A mediados del 2022, el Consejo de Ministros aprobó el nombramiento de Miguel Belló -doctor en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad de Braunschweig (Alemania) e Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid- como Comisionado para el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Aeroespacial. Él se encarga de coordinar este instrumento de colaboración público-privada que prevé movilizar 4.533 millones de euros para impulsar este sector a través de la I+D+I. Así como impulsa el diseño, la ejecución y el seguimiento de las iniciativas de este PERTE, su Grupo de Trabajo Interministerial y el diálogo permanente entre los Ministerios y los actores implicados.
Sustainability.es tuvo la oportunidad de conversar con él para poder tener más detalles de este PERTE tan relevante para la sociedad y el desarrollo del país.
¿Cómo ha sido diseñado y conceptualizado el PERTE que usted dirige?
Todos los PERTES en España han sido basados en cuatro grandes ejes: transformación digital, transformación verde, concienciación social e igualdad. Esos cuatro ejes son los que han definido las actuaciones, que se han convertido en hasta diez palancas que van desde la ciencia, la administración del S. XXI, apoyar las PYMES, la investigación, etc. Esas palancas se convirtieron en componentes juntamente con otras actividades.
En concreto, 18 actividades para el campo de la aeronáutica, el aeroespacial, y luego un campo transversal. Tenemos un objetivo en esas tres líneas que se convierten en 18 actividades. Nuestro objetivo es posicionar a la industria aeroespacial para que se recupere de la gran crisis que hemos atravesado, pero al mismo tiempo posicionarla para el gran reto que tiene el sector. Un reto basado en la sostenibilidad. Es decir, reducir la huella de carbono. Tenemos que pasar a aeronaves que contaminen menos y tenemos que fomentar el uso de drones. Esa es nuestra línea de investigación fundamental y prioritaria. Además, tenemos que cambiar el concepto de espacio. Hasta ahora el espacio era un concepto artesano, cada satélite se hacía manualmente y ahora se están haciendo constelaciones de satélites; hay que hacer docenas cada semana. Hay que cambiar el modelo de la industria. El PERTE quiere ayudar a cambiar la industria. Tenemos, además, que crear sistemas que sean capaces de luchar contra el cambio climático. Uno de los procesos más ambiciosos es la constelación atlántica. Se trata de 12 satélites para ayudarnos en la lucha contra incendios, para ayudar a la agricultura de precisión, para controlar la biodiversidad en los océanos. Es decir, aplicaciones que están directamente ligadas con grandes retos de la sociedad. La idea es que tenga impacto en la industria generando empleo y a la vez que tenga impacto en la sociedad.
Estábamos en un ciclo vicioso (crisis, pandemia, guerra en Ucrania) y queremos que los PERTES ayuden a salir para invertir en este tipo de proyectos que generan empleos de alto valor y a su vez nos ayuda a luchar contra grandes retos como el cambio climático. Ese es el objetivo básico del PERTE: generar un impacto en la industria y en la sociedad.
¿Cómo han recibido la sociedad civil, las organizaciones privadas vinculadas al sector y las CCAA este tipo de iniciativas del PERTE?
Ha sido muy bien recibida porque es una apuesta clara. De hecho, están muy involucrados. La gobernanza del PERTE Aeroespacial se hace a través de un organismo que es La Alianza por el PERTE donde está representada la industria, los 11 ministerios, todas las CCAA además de distintas instituciones. Esto requiere la colaboración de todos. El PERTE Aeroespacial está inscrito en ciencia e innovación, pero afecta a 11 ministerios. Es muy transversal y afecta a la sociedad a nivel mundial. Los incendios que tenemos en España también los tenemos en Portugal, Italia y Grecia. Además que lo queremos hacer con Portugal y con otros países si se quieren sumar. Queremos ir más allá y algún día llegar al otro lado del atlántico. Nuestro objetivo es incorporar a países con los que estamos íntimamente ligados como todos los países de Latinoamérica. México ya ha mostrado su interés en participar en proyectos como el de la constelación al igual que Brasil. Sudáfrica también ha dicho que tiene mucho interés en sumarse y que lo ve como un gran reto.
¿Esto significa que el recurso del PERTE gestionado por este ministerio y los otros ministerios con las demás actividades que tengan que hacer, también puede ir fuera a otras partes de España?
Exactamente, el PERTE va a financiar la industria española, pero también en proyectos de colaboración con otros países. Por ejemplo, la colaboración con Portugal está financiada con el PERTE portugués. Es decir, existe un proyecto portugués similar al nuestro y lo que queremos hacer es juntar los recursos. Porque el mismo sistema que sirve a España puede servir a Portugal, de manera que optimizamos el uso de recursos. El PERTE está orientado a la industria nacional, pero si lo hacemos en coordinación con otros países, somos capaces de tener mucho más alcance y optimizar el uso de recursos porque las inversiones se dividen.
En cuanto al espacio de los drones que preocupa mucho en la actualidad, ¿el financiamiento de los PERTES también va estar centrado en las políticas por ejemplo para poder redistribuir estos espacios?
