamos convencidos que algo importante y, eventualmente, radical tenemos que hacer en nuestro día a día. Más allá de la delicada responsabilidad del sector corporativo en la erradicación de emisiones de CO2; así como las nuevas regulaciones de las distintas administraciones públicas, cada ciudadano puede impactar en esta transición imprescindible. Las tensiones y las conclusiones de la última COP nos muestran que el destino hacia lo renovable se va a seguir acelerando mucho más.
En esta dinámica de corresponsabilidades, la sostenibilidad global atraviesa distintos componentes de intervención, mucho más allá de una efectiva gestión de nuestras actividades de impacto ambiental. Y en esta perspectiva integradora, un componente fundamental controvertido es la irrupción de la inteligencia artificial como un actor vital en esta gesta.
¿Es la inteligencia artificial un aliado en el desafío de construir un futuro sostenible para las nuevas generaciones? ¿Cómo articular de manera interdependiente gestión sostenible y disrupción digital inteligente? ¿Quiénes están a cargo ahora y ostentan el control de esta simbiosis? ¿Hay algún actor institucional determinante? ¿Se puede aportar desde nuestras propuestas locales la generación de herramientas básicas de inteligencia artificial con impacto sostenible global?
Hace algunas semanas conversaba con algunos de mis alumnos, jóvenes estudiantes investigadores, interesados en lo que viene pasando a partir de la inteligencia artificial generativa; y la incertidumbre de todos ellos era el denominador común. Lo es más aun cuando se reflexiona alrededor de la inminente inteligencia artificial general, vinculada al futuro bienestar y supervivencia de la humanidad.
La propuesta de Microsoft
Para Microsoft, uno de los más importantes game changers de esta dinámica tecnológica evolucionada, la IA puede ser una herramienta muy útil para acelerar la sostenibilidad. Así lo afirman con relativa contundencia.
En su último informe global denominado “Acelerating Sustainability with AI: A Playbook” manifiestan que la IA es una herramienta vital para ayudar a acelerar el despliegue de las soluciones de sostenibilidad existentes, así como para el desarrollo de otras nuevas herramientas: más rápido, más barato y mejor. ¿Más rápido, más barato y mejor?
Para ello, los teóricos de Microsoft han planteado que la IA tiene tres capacidades únicas que pueden ayudar a la sociedad a superar los principales cuellos de botella. Estas capacidades son:
Medir, predecir y optimizar sistemas complejos
Acelerar el desarrollo de soluciones de sostenibilidad
Potenciar a los trabajadores centrados en la sostenibilidad
En su despliegue de detalles, la empresa tecnológica, explica pormenores que sustentan su afirmación interesada, pero, desde mi punto de vista, bastante válidas.
Medición, predicción y optimización de sistemas complejos
Para Microsoft, la IA puede ayudarnos a identificar patrones, predecir los resultados y optimizar el rendimiento de sistemas que son demasiado complejos para los métodos de analítica tradicionales. En esta primera dimensión afirman que los expertos en sostenibilidad utilizan cada vez más la potencia analítica de la IA para medir y gestionar los sistemas que muchas veces no están bajo un control directo. Para ser gráficos ponen el ejemplo de los incendios forestales. “Pensemos en los incendios forestales, que liberan a la atmósfera unas 7 gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono al año. Son difíciles de predecir debido a la compleja interacción de muchos factores, como el clima, la vegetación y el uso del suelo. La IA facilita la predicción de los incendios forestales y mejora su gestión”.
