Artículo publicado por Kate Abnett en Reuters
BRUSELAS (Reuters) – El Parlamento Europeo votará esta semana sobre una serie de políticas de cambio climático de la UE diseñadas para reducir las emisiones de Europa durante la próxima década, con propuestas que enfrentan múltiples enmiendas y el resultado incierto para algunos de los planes más ambiciosos.
Los planes tienen como objetivo encaminar a la Unión Europea de 27 países, la tercera economía más grande del mundo, hacia su objetivo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, desde los niveles de 1990.
Bajo el complejo proceso legislativo de la UE, el parlamento debatirá ocho propuestas el martes y las votará el miércoles, para confirmar su posición para las negociaciones con los países de la UE sobre la legislación final.
Los miembros del parlamento tienen que considerar cientos de enmiendas que podrían aumentar o debilitar el impacto de las políticas climáticas de la UE.
Una propuesta representa la mayor revisión del mercado de carbono de la UE desde su lanzamiento en 2005. Esto reforzaría el plan para reducir las emisiones de los sectores que cubre en un 61 % para 2030, según un plan original de la Comisión Europea, que redacta las leyes de la UE.
Algunos legisladores intentarán fortalecer eso a un 67% de reducción de emisiones. Peter Liese, el principal negociador del parlamento sobre la reforma del mercado de carbono, dijo que era «optimista» un compromiso para un recorte de emisiones del 63% ganaría el apoyo de la mayoría.
Liese también predijo una «votación controvertida» sobre el primer plan mundial de la UE para imponer un impuesto de CO2 a las importaciones de bienes intensivos en carbono como el acero y el cemento, con los legisladores divididos sobre qué tan rápido el esquema debería reemplazar los permisos gratuitos de CO2 que esas industrias reciben actualmente.
Las opciones para la votación del miércoles incluyen la eliminación gradual de los permisos gratuitos de CO2 para 2030, 2032 o 2035. Las industrias han instado a los legisladores a no adelantar la fecha, lo que aumentaría el precio que pagan por contaminar.
Otro es el plan de la UE para una reducción del 100 % en las emisiones de CO2 de los automóviles nuevos para 2035, prohibiendo efectivamente las ventas de automóviles nuevos con motor de combustión en la UE. Algunas enmiendas lo debilitarían a un recorte de CO2 del 90% en 2035.
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