El PERTE tiene muchas líneas de actividad y hay una que precisamente es regulatoria. Hay una línea de la que el Ministerio de Transportes es responsable, en la que se va a dedicar a revisar la reglamentación. Porque al final el despliegue de los PERTES se ha visto muchas veces limitado por la falta de reglamentación. Lo que hay ahí es una actividad concreta que no tiene presupuesto, una actividad legislativa más que una actividad industrial que va orientada a definir las reglas para fomentar el uso de drones de una manera segura.
¿Entonces va a haber algún tipo de participación de la organización?
Efectivamente. Hay una línea de actuación dedicada exclusivamente a esto.
¿Qué espera de la industria en particular a partir de este PERTE? ¿Desde cuando se inició el financiamiento y hasta cuando llega?
Todo esto empezó hace más de un año. Es decir, ya tenemos un estudio de PERTE y ya vamos al 36% de ejecución del PERTE. Ya se han sacado a concurso más de 1600 millones de actividades del PERTE a partir de distintos ministerios y ya se han ejecutado 500. Es decir, que el PERTE ya comenzó. Además el PERTE tiene un condicionante importante que ha impuesto la UE; debe estar acabado en el 2025, sino tenemos un problema serio. Aquí tenemos una fecha que no podemos perder de vista. Ya está siendo ejecutado, ya está en marcha, y lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que en estos plazos cumpliremos con esos retos.
¿Estos montos ya ejecutados, de qué actividades son?
Por ejemplo, tenemos el plan tecnológico-aeronáutico que financia la innovación en drones. Respecto a los aviones con 0 emisiones, ya hemos adjudicado 40 millones el año pasado, se están adjudicando 80 millones este año y se van a adjudicar otros 40 el año que viene. También va a haber en total 160 millones para la industria aeronáutica, para la utilización del hidrógeno en la aviación y el uso de drones. En cuanto al cielo único, ya hay adjudicados más de 100 millones en contratos a la industria para adaptarnos a las normativas de tráfico aéreo. Hay 24 millones de inversión en Startups, tenemos un mecanismo que se llama Invierte donde ya hemos invertido 9 millones en startups del mundo aeroespacial. De forma que ya estamos trabajando en líneas; bien en contratos para la industria o bien en inversiones directamente en la industria. Es un tema en el que no podemos dormirnos y que tenemos que agilizar.
¿Qué es lo que esperan de la sociedad y de las organizaciones sociales además del sector de aquí en adelante con este monto que falta por invertir?
Nosotros aquí tenemos varios retos. Hay un reto que son las personas. Nosotros para ejecutar todo esto necesitamos un gran compromiso de las universidades y la formación profesional, porque necesitamos profesionales. Esto es una inyección de actividad que requiere a su vez compromiso. Lo que necesitamos es que la universidad, la empresa, la industria y la administración pública estén muy ligadas de manera que seamos capaces de tener a los profesionales que necesitamos para cumplir estos retos. Pero además, la sociedad también se va a beneficiar porque está muy orientada a cosas que afectan al día a día. Los satélites , por ejemplo, influyen, porque nos dan información meteorológica, de navegación de coches; es decir, al final la sociedad se ve beneficiada de todo esto porque hace su vida más sencilla. El objetivo es que no haya un divorcio entre el día a día del ciudadano y la tecnología que estamos desarrollando. Que esta tecnología es la que tendrá un impacto directo en el día a día de cada uno de nosotros.
¿Y la industria ha recibido bien el porcentaje? Porque entiendo que no financia todo el proyecto, entiendo que financia solo una parte.
Depende. Depende mucho del tipo de actividad. Hay actividades que están lejos del mercado y que la industria no puede invertir y esas están pagadas al 100%. Por ejemplo el QKD, que es distribuir cargas cuánticas. Es algo muy innovador y no existe aún un mercado. Pero eso está ahí y tenemos que prepararnos para cuando llegue. Por lo tanto, las actividades que están más lejos del mercado están un poco más financiadas, y las actividades donde hay un retorno inmediato están cofinanciadas. Es decir que hay actividades que están al 50%, otras al 100%; también depende del tipo de empresa. Las empresas más grandes se financian menos porque tienen más capacidad de invertir en I+D, las Startups que tienen menos capacidad de invertir tienen más ayudas. No hay un modelo único. En el PERTE tenemos ayudas desde un 50% hasta el 100%.
¿Y el hidrógeno verde por ejemplo, puntualmente qué porcentaje se financia?
El del hidrógeno no es un PERTE al que yo esté directamente ligado, pero es uno de los estratégicos, es uno de los más importantes para el futuro de la economía. Aquí tenemos grandes actividades de hidrógeno en España. Es uno de los más importantes y tiene algo que ver con el mío. Porque hay uno que es sobre el uso de hidrógeno para la actividad aeronáutica. Uno de los retos de la aeronáutica es el carbono. Tenemos que reducirla y uno de los proyectos que vamos a financiar es un gran proyecto de AirBus para el uso de hidrógeno en aeronáutica. De manera que al final todo está interrelacionado, ¿no?
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