Para acelerar el desarrollo de soluciones de sostenibilidad
En cuanto al desarrollo de soluciones, Microsoft afirma que la IA puede acelerar el descubrimiento y el despliegue de soluciones sostenibles como los materiales con bajas emisiones de carbono, la producción y el almacenamiento de energías renovables o los cultivos resilientes frente al clima. Aunque la IA ya está contribuyendo a los descubrimientos relacionados con la sostenibilidad, su efecto transformador apenas está empezando a hacerse patente. Sin embargo, afirman que el potencial de la IA para cambiar las reglas del juego ya se ha demostrado en otros sectores. Nuevamente recurren a otro ejemplo para confirmar su tesis. “Por ejemplo, la IA fue decisiva para acelerar el desarrollo de las vacunas que mitigaron la gravedad de la pandemia de COVID-19. La IA se utilizó para cribar moléculas candidatas de ARN mensajero (ARNm), lo que permitió a Moderna producir una vacuna COVID-19 eficaz en solo seis semanas, frente a los cuatro años que habría tardado con los métodos tradicionales”.
Para potenciar a los trabajadores centrados en la sostenibilidad
Esta tercera capacidad única de la IA puede, según Microsoft, apoyar a los trabajadores especializados en sostenibilidad facilitando su formación y asistencia específicas, además de amplificar el esfuerzo de estos profesionales. Afirman estar trabajando con partners que utilizan grandes modelos lingüísticos (LLM) para analizar y filtrar los innumerables archivos de documentación científica y política sobre sostenibilidad. El objetivo es que los profesionales de este ámbito puedan encontrar fácilmente la información que necesitan para comprender y gestionar los complejos retos de la sostenibilidad. Algunos ejemplos que hemos encontrado están relacionados con los criterios ESG.
¿Qué recomiendan hacer?
Los analistas de Microsoft van mucho más allá y sentencian que “el panorama tecnológico, energético y político mundial está listo para liberar el potencial transformador de la IA en favor de la sostenibilidad”. Y presentan un plan de acción de cinco puntos para crear las condiciones necesarias para ello. Estos cinco puntos son los siguientes:
Invertir en IA para acelerar las soluciones de sostenibilidad
Desarrollar la infraestructura digital y de datos para el uso inclusivo de la IA para la sostenibilidad
Minimizar el uso de recursos en las operaciones de IA
Impulsar los principios políticos y de gobernanza de la IA
Impulsar la capacidad de la fuerza laboral en el uso de la IA
Para los directivos de Microsoft, estas acciones pueden desencadenar un círculo virtuoso de progreso y desarrollo sostenible. De esa manera, la IA puede facilitar el desarrollo y el despliegue de soluciones de sostenibilidad que aceleren la descarbonización, algo que impulsaría el desarrollo de operaciones de IA más sostenibles. Esto, a su vez, facilitaría a la IA el despliegue de más soluciones de sostenibilidad en distintas actividades productivas de bienes y servicios.
La empresa tecnológica apunta muy bien este plan de acción de cinco puntos, así como también estas tres grandes capacidades de la IA. Pero, ¿hemos visto todo? ¿Serán capaces de controlar una disrupción profunda de una inteligencia artificial general?
Impulso específico de la IA en los criterios ESG
Por otro lado, para abordar uno de los componentes de la sostenibilidad global que está directamente relacionada con la gestión corporativa, recogemos un artículo publicado por EY en su página institucional. En él se aborda el impulso que podría dar la IA as las tres dimensiones de los criterios ESG (Environmental, Social and Governance)
Estamos convencidos que uno de los tópicos más importantes de la gestión de la sostenibilidad global, transita por la gestión del gran sector corporativo. Desde EY se preguntaban, entonces, ¿cómo puede la IA impulsar cada una de las dimensiones de la sostenibilidad corporativa, es decir, los criterios ESG?
Para esta prestigiosa empresa consultora global, en los aspectos ambientales, la IA puede impulsar tres aspectos fundamentales:
La gestión de la energía. El uso y consumo de energía pueden ser monitorizados mediante el uso de modelos de IA, que pueden proporcionar configuraciones de uso optimizadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La vigilancia del cambio climático. Los modelos de IA pueden ayudar a proporcionar predicciones precisas para ayudar a legisladores y reguladores en la implementación de estrategias más efectivas para mitigar el impacto del cambio climático.
