La startup catalana Bettair Cities ha desarrollado una tecnología que mide la contaminación del aire con el mismo rango de precisión que las estaciones tradicionales de monitorización, pero a un coste muy inferior y de forma escalable. La empresa emergente ha creado una serie de sensores que se instalan en distintos puntos de las ciudades (principalmente en farolas del alumbrado público) y, mediante sus propios algoritmos, capturan información sobre distintos gases y partículas contaminantes sin necesidad de realizar ningún tipo de calibración, a diferencia de los sistemas empleados hasta el momento, que son más caros y necesitan ajustes continuos.
La startup presentará su tecnología en el 4YFN, la feria que se celebra en el marco del MWC, dirigida a las startups ya los inversores del sector tecnológico, que tendrá lugar entre el 27 de febrero y el 2 de marzo. Bettair Cities es una de las startups catalanas que contarán con un espacio en el stand de ACCIÓ -la agencia para la competitividad de la empresa del Departamento de Empresa y Trabajo- dentro del 4YFN para dar a conocer sus novedades.
“La contaminación es una problemática de salud pública que preocupa a todas las ciudades, pero las estaciones tradicionales que se utilizan para medir la calidad del aire son muy costosas y además requieren una calibración continua, razón por la que se instala pocas”, explica el CEO de Bettair Cities, Josep Perelló. A partir de la identificación de esta problemática, la startup empezó a trabajar en el desarrollo de su tecnología que “no requiere ningún calibrado, gracias a sus algoritmos, de forma que se ahorran costes y el sistema resulta más fácilmente escalable, porque se puede introducir en varios puntos de la ciudad”. Su objetivo, en palabras de Perelló es “entender el comportamiento de la contaminación urbana para poder actuar de forma local y reducir su impacto para la salud y por en el medio ambiente”.
En concreto, la tecnología de Bettair consiste en una plataforma formada por unos dispositivos compactos, de pequeño tamaño y peso, que se instalan en las farolas de las ciudades en menos de media hora. Estos sensores captan datos sobre 7 gases contaminantes distintos, partículas en suspensión y CO₂, además de la temperatura, humedad y presión atmosférica de un punto determinado, información que aplican a sus algoritmos. Los dispositivos también incorporan sensores para medir la contaminación acústica, mientras que la empresa también dispone de mapas de calor que evalúan el estado de la contaminación en áreas de mayor tamaño. Por la noche, los sensores captan la energía que les proporciona el alumbrado público y durante las horas de sol utilizan una batería que llevan incorporada. No necesitan ningún mantenimiento durante un período de 2 años, pasado el cual la empresa proporciona un reemplazo del “cartucho” en el que están integrados todos los sensores.
La información recopilada por los sensores se conecta con una plataforma informática donde los usuarios tienen acceso a todos los datos, pueden configurar alarmas y obtienen informes automáticos. El sistema puede conectarse a otros dispositivos mediante tecnología IoT y se integra, por ejemplo, en el software que utilicen los ayuntamientos para sus estrategias de smart cities.
La startup dirige su tecnología principalmente a ayuntamientos y otras administraciones públicas, pero también al sector privado, cerrando acuerdos con empresas del sector de la construcción o fabricantes de farolas para la iluminación de las ciudades que apuestan por la sostenibilidad. Su solución ya se utiliza en ciudades como L’Hospitalet de Llobregat Girona, Sant Cugat del Vallés, Prat de Llobregat, Viladecans, Castelldefels y otros municipios catalanes más pequeños, así como localidades de todo el Estado español. “Ciudades del tamaño de Barcelona disponen de unas 8 estaciones que miden la calidad del aire y la gran mayoría de municipios de menos de 100.000 habitantes no tienen ningún sensor que pueda evaluar el estado de la contaminación, por lo que con nuestra tecnología ofrecemos una alternativa más económica y fácilmente escalable”, destaca Perelló.
Bettair ya ha iniciado su expansión internacional y cuenta con el apoyo de ACCIÓ para introducir su tecnología en otros países. De hecho, actualmente su tecnología está ya disponible en capitales como Roma o París. Fundada en 2017, la startup tiene su sede central en Hospitalet de Llobregat con una plantilla de 15 personas, que prevé ampliar a finales de este 2023. Del total de trabajadores de Bettair, 5 personas disponen de doctorado y se especializan en el área de I+D. Su tecnología ha recibido varios premios internacionales.
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