España se retira del Tratado de la Carta de la Energía

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Artículo publicado en EFEVerde

España ha iniciado el procedimiento para retirarse del Tratado de la Carta de la Energía (ETC, por sus siglas en inglés) que protege las inversiones en ciertas infraestructuras energéticas, según avanzó este miércoles el diario Politico y confirmaron a EFE fuentes oficiales.

El ETC es un tratado multilateral firmado por 53 países y en vigor desde 1998, cuya modernización se negocia desde hace cuatro años y, tras una última ronda celebrada en julio en Bruselas, quedó en un estatus en que el tratado se actualizaría automáticamente en noviembre si no se oponía formalmente ninguna de las partes.

La protección que ofrece ese tratado se había utilizado en los últimos años para litigar contra los firmantes por políticas climáticas diseñadas para ir eliminando los combustibles fósiles.

Varios Estados miembros de la Unión Europea (UE), como España, Países Bajos o Luxemburgo, habían solicitado que la UE abandonara ese marco jurídico, al igual que varias organizaciones ecologistas.

El tratado se diseñó tras la desaparición de la URSS, en un contexto en que muchos temían invertir en los países del bloque soviético, y se concibió para promover la seguridad energética fomentando mercados más abiertos y competitivos que al mismo tiempo respeten los principios de desarrollo sostenible y soberanía sobre los recursos energéticos.

Objetivos anticuados en relación al Acuerdo de París

Está suscrito por los Estados miembros de la Unión Europea -salvo Italia, que lo abandonó en 2016- y países como el Reino Unido, Bosnia y Herzegovina, Japón, Armenia, Jordania, Ucrania o Tayikistán, y contempla un sistema de protección de las inversiones, trato no discriminatorio o resolución de disputas a través de mecanismos de arbitraje.

Varios de los puntos en discusión generaban grandes recelos, en particular la protección a las inversiones en infraestructuras para combustibles fósiles y la resolución de litigios en tribunales privados de arbitraje, polémica similar a la surgida con el tratado de libre comercio firmado entre la UE y Canadá, el llamado CETA.

Decisión «valiente»

La retirada de España del tratado ha sido acogida de buen grado por organizaciones ecologistas como la Red de Acción Climática (CAN), que calificó la decisión de España y Polonia como «valiente» y llamó a otros países de la UE a seguir sus pasos.

«Lo peligroso es seguir dentro. Con la crisis climática y de combustibles fósiles que vivimos, no podemos permitir que los países malgasten dinero público en compensar a empresas de combustibles fósiles por emprender políticas que ayudan a frenar las emisiones», declaró a Efe la experta en Políticas de Comercio de CAN Europa Cornelia Maarfield.

Alianza Verde celebra la decisión

El coordinador federal del grupo político Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, ha celebrado este jueves que España haya iniciado el proceso para retirarse del Tratado de la Carta de la Energía (ETC, por sus siglas en inglés).

En un comunicado, López de Uralde califica la decisión de «acertada», recordando que desde su grupo parlamentario solicitó a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la retirada de este tratado.

El Tratado de la Carta de la Energía es un acuerdo internacional de cooperación transfronteriza en materia de energía, que incluye la protección de las inversiones extranjeras.

Por ejemplo, en el caso de España, ha sido el instrumento más invocado por los inversores internacionales que vieron recortadas las primas a las renovables por el Gobierno de Mariano Rajoy en los arbitrajes que plantearon contra España.

El también portavoz de Transición Ecológica de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados ha dicho que, en este momento de «transición verde», España debe asumir su liderazgo y responsabilidad, y permanecer en el Tratado de la Carta de la Energía es «incompatible» con su Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

España ha iniciado el procedimiento para retirarse del Tratado de la Carta de la Energía que protege las inversiones en ciertas infraestructuras energéticas, según avanzó este miércoles el diario Politico y confirmaron a EFE fuentes oficiales.

La Carta de la Energía es un tratado multilateral firmado por 53 países y en vigor desde 1998, cuya modernización se negocia desde hace cuatro años y, tras una última ronda celebrada en julio en Bruselas, quedó en un estatus en que el tratado se actualizaría automáticamente en noviembre si no se oponía formalmente ninguna de las partes.

Varios Estados miembros de la Unión Europea (UE), como España, Países Bajos o Luxemburgo, habían solicitado que la UE abandonara ese marco jurídico, al igual que varias organizaciones ecologistas. 

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