La vigilancia de la deforestación. Las imágenes de satélite pueden detectar la deforestación ilegal en tiempo real. Los modelos de IA que utilizan la anotación de imágenes o videos pueden emplearse para identificar patrones de pérdida de zonas forestales lo que permitirá que las organizaciones de conservación tomen medidas oportunas.
Por otro lado, en los aspectos sociales, la IA también impulsa tres áreas importantes:
La inclusión financiera. La IA puede ayudar a las empresas de tecnología financiera (FinTech) a ofrecer servicios financieros asequibles a personas no bancarizadas y excluidas, realizando verificaciones de crédito alternativas.
La salud y bienestar. La IA puede ayudar a los proveedores de servicios médicos a mejorar el acceso a servicios de salud de calidad para comunidades desfavorecidas, por ejemplo, mediante el uso de drones para la entrega de suministros médicos.
La no discriminación laboral. La IA puede ayudar a las empresas a analizar datos de contratación y promoción, corrigiendo posibles sesgos y asegurando una plantilla más inclusiva, justa y objetiva.
Y finalmente, en los aspectos de gobernanza, también hay tres ámbitos que la IA puede acelerar:
En gobierno corporativo. La IA puede ayudar en el análisis de datos de gobierno corporativo, especialmente con los principales instrumentos con los que el consejo de administración ejerce el control sobre la información de sostenibilidad: mapa de riesgos no financieros; aseguramiento razonable de los principales indicadores de sostenibilidad (trazabilidad y homogeneidad de los datos); mecanismo de auditorías internas del nivel de cumplimiento de las políticas corporativas, etc. Adicionalmente, la IA puede ayudar a estructurar toda la información con la que los órganos de gobierno y gestión toman sus decisiones
En la eficacia del sector público. La IA puede ayudar a optimizar los procesos en el sector público, a mejorar la prestación de servicios a todos los ciudadanos, especialmente a aquellos en situaciones más desfavorecida y, sobre todo, a facilitar la trasparencia en las cuentas públicas.
En las funciones de cumplimiento. La IA puede ayudar en la monitorización de grandes cantidades de datos regulatorios para identificar posibles incumplimientos de manera concreta. Esto permitirá a las organizaciones tomar medidas proactivas en lugar de reaccionar después de los hechos.
Con estas recuperaciones de literatura corporativa, hemos resumido dos aproximaciones conceptuales y estrategias empresariales recomendadas que vincula a la IA con la gestión exitosa de la sostenibilidad global. Todo indica, según estas partes interesadas, que existe una correlación directa y positiva entre el despliegue de herramientas de inteligencia artificial y la promoción de sostenibilidad global
Sin embargo, en ambos casos, salvo en alguna tímida aseveración de EY, aún no hemos visto los aspectos que desafían a las administraciones públicas y a la ciudadanía. ¿Quién debe regular qué? O mejor dicho, ¿hasta dónde se debe regular para no intimidar la innovación necesaria? ¿Consideran que estamos en un buen camino o creen pertinente acotar otros aspectos que no se ha revisado en estos artículos de Microsoft y EY?
Europa y Naciones Unidas
Las entidades supranacionales y el multilateralismo global ya han tomado posición en este asunto central. Lo que acaba de suceder en Europa, por ejemplo, marca un hito histórico fundamental. Han legislado la primera gran ley de IA existente en el mundo entero. Lo ha hecho en salvaguarda de la libertad y el derecho a la privacidad de sus ciudadanos. Esto es en el caso de la inteligencia artificial biométrica o la caracterización algorítmica que eviten la violación de derechos de autor, por ejemplo. Pero también por el temor del potencial disruptor de esta tecnología que avanza sin freno debido a su sistema interno natural de retroalimentación tecnológica. Aspectos como los modelos fundacionales, en especial la inteligencia artificial generativa como ChatGPT, Bard o Gemini y la inteligencia artificial general que podría superar a la humanidad en todo lo que se presente, es lo que realmente preocupa a Europa.
