Traducción de artículo publicado en Reuters por Kate Abnett
BRUSELAS, 13 dic (Reuters) – Después de negociaciones que duraron toda la noche, la Unión Europea llegó a un acuerdo político el martes para imponer un arancel sobre las emisiones de dióxido de carbono a las importaciones de productos contaminantes como el acero y el cemento, un esquema pionero en el mundo que busca apoyar a los países europeos. industrias a medida que se descarbonizan.
Los negociadores de los países de la UE y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo alrededor de las 5 a.m. en Bruselas sobre la ley para imponer costos de emisiones de CO2 a las importaciones de hierro y acero, cemento, fertilizantes, aluminio y electricidad.
Las empresas que importen esos productos a la UE deberán comprar certificados para cubrir sus emisiones de CO2 integradas. El esquema está diseñado para aplicar el mismo costo de CO2 a las empresas extranjeras y las industrias nacionales de la UE, las últimas de las cuales ya están obligadas a comprar permisos del mercado de carbono de la UE cuando contaminan.
Mohammed Chahim, el principal negociador de la ley en el Parlamento Europeo, dijo que el arancel fronterizo sería crucial para los esfuerzos de la UE para combatir el cambio climático.
“Es uno de los únicos mecanismos que tenemos para incentivar a nuestros socios comerciales a descarbonizar su industria manufacturera”, dijo Chahim.
El objetivo del impuesto es evitar que la industria europea se vea socavada por bienes más baratos fabricados en países con normas ambientales más débiles.
También se aplicará al hidrógeno importado, que no estaba en la propuesta original de la UE pero que los legisladores de la UE impulsaron en las negociaciones.
Algunos detalles sobre la ley, incluida su fecha de inicio, se determinarán más adelante esta semana en las negociaciones relacionadas sobre una reforma del mercado de carbono de la UE.
Actualmente, la UE otorga permisos de CO2 gratuitos a la industria nacional para protegerlos de la competencia extranjera, pero planea eliminar gradualmente esos permisos gratuitos cuando se introduzca la tarifa fronteriza de carbono, para cumplir con las reglas de la Organización Mundial del Comercio. La rapidez con la que se produzca la incorporación se decidirá en las conversaciones sobre el mercado de carbono.
Bruselas ha dicho que los países podrían estar exentos si tienen políticas de cambio climático equivalentes a las de la UE, y sugirió que Estados Unidos podría eludir el impuesto sobre esta base.
Aún así, el plan de la UE ha enfrentado críticas de países como China, y se produce en medio de tensiones comerciales intensificadas con Estados Unidos por los subsidios de la Ley de Reducción de la Inflación para tecnologías ecológicas, que según la UE podrían perjudicar a las empresas europeas.
La tarifa es parte de un paquete de políticas de la UE diseñado para ayudar al mundo a evitar un cambio climático desastroso mediante la reducción de las emisiones de la UE en un 55 % para 2030 desde los niveles de 1990.
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