Ahora bien, ¿esto solo debe preocupar a Europa? ¿Qué debemos hacer con la libertad de creación, emprendimiento y descomunal investigación que desarrollan otros bloques geopolíticos como Chica, EEUU y la propia Rusia e India? ¿Cómo asegurar que Europa siga liderando pero que el resto del mundo lo tenga como ejemplo? ¿Cómo evitar que esta regulación se constituya en un obstáculo hacia la necesaria innovación?
Por lo pronto las naciones de la Unión Europea ya están prediseñado sus propias políticas nacionales para abordar este tema que viene desde su casa matriz supranacional. Es cierto que aún quedan algunos años más para su implementación efectiva pero ya no hay vuelta atrás. El gran desafío aquí es cuidarse de no frenar la innovación.
Lo mismo ocurre en Naciones Unidas que ya tiene directivas y declaraciones a favor de un mayor control y acompañamiento de las tecnologías con IA que no pongan en riesgo al bienestar de las personas ni la humanidad, sino que más bien aporte y soporte innovaciones en la sostenibilidad global. Sin embargo, ya sabemos que Naciones Unidas puede recomendar, pero no determina acciones puntuales en cada Estado Nación.
Hace algunos meses, por ejemplo, la Sra. Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, subrayó tres formas en las que la IA se puede utilizar para apoyar la sostenibilidad. Afirmaba que la IA puede dar sentido a la complejidad ecológica y ayudar a monitorear el medio ambiente global. Puede ayudar a los consumidores a adaptarse a una vida más sostenible y ayudar a adaptar su comportamiento en tanto consumidores. Y, finalmente, la IA puede ayudar a reducir la huella ambiental y fomentar la circularidad.
A través de distintas conferencias y foros, también se destaca los proyectos innovadores implementados por la UNESCO que aprovechan la inteligencia artificial para el desarrollo sostenible. En Serbia, el centro de la UNESCO sobre «Agua para el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climático» utiliza la IA en modelos estadísticos para identificar áreas en las que se puede mejorar la gestión de los recursos hídricos. La UNESCO también utiliza inteligencia artificial para desarrollar la resiliencia de la comunidad ante desastres naturales en Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda.
¿Existe, entonces, una práctica casi generalizada que involucra esta interdependencia entre inteligencia artificial y sostenibilidad global? ¿Se apuesta por un mayor despliegue articulado entre las distintas naciones del mundo? ¿Qué es lo que se debe hacer desde las administraciones públicas regionales y locales, así como otras organizaciones de la sociedad civil, para promover su impulso?
Impulsos divulgativos diversos
Uno de los aspectos a desarrollar es la divulgación y democratización de los contenidos técnicos serios que articulen inteligencia artificial y sostenibilidad global. Tal vez debemos iniciar procesos informativos sobre este encuentro que nos permita evidenciar su correlación efectiva. Las universidades, por ejemplo, deberían centrar muchas más investigación y nuevos o mayores programas formativos en esta dirección.
En España, por ejemplo, este asunto también tiene una fuerte cobertura. Desde la asociación Civil Forética, para citar un caso importante, existe una reflexión diversa y especializada sobre las distintas temáticas que aborda la IA con los criterios ESG . Forética afirma tener una enorme responsabilidad de guiar a empresas y organizaciones de todos los sectores y tamaños en los criterios ESG, siempre alineados con las tendencias del mercado y la sociedad en general.
Por ello, han creado un espacio denominado ‘AI ON ESG: Retos y oportunidades de la Inteligencia Artificial Responsable en la era de la sostenibilidad’, en el que se abre el debate acerca de los avances en Inteligencia Artificial y su impacto en las actividades y acciones del sector corporativo. Relación directa entre IA y ESG
Afirman que “es importante reconocer que la celeridad en la irrupción de la IA, concretamente la IA Generativa, también acarrea retos que hay que contemplar, anticipar, y que exigen medidas urgentes que tienen que ver, en especial, con la ética, con un uso responsable de todas las partes, así como con una regulación que proteja a las personas y a las organizaciones”.
Han reunido en este foro abierto, a miembros de Forética y también a expertos externos, como académicos y entidades del tercer sector para impulsar la reflexión, discusión y análisis sobre la IA y la sostenibilidad. El eje que los articula son los criterios ESG.
Las universidades, administraciones públicas y el tercer sector, entonces, deben involucrarse con mayor profusión para cuestionar o soportar esta afirmación de interdependencia entre inteligencia artificial y sostenibilidad global
Las Ciudades Inteligentes y la IA
Desde el punto de vista de la gestión de las ciudades del futuro aún hay mucho por levantar y desarrollar. Es cierto que la IA se perfila como una herramienta fundamental en el desarrollo de las ciudades inteligentes o llamadas smart cities. Sin embargo, son los liderazgos y las organizaciones sociales las que deben saber diseñar el modelo más apropiado. Esto se explica porque la administración de las ciudades del futuro necesita tener un control absoluto de todos los procesos que involucran su gestión y mejorar los servicios que éstas brindan.
Para centrar un componente fundamental, nos enfocamos en la gestión de la energía. Existe un acuerdo generalizado donde el objetivo es lograr una mayor eficiencia energética y transitar hacia energías renovables.
A medida que la población mundial crece, la demanda de recursos y servicios se incrementa, lo que plantea desafíos para los recursos naturales y el medio ambiente. Sin embargo, con el uso de la IA, es posible optimizar el consumo de energía, gestionar los recursos de manera más eficiente y reducir las emisiones contaminantes.
En este escenario, la digitalización de los procesos y recursos urbanos, impulsada por la inteligencia artificial, desempeña un papel fundamental en el desarrollo de ciudades inteligentes y sostenibles. Estas tecnologías, sustentadas hoy en la IA, en todos los procesos de las ciudades inteligentes, se emplean para recopilar y analizar datos y tomar decisiones en tiempo real, por ejemplo. Ello permite una gestión más eficiente de la energía, los recursos hídricos, los residuos, el transporte público y la propia logística de las empresas ubicadas en estos escenarios.
Gracias a estos algoritmos avanzados, es posible tomar decisiones más informadas y precisas para minimizar el consumo energético y maximizar la utilización de energías renovables. La transición al vehículo eléctrico, por ejemplo, se soporta en estos sistemas de IA. Incluye ello los sistemas de almacenamiento energético y sus protocolos de comunicación digital entre paneles, baterías y cargadores eléctricos.
Otro componente que involucra las ciudades inteligentes es el tema de los residuos. La gestión de los residuos se ha convertido en un desafío cada vez más apremiante en nuestras ciudades. Sin embargo, gracias al uso de la IA y la tecnología digital, se están desarrollando soluciones innovadoras que promueven la reutilización, el reciclaje y otras estrategias de economía circular hacia la sostenibilidad de los entornos locales.
Del mismo modo que con la energía, la IA a través de algoritmos avanzados identifican, clasifican y segregan eficientemente los materiales reciclables. Esto facilita la posterior reutilización de ciertos residuos y reduce la cantidad de desechos que podrían terminar en vertederos o incineradoras.
Hace algunos días hemos empezado a trabajar con un importante ayuntamiento catalán procesos vinculados a integrar su polígono industrial con oportunidades de economía circular y transporte sostenible. Pero, además, debido a la integración con su ciudadanía, estamos planteando un modelo de simbiosis industrial ciudadana. Para ello, el instrumento más importante se basa en IA. Nuestros futuros resultados podrían sentar las bases de un modelo de intervención interesante para replicar en distintas partes del planeta.
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